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Concreto lanzado, evolución que no se detiene

El concreto con base en cemento Portland, agua y agregados tiene en la actualidad un empleo extendido por todo el mundo, dada su versatilidad y múltiples ventajas. Sin embargo, no siempre se presenta de la misma manera, pudiendo presentar algunas limitaciones con la mezcla durante su colocación, en el proceso de fraguado, durante la compactación o simplemente en su aspecto, entre otras variables.

En este contexto han sido desarrollados los concretos especiales que son aquellos con procesos constructivos y/o sustancias especiales como aditivos químicos o adiciones minerales, que modifican alguna o algunas de las propiedades de la mezcla para atenuar las dificultades que puedan presentarse.

Es interesante saber que el concreto lanzado (conocido también en regiones anglosajonas y en algunos países latinoamericanos como Shotcrete) se originó en los primeros años del siglo XX en Estados Unidos, una invención que se le atribuyó a Carl Ethan Akeley (1864-1926), un taxidermista del Museo Americano de Historia Nacional, que pensó que sería una buena idea hacer una mezcla de cemento y arena, y luego proyectarla neumáticamente usando una pistola. Este producto se comercializó con el nombre de Gunite.

Si ahondamos un poco en la idea original, se debe mencionar que todo nació por la necesidad de reproducir modelos de animales prehistóricos aplicando con la mano mezclas de arcilla sobre los esqueletos. Se trataba de un método en el que, por medio de aire comprimido, se podía colocar la mezcla seca de cemento y arena, debido a la presión ejercida por el aire que transportaba la mezcla por una manguera. Al salir por la boquilla se le inyectaba agua, lo que permitía colocar la mezcla sin escurrirse por su bajo revenimiento.

El término Gunite se entiende hoy como la puesta en obra de un concreto o mortero proyectado con aire a presión a través de una manguera y a gran velocidad, sobre un soporte o sustrato. Se considera entonces que si la mezcla a lanzar cuenta sólo con agregados finos se denomina mortero lanzado; en cambio, si contiene además agregado grueso se le denomina concreto lanzado.

Conocidos como Gunita en Inglaterra, Gunitage en Francia, y Spritzbeton en Alemania, el concreto lanzado es un concreto convencional pero con una forma diferente de colocación pues es dispuesto y compactado en una sola operación mediante impulsión neumática, generalmente sobre un plano vertical y haciendo uso de una manguera y de una boquilla.

La European Federation of National Associations Representing Producers and Applicators of Specialist Building Products for Concrete (EFNARC) define a este concreto especial como una mezcla de cemento, agregados y agua, lanzados neumáticamente desde una boquilla hacia una superficie para producir una masa densa y homogénea. La definición que ofrece el Instituto Americano del Concreto (ACI, por sus siglas en inglés) es la de un mortero o concreto transportado a través de una manguera y proyectado neumáticamente a alta velocidad sobre una superficie, que puede ser de concreto, roca, terreno natural, mampostería, acero, madera, poliestireno, u otras.

Soluciones para patologías en el concreto lanzado

Desde hace mucho, el concreto lanzado se ha convertido en un elemento indispensable en la construcción de túneles alrededor del mundo, sin pasar por alto su papel esencial en las obras de minería. Este sistema se utiliza generalmente como elemento de soporte, pero es una realidad que su potencial ha hecho que se convierta también en un elemento de revestimiento definitivo, lo cual ha sido posible gracias al uso de fibras sintéticas que lo han le proporcionado características de ductilidad.

Cualquier tipo de construcción tiene una vida útil y ciertas patologías, pero cómo determinar si las condiciones actuales de una estructura son seguras o satisfactorias en relación con el uso que se le esté dando? Obviamente, se deben realizar estudios y análisis para diagnosticar algún problema estructural, estético o la combinación de ambos. En estos casos es que se debe recurrir a la reparación como el elemento esencial para alargar o adecuar la vida útil.

Los profesionales implicados directamente en el mundo del concreto lanzado no deben olvidar que las causas del deterioro pueden ser muchas y muy variadas: mal diseño, cambio de uso de la estructura, materiales deficientes, malas prácticas constructivas, exposición a medios agresivos, exceso de cargas, accidentes, etcétera. Por ello, y como es lógico, es necesario determinar las causas del deterioro antes de iniciar cualquier reparación, así como evaluar si lo que ocasionó el daño sigue afectando a la estructura o ya no. Es muy semejante a lo que ocurre con los seres humanos que asisten al médico: no hay que conformarse con la desaparición de los síntomas, sino buscar la causa de la enfermedad para obtener una solución definitiva.