Un grupo de científicos dirigido por el Dr. Anthony Ingraffea de la Universidad de Cornell en los Estados Unidos, ha revelado indicios acerca de la longevidad y de la resistencia de algunos monumentos romanos imperiales, tales como el Coliseo y el Panteón.
Los romanos desarrollaron una fórmula estándar para la fabricación del mortero que se usó hace dos milenios. Este mortero une fragmentos de cantos rodados de tamaño de toba y ladrillo, y se utilizó en la construcción de los muros de concreto de muchos monumentos en la Roma imperial. Como parte de su estudio, el Dr. Ingraffea y sus colegas descubrieron que la capacidad de recuperación a largo plazo del concreto romano, se debe a los cambios mineralógicos que se producen en los morteros elaborados con cal de cenizas volcánicas curadas.
|