Un largo y En los inicios de la década de los treinta la
economía nacional continuaba progresivamente mejorando y los índices
de las industrias manufactureras y extractivas acusaban un aumento importante;
las instituciones de crédito contribuían en la medida de
sus posibilidades legales a la recuperación económica. |
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Durante ese año se pavimentó con concreto reforzado a un costo de $4.05 por metro cuadrado, siendo su mezcla realizada en proporción de 1:2:4, y espesor de 0.156 metros. Su desarrollo original contemplaba 28 kilómetros y seis metros de ancho, exceptuando la conexión de la avenida Insurgentes y San Ángel Inn, que contaba con 12 metros. Además de 10 kms de pavimento y las terracerías, cerrando así el circuito con la carretera México-Toluca. Un año después, en 1934, fue concluido el tramo entre Villa Álvaro Obregón y el antiguo convento carmelita. Como importe final por el contrato para la pavimentación con concreto reforzado del camino Villa Álvaro Obregón al Desierto de los Leones, el Gobierno Federal pagó 426,000.00 pesos. Este trabajo, en su momento, fue uno de los más innovadores en su manufactura, ya que comúnmente se empleaba la fórmula clásica de emulsión asfáltica para construir la carpeta de rodamiento. Sin embargo, con sus poco más de 70 años de vida, este proyecto hoy parece apoyar contundentemente el argumento que muchos personajes calificados —entre ellos el ing. Humberto Armenta González, vicepresidente ejecutivo del sector Edificación de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC)— han señalado al comentar que el uso del concreto en la construcción de infraestructura vial puede generar grandes ventajas, aunque a largo plazo; las más notables —visibles en este añejo y bello camino—: durabilidad, bajo o nulo mantenimiento, seguridad y economía. Hoy, al interior del Parque Nacional Desierto de los Leones, podemos ver buena parte de esta carretera resistiendo con nobleza el paso del tiempo. |
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