y con seis cajones de estacionamiento (el 90% con acceso directo a éstos). Uno de los aspectos que más destacan de cada departamento es que tienen un vestíbulo de seis metros de altura, “Al abrir la puerta uno se encuentra con una gran altura en su vestíbulo, donde hay una escalera que lleva a las recámaras y demás áreas privadas; en el piso de abajo se encuentra la sala —también con doble altura— y las áreas de servicio como el comedor, desayunador, cocina, cuarto de lavado y bodega.
Yo creo que son los únicos edificios que conozco con dos dobles alturas y eso al usuario final también le brinda la sensación de estar habitando una casa. Cada uno de los departamentos cuenta con una amplia terraza acristalada. En sí, es un lugar de proporciones generosas que tiene 18 metros cuadrados integrados a la sala-comedor, con lo cual, volvemos a convertir el espacio en una casa” señala Garduño. El proyecto cuenta con cuatro penthouse que tienen terrazas de 80 metros cuadrados.

En lo referente a la estructura, esta obra representó una manera diferente de hacer las cosas. “La estructura del edificio resultó un tanto compleja en cuanto a costo y hechura; sin embargo, tiene muchas virtudes. Al usuario le brinda un departamento de dos, tres o cuatro recámaras ya que no se tienen muros que cargan; este aspecto también otorga al edificio ligereza espacial y visual”.

Una de las grandes problemáticas del proyecto —y que en realidad la tienen todos los edificios de la zona— es que los terrenos son cuadrados, esto generó muchas restricciones al momento de hacer la obra. Al respecto el arquitecto relata: “La proporción de ese cuadrado no era excelente. Era muy densa lo que la hacía verse aplastada; lo que nosotros tuvimos que hacer fue aligerarla. Así pensamos: ‘bueno si no podemos hacer un edificio más delgado, hay que hacer que flote’; de ahí llegamos a la conclusión de hacer entrepisos diferentes, uno ´forrado´ de madera y el otro dejarlo como en realidad es, es decir, de concreto. Así se generaron los arremetimientos señalados anteriormente. La idea surgió de un Lego; me traje este juego a la oficina y empecé a trabajar con él hasta encontrar la solución que lo aligerara más; lo que quería era aligerar todo el cuerpo arquitectónico”.

El arquitecto
Juan Garduño es un arquitecto mexicano que, no obstante su juventud, ha demostrado ya en numerosas ocasiones su enorme calidad de diseño. En 1994 fundó Garduño Arquitectos con el fin de generar un taller de arquitectura
contemporánea que, desde sus inicios, se ha dedicado a explorar ideas creativas y a desarrollar proyectos de la más diversa índole. Entre los reconocimientos que ha recibido está la Mención de que fue objetoen la VI Bienal de Arquitectura Mexicana por la integración de una casa plenamente contemporánea localizada en una zona colonial; en la VIII Bienal de Arquitectura Mexicana nuevamente obtuvo una mención por el conjunto 2GB. Dentro de los premios entregados por Cemex, destaca el primer premio ganado en el 2002 por el proyecto Canelos 29 así, como ya se dijo, el reconocimiento por la obra que aquí se presenta. Cabe decir que recientemente también obtuvo el premio de Excelencia 2006 que otorgan las revistas BusinessWeek y Architectural Record a los despachos más creativos, en este caso, por la obra realizada para la agencia de publicidad Terán TBWA: La fábrica de ideas.
 
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Construcción y Tecnología®
Febrero 2007
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