Este científico nació en París el 8 de octubre
de 1850 y murió en Miribel-les- Echelles (Isere), en 1936, a
los ochenta y seis años de edad. En 1869 ingresó y cursó
estudios en la Escuela Politécnica, tras lo cual entró
a formar parte del Cuerpo de Ingenieros de Minas. A partir de 1877 fue
profesor en la Escuela Politécnica, como también lo sería
en el College de Francia y en la Sorbona. Siempre fue considerado como
un maestro innovador, más interesado en transmitir los principios
de la química, que en proporcionar exhaustivamente datos a sus
alumnos; también es considerado un excelente divulgador, siendo
el primero en traducir al francés los trabajos de W. Gibbs.
Sus primeros trabajos de investigación estuvieron relacionados
con la química de los cementos, y fueron iniciados a partir de
los estudios de J. Smeaton y L. J. Vicat, quienes en 1840 analizaron
la degradación del concreto causada por el agua de mar y estudiaron
el diseño de un conglomerante que resistiera el ataque químico
producido por el líquido marino.
El primer informe sobre el deterioro del concreto debido al ataque químico
por acción del agua de mar data de 1841; fue emitido por J. L.
Vicat y correspondía a las instalaciones portuarias de Argel.
Ya fuera por azar o por casualidades del destino, Vicat y el abuelo
paterno de Le Chatelier, fueron íntimos amigos, y parece que
ello marcó en parte la vocación inicial del investigador
hasta el punto de que su tesis doctoral
“Constitution des mortiers hydrauliques” (1887) está
fundamentada en los estudios iniciales de Vicat. Fruto de sus investigaciones
sobre la química del cemento, Le Chatelier publicó en
1904 la obra La descomposición de los cementantes en agua de
mar, en la cual no sólo postula los agentes agresivos del agua
de mar que pueden afectar la durabilidad de la pasta de cemento, sino
también los mecanismos expansivos que pueden producirse y la
influencia que tiene la porosidad y compacidad de la pasta en el grado
de deterioro del concreto. Dichos trabajos fueron continuados por R.
Foret en el Laboratoire Central des Ponts et Chaussées y publicados
como informe interno en 1929. Estas investigaciones no experimentarían
avances relevantes hasta la década de los cincuenta —tras
la Segunda Guerra Mundial— con las conclusiones de nuevos estudios
que no hicieron sino corroborar la mayor parte de las aportaciones de
Le Chatelier