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R E S
T A U R A C I O N


Imagen urbana
1era. Calle de República de
Guatemala #18 - 1940

importantes está la adición de un tercer nivel, en 1891, que modificó gravemente las cargas y esfuerzos estructurales originales poniendo en riesgo al inmueble.Y es aquí donde está presente el otro límite en el tiempo que resulta trascendental pues, en este paso temporal encontramos la intervención de la mano del hombre de manera errónea con la colocación de ese tercer nivel más y que las huellas

la estabilidad y la capacidad de carga de los muros, mismos que fueron forrados con una capa de concreto armado. En la consolidación de entrepisos también se aplicaron losas de concreto con cimbras metálicas.
Además de todos los trabajos de recuperación de elementos arquitectónicos tapiados y la reposición y restauración del resto de los elementos dañados o faltantes.
El límite de la imaginación generó un buen ejemplo de respeto y diálogo entre dos tiempos distantes y dos arquitecturas (una del siglo XVIII y la otra del XXI), con materiales y propuesta formal distintos. En este sentido, el proyecto y obra del arq. Alfonso Govela, funciona como bisagra de unión entre ambas arquitecturas.

de deterioro lo constatan. Con esto, recordemos a Víctor Hugo,cuando menciona a Ovidio en su Metamorfosis: “El tiempo devasta, pero el hombre es el mayor devastador ”. El último limite lo encontramos en la piedra líquida presente en los trabajos realizados en la consolidación estructural del monumento histórico, para asegurar el funcionamiento estructural,
Esta charnela es un núcleo de servicios construido con concreto armado con acabado marterinado, y un sistema de escaleras y rampas —también de concreto armado— con acabado aparente que une al predio de Guatemala 18 con el de Donceles 97, que también formará parte del conjunto en una segunda etapa.
Rescatando también, desde mi perspectiva, esa cuestión formal del barroco que es la materialidad de la estructura, con esos puntos de fuga de la visual y además, por los bien logrados claroscuros de la nueva edificación. Así, cada cara, cada piedra y cada elemento se vuelve parte de la historia de la Ciudad de México y de la historia de la tecnología y su arte: el arte de edificar. Es aquí donde nos viene a la mente Víctor Hugo: “es como si el tiempo fuese el arquitecto y el pueblo el albañil”.
La obra del Centro Cultural de España en México es buen ejemplo de respeto, diálogo y colaboración entre las arquitecturas de dos tiempos y sus límites; de instituciones como la Agencia Española de Cooperación Inter-
 
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Construcción y Tecnología®
Marzo 2007
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