Un gran apoyo a Xilitla
Gabriela Célis Navarro

La joya en concreto de la Huasteca potosina: la onírica Xilitla de sir Edward James —es decir, lo que se conoce como El Castillo y Las Pozas—, creación de este excéntrico inglés que decidiera hacer de la selva su casa a mitad de siglo XX, hoy está protegida no sólo por un decreto que recientemente declaró a estos conjuntos Patrimonio Artístico, Arquitectónico y Cultural del estado, sino por la conformación de la Fundación Xilitla, la cual invertirá —según se informa en el boletín de prensa enviado a diversos medios de comunicación— 60 millones de pesos para el rescate y conservación arquitectónica de esta extravagante obra proveniente de la mente de James y de un puñado de gente entusiasta que lo siguió haciendo realidad lo que en su mente se generaba.

La Fundación Xilitla está presidida por Roberto Hernández, presidente del Consejo de Administración de Banamex, Robert Pulley, director del colegio inglés West
Dean —una de las escuelas de restauración más importantes del mundo y que forma parte de la Fundación Edward James—, Carolyn Egremon, miembro de Edward James Foundation y Lorenzo Zambrano, director general de CEMEX. Se menciona que además de conservar y rescatar este espacio natural-arquitectónico sui generis, la Fundación Xilitla buscará hacer más dinámica la economía de la región a través del turismo.

    

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Como sabemos —y se dio cuenta en diciembre de 2005 en Construcción y Tecnología—, Las Pozas es un lugar donde James, con una imaginación desbordada y contagiosa, proyectó una serie de estructuras que los fanáticos de los estilos denominan “surrealistas” pero que, al verlas en su contexto natural —la desbordante y exótica Huasteca— muchas de éstas piezas esculto-arquitectónicas más bien parecieran hiperrealistas pues baste ver las flores y plantas de la región para descubrir que Edward James lo único que hizo fue expresar en concreto lo que sus ojos veían.
Durante décadas, el noble inglés trabajó en la conformación de más de 30 estructuras en concreto, dispersadas en plena sierra y conectadas con infinidad de escalera; con esta labor, se sabe, dio trabajo a más de 60 familias. Hoy, esta ensoñación en concreto queda protegida de uno de sus más fuertes depredadores: la misma naturaleza en que se encuentra. La obra de James en Xilitla es, sin lugar a dudas, uno de los monumentos al concreto artístico más extraordinarios no sólo de México sino del mundo entero. Por lo cual, resulta un hecho gozoso el que la gran concretera CEMEX, voltee los ojos a proteger tan invaluable documento arquitectónico el cual, hasta hace poco tiempo, subsistía gracias al gran empeño que la familia Gastélum —cuyo padre, Plutarco Gastélum Esquer fuera amigo y dueño de los terrenos, al ser James extranjero— ha puesto por mantener en buen estado tan compleja obra de arte.