Con la participación de destacados representantes de la especialidad
de todo el mundo, y bajo el análisis de la parsimoniosa transformación
de la vivienda en años recientes, se realizó el noveno
Congreso Internacional de Arquitectura y Diseño Arquine 2008,
el pasado mes de Marzo en el Palacio de Bellas Artes.
Una vez más arquitectos, estudiantes, analistas, ingenieros
y diseñadores urbanos se dieron cita en la magna sede para ejercer
un examen analítico a través del cual fueron presentadas
diversas soluciones del tema como respuesta a contextos particulares
y contrastantes entre sí. Si bien el cuestionamiento base osciló
en el entendimiento de por qué la vivienda no ha evolucionado
como se quisiera en las décadas recientes a pesar de los cambios
en costumbres, conceptos de familia y número de personas que
la habitan, el alcance fue mayor al nutrirse de una visión integral
dónde fueron exaltadas las soluciones a problemas específicos:
restricciones espaciales, aspectos económicos, densidad urbana,
jerarquización de necesidades, entre otros aspectos que enmarcan
el contexto del tema.
Sin duda alguna el congreso sigue manteniéndose vigente y replanteó
a través de la diversidad profesional o experimental el intercambio
de ideas enfatizando la opinión de 12 de los más importantes
arquitectos y diseñadores industriales del mundo entre ellos:
Eduardo Arroyo (Madrid), Manuel Graça Dias (Lisboa), Coll-Leclerc
(Barcelona), Marck Mack (Los Ángeles), Guy Nordenson, Kenneth
Frampton y César Pelli (Nueva York); Qingyun Ma (Shanghai), Bjarke
Ingals/BIG (Copenhague), Mathias Sauerbruch y Louisa Hutton (Berlín);
Alejandro Aravena (Chile).
La vivienda como punto de partida de toda labor arquitectónica
será –sin importar sus particularidades– el tema
que más complejidades propondrá ante un espacio transformable
ligado a situaciones paralelas pero conexas. Por ello, los especialistas
enfatizaron la necesidad de visualizar de manera integral todas las
herramientas y tecnologías que pueden generar nuevas soluciones
ante una demanda en crecida constante. La cual en la mayoría
de las ciudades ha sido la mano creativa de los límites, traza
y servicios urbanos.
Las torres del Bicentenario
Por su parte, el X concurso Arquine esbozó el desafío
de imaginar una nueva función del rascacielos (más allá
del exhibicionismo fálicoformal), invitando a enriquecer la polémica
(latente y sensible en la Ciudad de México) sobre el salto de
escala urbana en función de una necesaria densificación
de la capital mexicana.
Se trataría de emplazar cada torre en dos áreas estratégicas
de la ciudad de México: Parque Tecnológico de Azcapotzalco
y Parque Ecológico de Xochimilco, estableciendo una dialéctica
entre lleno y vacío; entre objeto
construido y paisaje urbano; tomando en cuenta dos discursos relevantes:
lo ecológico y lo tecnológico para privilegiar los usos
mixtos (vivienda permanente o temporal, oficina, taller, comercio, etc.)
y desdibujar los límites entre público y privado.
El concurso recibió la participación de 356 equipos provenientes
de 36 distintos países, 61% de los cuales fueron mexicanos. El
Jurado internacional compuesto por Jose Castillo (ciudad de México),
Tomás Morató (Barcelona), y Guy Nordenson (Nueva York)
se reunió en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco los
días 9 y 10 de marzo. Y finalmente en representación del
jurado, el día 12, Tomás Morató presentó
las propuestas finalistas e hizo entrega de siete menciones y los primeros
premios. Cabe decir que el primer lugar se lo llevó Steinberg
Architechs.