Iniciada en el año 2000 la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas,
en Madrid, España, integra algo más que funcionalidad,
se ha convertido en la principal entrada y salida de Europa con el continente
americano.
Desde su apertura en manos del Primer Ministro José Luis Rodríguez
Zapatero, la flamante obra del Premio Pritzker 2007 Richard Rogers y
Estudio Lamela, sigue sorprendiéndonos.
Beneficios por doquier
La realización de la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas en
Madrid (T4) trajo consigo innumerables beneficios, dentro de ellos una
fuerte reestructuración urbana y de infraestructura en sus alrededores.
Para comenzar los trabajos de construcción de este proyecto (concursado
en 1997), fue necesario generar una conexión vial de transporte
público-privado y crear tres nuevas pistas de aterrizaje.
Ya concluida esta fase iniciaría en forma el plan maestro que
involucraba la creación de tres edificios principales: un estacionamiento
de cinco niveles, un edificio terminal destinado a vuelos nacionales
y un edificio satélite conectado al existente que sirve para
recibir las llegadas internacionales.
Este nuevo conjunto se sitúa al norte de las terminales 1, 2,
y 3 del antiguo aeropuerto. Contempla una construcción de más
de un millón de metros cuadrados y acoge anualmente a un total
aproximado a los cincuenta millones de pasajeros.
Para Estudio Lamela (socio local) “es importante destacar que
la nueva terminal antepone un carácter versátil a nivel
constructivo; su sencillez delata una visión por los cambios
y las adecuaciones que en un futuro van a generarse; el uso de los materiales
enmarca esta visión del maestro Rogers. Sabemos que el terreno
en el cual se ha ubicado el conjunto urbanístico-arquitectónico
puede parecer hostil en su aspecto externo ya que es una superficie
bastante plana, con un subsuelo nada complicado para construir, por
lo que se puede decir que no tuvimos que soportar más dificultades
que las habituales para poder asentar nuestra estructura sobre y bajo
la cota 0. Teníamos que preocuparnos por muchas cosas más
que sólo los aspectos constructivos, la permanencia o responsabilidad
ambiental eran temas obligados”.
Justamente por ello el nuevo edificio, la T4, además de ser una
de las obras arquitectónicas más emblemáticas de
esta tipología, consigue un alto ahorro energético gracias
a las estrategias de arquitectura bioclimática y de eficiencia
energética utilizada. Su esquema estructural permite el mayor
aprovechamiento de luz al interior con una orientación primordialmente
norte-sur y evita la congestión usual de estos espacios. Pero
no sólo esto, la selección de sus materiales lo ha posicionado
como el segundo edificio a nivel mundial que incorpora el uso del bambú
(no estructural) como solución sustentable y tecnológica
al ser en gran parte el benefactor de la atmósfera interna gracias
a sus cualidades especificas como el ser ignifugo.
En su interior se pueden localizar diversos módulos que desempeñan
una función específica (control, embarque, llegadas, atención,
etc.), y que son divididos por los núcleos de circulación
vertical, de tal forma que el pasajero recorre transversalmente el flujo
lineal del edificio para posicionarse en los diferentes niveles y no
generar interferencia en los recorridos: el nivel 0 aloja las llegadas,
el nivel 1 el desembarque, y el nivel 2 las salidas. La construcción
del volumen se integra por un sótano de concreto para servicios
que se localiza hasta 20 m por debajo del nivel de acceso y una estructura
en forma de paraguas resuelta por columnas de tres diferentes alturas
que sostienen una cubierta de acero que emula el vuelo de una gaviota
al unirse en sus extremos, dos perfiles con forma de “S”.
Todo este sistema sobrepasa de manera dramática el límite
de la fachada por medio de un panel de cristal sujetado con cables tensados
que al mismo tiempo funcionan como parteluces de las fachadas longitudinalmente
de mayor exposición solar. Puede asegurarse que el diseño
fue tan eficaz que cada módulo estructural de acero fue montado
ya con instalaciones y posteriormente ensamblado entre sí como
una gran armadura. Sin embargo, para realizar eso fue necesario que
todo el concreto utilizado se realizara en obra con el objetivo de tener
un mejor control de la altura del edificio, de ahí que las columnas
principales en el interior mantienen la misma presencia y confección
pero se distinguen gracias a la gama de colores con que han sido identificadas
de forma programática: desde amarillos, azules, rojos y verdes.
|
Sobre el arquitecto |
Richard Rogers nació en Florencia
en 1933. Es inglés de ascendencia italo-inglesa; fundador
del afamado Team 4; asume que es un Lord por selección
y no por elección, y a pesar de haber ganado el mayor
galardón que un arquitecto puede recibir en vida, prefiere
que lo llamen simplemente Richard. Este es el perfil de un personaje
preocupado por la sociedad, por sus espacios y por disminuir
la desigualdad entre pueblos. Actualmente mantiene relaciones
con diferentes socios en cada uno de sus proyectos, para él
está claro que la arquitectura no se hace individualme
te sino gracias a los equipos y el trabajo conjunto.
|
Con buen molde
Este proyecto contemplaba una ruta crítica de construcción
bastante precisa y de tiempos cortos, bajo estas condicionantes los
proyectistas entablaron contacto con los técnicos de PERI y éstos
a su vez conjuntamente con el cliente diseñaron un sistema de
cimbrado para la ejecución de las vigas, así como el empleo
de diversos sistemas para la resolución de los distintos elementos
estructurales que aparecen en toda la obra, la mayoría de ellos
colados in situ. Debe recordarse que este proyecto fue en su momento
la obra más grande de Europa, por ello se puso a prueba el innovador
sistema de “mesas”: una cimbra modular que se monta y desmonta
una única vez, y que se traslada con extraordinaria facilidad
en el sitio. La versátil geometría de las mesas Rosett
permitieron librar y ejecutar vigas, distintas alturas de losa y distintos
espesores de concreto armado, incluso de forma simultánea durante
la fase constructiva.
Al optar por esta opción se benefició la eficacia del
esquema estructural y favoreció la construcción de grandes
superficies de losas y/o vigas de concreto, consiguiendo ritmos de ejecución
que ningún otro sistema en su momento podía igualar. El
reto era de escala mayor: destacaban una serie de vigas pretensadas
de 72 m de longitud y secciones de 1,95 x 0,90 m, todas ellas apoyadas
sobre columnas de concreto armado de 8,75 m de altura que soportan a
las losas prefabricadas con una ramificación metálica
en su parte superior.
El resultado obtenido es un acabado de concreto impecable, ya que las
juntas entre módulos están controladas y prediseñadas
desde la fase de proyecto, de tal forma que la cara que se apoya en
la cimbra (integrada por un tablero de abeto con resina fenólica
hidrófuga), genera un acabado de alto valor estilístico
y cuidado especial en el concreto aparente. La estructura de mesas es
tan ordenada en el espacio, que permite todo tipo de pasos para personal
y maquinaria en todas las direcciones. Sin embargo, la mayor ventaja
es sin duda, la rapidez, así lo confirma el despacho de Richard
Rogers al comentar que este aspecto fue clave para el exitoso termino
de la encomienda.
|
Datos de interés |
Cliente: Arena.
Arquitectos: Richard Rogers & Estudio Lamela.
Consultores en Paisajismo:
Dos Ados.
Consultores en Estructura: TPS, Anthony Hunt.
Consultores en Iluminación: Spiers y
Major, Biosca, Botey.
Instalaciones especiales: Warrington FIRE.
Constructores: ACS, NECSO, FCC, Ferrovial Agroman,
SACYR.
|
Un punto significativo, tanto por el volumen como por los distintos
tipos de concreto suministrados, fue el empleo de aditivos mejoradores
en prácticamente todos los frentes del proyecto, tanto para las
plantas in situ como para las proveedoras de cada empresa constructora
de elementos prefabricados. Sika participó desde la asesoría
hasta la determinación de los mejores productos para cada elemento.
Se utilizaron Superplastificantes como Sikament 500, polivalentes como
el Sikament 290 y aditivos anticongelantes como el Sika Antigel, que
protegió en su proceso de fraguado al concreto ante las frías
temperaturas del invierno en Madrid. Asimismo, se utilizaron productos
complementarios para todas las estructuras como desencofrantes y aditivos
líquidos de curado. Esta fase fue supervisada por un equipo especializado
encargado de mantener el estándar de calidad, vigilando las dosificaciones,
tiempos y procesos de cada elemento construido. Hoy la terminal T4 del
aeropuerto Madrid-Barajas es ya un hito, ha sido merecedora de múltiples
premios internacionales, como el RIBA European Awards y el RIBA Stirling
Prize otorgados por el Royal Institute of British Architects.
La genialidad de Rogers queda impregnada no sólo por el uso audaz
de las formas, sino por su filosofía de entender que cada espacio
es una célula vital de las ciudades. En plena euforia global,
un remanso de arquitectura responsable vuelve a acentuar el panorama.
|
El concreto de las columnas |
Proveedor del concreto:
Lafarge.
Clasificación: F´c= 350 kg/cm2.
En cimentación: F´c= 250kg/cm2.
|