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Nuestro
invitado Luis Rocha
Marthén |
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Es ingeniero civil egresado de la Facultad
de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma
de México (1979). Obtuvo el certificado de estudios superiores
en estructuras de L’Ecole Nationale des Travaux Publics
de L’Etat, en Lyon, Francia, donde sostuvo su tesis sobre
el efecto de la no adherencia de los cables de presfuerzo sobre
el momento resistente de las trabes postensadas del puente de
L’Azergues, de la autopista París- Lyon. Posteriormente,
obtuvo el diploma de especialización en estructuras reforzadas
y presforzadas en el Centre des Hautes Etudes de la Construction.
Tiene 26 años de experiencia en el proyecto y ejecución
de estructuras postensadas. Es socio fundador de Postensados
Mexicanos, empresa especializada en la aplicación del
presfuerzo en la edificación.
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En este documento están las conclusiones más relevantes
del tema obtenidas del estudio de varios artículos técnicos
publicados en el mundo. Por ello, considerando que la acción
sísmica sobre este tipo de estructuras es uno de los puntos más
importantes y poco difundidos en el mundo estructural, decidí
hacer este resumen enfocado exclusivamente al tema. Es ampliamente conocido
que el concreto presenta gran resistencia a la compresión y baja
resistencia a la tensión, y que el presfuerzo comprime al concreto
ofreciéndole la oportunidad de desarrollar toda su capacidad
desde el punto de vista de resistencia.
Las cargas exteriores, al desarrollar esfuerzos de tensión en
las piezas éstos son anulados por la compresión transmitida
por el presfuerzo al concreto teniendo como consecuencia un mayor aprovechamiento
del material, de ahí la necesidad de una menor sección
la cual, inversamente a lo que sucede en el concreto reforzado convencional,
es aprovechada en su totalidad. Por lo anterior se puede decir que presfuerzo
significa ejercer mediante un tratamiento mecánico consistente
en aplicar de manera artificial y voluntaria (controlada) una fuerza
que comprime las secciones de concreto, que sumado a los esfuerzos creados
por las solicitaciones exteriores futuras, la sección de concreto
permanece comprimida dentro de los límites permisibles del material.
Introducción
El estudio del comportamiento de sistemas estructurales y de los elementos
que los componen sujetos al efecto de una excitación del tipo
sísmico, en el caso de edificaciones en las que se emplean elementos
de concreto reforzado y presforzado es un tema relativamente nuevo.
Durante mucho tiempo se ha considerado que las edificaciones constituidas
con elementos presforzados o postensados, no presentarán desempeños
adecuados ante un sismo. Ambas aseveraciones son incorrectas: Las estructuras
prefabricadas o postensadas, al igual que las totalmente coladas en
sitio, adecuadamente diseñadas no presentan comportamientos anómalos
ante sismos.
Durante las últimas décadas y producto de la necesidad
de tener mayor control de calidad en la construcción, aunado
a la necesidad de poder cubrir grandes claros con reducción en
los costos de construcción, se han usado con mayor frecuencia
sistemas con elementos postensados no adheridos. El aumento en el uso
de este tipo de sistemas estructurales se ha presentado aún en
zonas de sismicidad media a alta, como es el caso de la costa del Pacífico
de los países de Norteamérica, Japón y Nueva Zelanda.
La escasez de información generada de resultados de investigaciones
experimentales ha propiciado que la normatividad en este rubro de la
ingeniería estructural resulte de poco acceso al profesional.
Al respecto se pueden mencionar algunos documentos normativos o de recomendaciones
específicas para el diseño y construcción de estructuras
presforzadas, todos de los países mencionados. Sin embargo y
desafortunadamente, en el caso de México no se ha desarrollado
investigación y, por lo tanto, no existe ninguna normatividad,
ni recomendaciones para un diseño adecuado. Por esto, este escrito
pretende exponer de manera sencilla y clara una parte de la información
que se logró identificar a partir de la revisión
documental. Investigaciones previas
En la parte final de la década de los setentas, el profesor neozelandés
Robert Park hizo una apología sobre el comportamiento y criterios
de diseño para estructuras de marcos de concreto en regiones
de alta sismicidad con elementos parcialmente presforzados; es decir,
elementos con la combinación del presfuerzo, trabajando conjuntamente
con el acero de refuerzo tradicional. En ese trabajo pionero, Park menciona
las características de las relaciones carga–desplazamiento
esperadas para este tipo de elementos, las cuales resultan similares
con las obtenidas en trabajos experimentales realizados en un periodo
de casi cuarenta años. Además, en ese trabajo, el autor
menciona qué elementos de este tipo pueden ser usados para conformar
marcos resistentes al momento en regiones de alta sismicidad. Cabe decir
que lo mencionado por Park también había sido tratado
ya por Muguruma y Okamoto en Japón, en la misma década.
En los trabajos de Okamoto –sustentados en investigación
experimental– se menciona la capacidad de disipación de
energía por daño que presentan los elementos estructurales
“parcialmente presforzados”; incluso muestra una gráfica
donde se manifiesta que este tipo de elementos alcanzaron valores del
amortiguamiento viscoso equivalente del orden del 10% para desplazamientos
relativos del elemento de 2%. (Valor similar al que se considera como
mínimo aceptable para estructuras de concreto reforzado según
algunos códigos. Otani, 1981).
Entre los años setenta y los ochenta, A. Naaman desarrolló
un trabajo experimental y analítico en elementos presforzados
y parcialmente presforzados, llegando a la conclusión de que
el comportamiento de este tipo de elementos resulta “emulatoria”
del comportamiento de elementos similares de concreto reforzado, lo
que se puede observar en las gráficas que presentan la relación
entre ductilidad seccional e índice de acero de refuerzo para
estructuras parcialmente presforzadas. (Ver. Fig. 2. A, Naaman, M. H
Harajli et J.K.Wight. PCI Journal, 1986) y para estructuras de concreto
reforzado (Fig. 1. Park y Paulay, 1991).
En los años noventa surgió el proyecto PRESS para el
estudio de estructuras precoladas y presforzadas. El proyecto lo conformaban
principalmente investigadores y profesionales de la ingeniería
de estructuras de Estados Unidos de América, Nueva Zelanda y
Japón. Dentro de los grupos de trabajo japoneses se ejecutaron
dos proyectos concluyentes. El primero, presentado por Hayashi, et.
Al., 1995, brinda las características de desempeño carga–
desplazamiento de elementos parcialmente presforzados, en los que la
variable fue el porcentaje de resistencia a la flexión proporcionada
por el acero de refuerzo. Un resumen del trabajo del grupo encabezado
por Hayashi se presenta en la Figura 3. Lo que reporta como conclusión
de este trabajo es el desempeño dúctil con nula degradación
de resistencia de todos los modelos, desde el presforzado, hasta el
parcialmente presforzado en el que el 50% de la resistencia a flexión
la proporciona el acero de refuerzo. Además, se observan características
adecuadas de disipación de energía por histéresis,
siendo éstas mayores para los modelos donde el índice
de refuerzo por flexión es mayor. También, desde estos
trabajos, se identifica que los elementos presforzados sujetos a cargas
cíclicas reversibles del tipo sísmico, presentan una deformación
o desplazamiento remanente prácticamente nulo, lo cual puede
considerarse como un nivel nulo o bajo de daño residual.
Durante el Congreso Mundial de Ingeniería Sísmica celebrado
en el año 2000, H. Kato y colaboradores, presentaron los resultados
de una investigación experimental en un modelo escala real de
un edificio de 11
niveles con elementos parcialmente presforzados para las trabes de los
marcos, sujetando la estructura a un patrón de cargas cíclicas
reversibles.
De los resultados de esta investigación, principalmente de
la gráfica “Cortante basal–desplazamiento de entrepiso
del modelo de prueba”, se puede entender que el sistema presenta
una ductilidad global del orden de cuatro, con tendencia a presentar
desplazamientos remanentes muy pequeños. Un resumen gráfico
del trabajo experimental presentado por Kato y colaboradores (2000)
se muestra en la Fig. 4. Recientemente se han presentado trabajos donde
se han utilizado torones no adherentes en la unión de vigas y
columnas, con diferentes contenidos de acero (S. Ozden y colaboradores,
2007).
De la observación de los resultados experimentales que se resumen
en la Figura 5 se identifica que aún el elemento con solamente
presfuerzo presenta una relación carga–desplazamiento dúctil.
Además, se identifica lo mismo que en trabajos anteriores manifestaron
Park, Muguruma y Kato, entre otros, que es el hecho de que el comportamiento
carga–desplazamiento tiende a ser “orientado al origen”;
es decir, prácticamente sin desplazamientos relativos remanentes,
lo que permite considerar que un elemento postensado sin acero de refuerzo
presenta un comportamiento similar a los elementos con memoria de forma.
En esta pequeña investigación documental, se coincide
con lo observado en la mayoría de los códigos que contemplan
a las estructuras presforzadas, en el sentido de que una cuantía
de acero comprendido entre el 20% y 30% en elementos postensados con
torones no adherentes presentarán un desempeño adecuado
en cuanto a resistencia, rigidez, capacidad de deformación, ductilidad
seccional, capacidad de disipación de energía por daño
y un bajo desplazamiento relativo remanente. Este hecho, nuevamente,
es indicativo de un nivel bajo de daño remanente, aunque se pueden
alcanzar ductilidades globales del orden de seis.
Nota:
El autor expresa su agradecimiento al dr. en Ing. Óscar López
Bátiz. por sus valiosos consejos y desinteresados comentarios
en la parte de comportamiento sísmico de estructuras parcialmente
postensadas. La Bibliografía de este trabajo se presentará
en la segunda parte del documento.