Un Edén de concreto Gabriela Celis Navarro Dentro del mundo del arte, el concreto también
ha sido usado para plasmar las más diferentes y extraordinarias
ideas del hombre. Tal es el caso del llamado Jardín del Edén,
localizado en la pequeña población de Lucas, en Kansas (en
los Estados Unidos de Norteamérica) donde Samuel Perry Dinsmoor
–un patriota americano veterano de la Guerra Civil, nacido en 1843
y muerto en 1932– construyó su casa pero, esencialmente,
una serie de esculturas de corte naif, realizadas con una núcleo
de acero, forradas de concreto y pintadas de variados colores y que en
total, suman más de 300 toneladas de concreto usado en su confección. |
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El visitante, así, puede observar planteamientos cargados de enorme simbolismo como los de Adán y Eva, Caín y Abel o las alegorías de la guerra. Se trata de cerca de 200 figuras hechas en concreto y dispuestas en árboles –también de concreto– de más de 3 metros de altura, que resultan fascinantes a la vez que bastante perturbadoras. Cabe decir que en este extravagante lugar se encuentra enterrado el propio artista quien, por cierto, mandó hacer –antes de muerto– su féretro con el fin de que pudiera él mismo observar cómo se vería “la obra completa”, cuando él ya hubiera fallecido.
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