La aguja de concreto Gabriela Celis Navarro En el antiguo Egipto, era costumbre colocar obeliscos hechos en piedra en la entrada de los templos. La simbología -compleja y por momentos abstracta- de esta pieza escultórica ha hecho que, a lo largo del tiempo, se continúen creando obeliscos en diversas partes del mundo. Con la llegada y fortalecimiento de la industria del cemnto y el concreto, este material sirvió para seguir levantando este tipo de monumentos de los cuales, uno de los más famosos es, sin lugar a dudas, el ubicado en la plaza de la República, en Buenos Aires, Argentina. La pieza en custión tiene casi 70 metros de altura
(lo que equivale, más o menos, a un edificio de 30 pisos). Su base
tiene poco menos de 7 metros por 7, y su revestimiento original es de
piedra blanca de olaen -eliminada en los años cuarenta y sustituida
por el cemento pulido- extraída de la sierra de Córdoba.
Su estructura es de concreto armado y está hueca. Al interior,
una escalera de hierro conduce a las cuatro ventanas de la parte superior. |
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