Las joyas viales de California Texto y fotos:
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El continuo mantenimiento que exigen las vías construidas usando emulsiones asfálticas –destinadas en su mayoría a vías de tránsito bajo–, comienza a alentar a las autoridades de nuestro país a romper el paradigma de construir pavimentos de concreto. Casos de éxito como el de California, en Estados Unidos, demuestran que más allá de la inversión inicial debe analizarse el rendimiento y costo a mediano y largo plazo. El antecedente |
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Para el especialista es importante recordar
que el sistema vial de California tiene una base histórica que
data del siglo XIX, el cual poco a poco fue ganando eficiencia hasta llegar
a 1916 cuando se disponían de 5,560 kilómetros construidos,
de los cuales las rutas 99 y 101 fungieron como los principales ejes entre
norte y sur del estado. Desde ese entonces –señala–
los miembros de la comisión “trabajamos con una filosofía
simple basada en que el estado de carreteras debe ser el de las grandes
arterias de un sistema vial que dan servicio a sistemas de menor importancia
pero que adquieren valor al conectar pequeños distritos y condados
que mueven la economía del país a través de minerales,
fruta, madera, y productos agrícolas. |
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Llegamos con avances continuos a la década de los sesenta cuando la demanda por construir estas nuevas vías fue realmente frenética: se incrementó el total de la infraestructura y comenzaron a buscarse nuevas estrategias para vincular la red existente con nuevas alternativas más competitivas o modernas como puentes y distribuidores viales. Pero al llegar los setenta inició una etapa de austeridad absoluta que nos hizo buscar alternativas más rentables en cuanto a construcción de carreteras y así se mantuvo la estrategia en los ochenta debido al éxito reportado.
En ese momento surgió el California Deparment of Transportation, el cual lejos de parar la inversión previó un futuro más rentable a través del uso del concreto, generando una nueva forma de pensar y preservar uno de los bienes más importantes del estado, las carreteras o freeways”, afirma para Construcción y Tecnología el experto. Para ellos está claro, no sólo deben de ser las mejores carreteras sino las más confiables y rentables para la administración local. Ni un centavo más
en reparaciones Miles describe que la experiencia de California ha sido totalmente exitosa ya que se han eliminado en las vías principales o freeways, las partidas de mantenimiento permanente al hacer uso de un pavimento rígido que prácticamente no necesita de cuidados extraordinarios. Así, el especialista indica que los costos de mantenimiento al final de la vida útil de un pavimento flexible (de 25 a 30 años), pueden llegar a ser cuatro o cinco veces más alto que los de uno rígido. |
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La limpieza y resellado de las juntas,
que constituye su mantenimiento normal, no produce desorganización
o interrupción del tránsito, y los cambios de superficie
tampoco causan la inutilización temporal de la vía. Esto
ayuda a que los costos del usuario o administrador también se mantengan
bajos, de esta forma –afirma– esto debe de ser considerado
más que un método de construcción un sistema de planeación
para el futuro de las ciudades. Adicionalmente, indica que “las
carreteras con concreto hidráulico se construyen con mayor rapidez.
En tramos muy grandes se ha trabajado con profundidades de 3-4”
con un abastecimiento continuo, logrando velocidades extraordinarias en
rendimientos por encima de 1,000 metros lineales por día”. |
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El representante del Caltrans señala que, dentro de las ventajas que se pueden constatar para los usuarios son que debido a la rugosidad se convierten en caminos más seguros al requerir una menor distancia de frenado, en estado seco o húmedo a 50 km/h esta distancia es un 10% menor sobre la superficie de concreto, que sobre la de asfalto. En términos de luminosidad, debido a su color claro, el pavimento funciona como una superficie difusora y reflectora de los rayos luminosos incidentes en él, lo que facilita la percepción de los obstáculos fijos o móviles que se encuentran en la vía; en cuestión de mantenimiento, los trabajos son menores y se limitan al cuidado de los sellos de las juntas y la limpieza de éstas. “Son muy confiables y no presentan fallas que provoquen entorpecimientos en el flujo vehicular como otras opciones, esto para el estado es una garantía no sólo vial sino de perfil económico al convertir sus rutas en sistemas viables y rentables para industrias o productores locales”.
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Asimismo, se han reportado cambios totales de vías antiguas en las cuales se han aplicado pavimentos de concreto ahorrando el 50% de material, combustible y gastos de transportación de materiales o personal, incrementando los beneficios iníciales y permitiendo un proceso de reciclamiento de material producto de construcción. Consideraciones de importancia |
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Este último aspecto “ha determinado en gran medida los principales retos de los freeways en California, ya que tenemos arterias de sólo cuatro carriles en ambos sentidos como mínimo y algunas otras de mayor complejidad que llegan a albergar hasta catorce carriles (generando un rango de 30,000 a 60,000 vehículos por día), por ello debemos estudiar perfectamente el tránsito anual, las dimensiones y el peso máximo de los vehículos que circularán ya que es un fundamento que implica durabilidad y seguridad”. Aunado a ello, deberá tenerse especial cuidado en las condiciones climáticas de cada región ya que de ignorarse se corre el riesgo de provocar agrietamientos por contracción plástica o por las cargas de servicio, fallas vinculadas a la humedad relativa, gradiente térmico del concreto o contaminación por cloruros y sulfatos. Respuesta sustentable
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