Una referencia obligada Juan Fernando González G. El doctor Óscar González Cuevas, además de ser uno de los más importantes especialistas en concreto, ha estado cercano al IMCYC desde su fundación hace cincuenta años. |
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Hace 50 años las cosas eran tan diferentes que podíamos estacionar los automóviles en la Avenida de los Insurgentes del DF; allí, justo donde se encuentra el edificio del Instituto Mexicano del Cemento y el Concreto (IMCYC), sin el riesgo de que una grúa se llevará el vehículo al corralón”. Así empezó la charla con el doctor en ingeniería Óscar González Cuevas, uno de los fundadores del IMCYC, especialista de alto nivel que al paso del tiempo se ha erigido como una referencia obligada cuando se habla de tópicos como el concreto reforzado, el análisis estructural y los temas relativos a la educación superior. Amable en extremo y dueño de una gran simpatía, el doctor González Cuevas se vio obligado a encarar a los combativos trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana cuando le correspondió ser el rector general de esa institución durante el periodo 1985-1989, justo cuando se escenificaron varios movimientos de huelga que aún se recuerdan. Egresado de la Universidad de Yucatán en 1960, el catedrático e investigador obtuvo los grados de maestría y doctorado con especialidad en estructuras de concreto por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1963 y 1968, respectivamente. Fue en ese lapso que tuvo sus primeros años de práctica profesional en el área de diseño de plantas industriales, en la compañía Bufete Industrial, y más adelante en la configuración de muelles y varaderos en la Dirección General de Obras Marítimas de la Secretaría de Marina. |
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De la A la Z En su calidad de anfitrión del acto, el ing. Yánez Burelo, Presidente de la CMIC, dio la bienvenida a los participantes expresando: “Como miembros del sector de la construcción sabemos que el cemento y el concreto son dos de los materiales básicos para la realización de nuestros proyectos. Sabemos que las nuevas tecnologías desarrolladas nos ofrecen posibilidades y opciones de construcción que hasta hace algunos años no teníamos. |
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“Recuerdo muy bien que la primera actividad del IMCYC fue una conferencia dictada por un investigador muy famoso en el campo del concreto. Así me enteré de la existencia del organismo y conocí a su primer director, el licenciado Juan Manuel Hallivis; poco tiempo después empecé a trabajar como funcionario del Instituto”, relata González Cuevas. Una sonrisa que se convierte en una muestra de alegría
es la que deja ver el rostro del entrevistado cuando rememora la fecha
en que entró a trabajar al IMCYC. “Mi primera misión
fue la de traducir al español la versión 1963 del reglamento
del American Concrete Institute (ACI), labor que resultaba tan urgente
que mientras esperaba en la maternidad el nacimiento de mi segunda hija
estaba trabajando con una grabadora en mano para cumplir con el encargo”.
El doctor González Cuevas, lleno de ímpetu y dinamismo, se convirtió en editor de la revista del IMCYC justo cuando se habían publicado apenas los primeros tres números. “Éramos pocas personas las que trabajábamos en el Instituto y había que hacer muchas cosas. Me quedé con la responsabilidad de elaborar la revista, pero en condiciones que nada tienen que ver con las que existen ahora porque la publicación se hacía con linotipos. Aprendí a tomar fotografías y trataba de convencer a los colegas para que escribieran algún artículo interesante; pero también tenía a mi cargo la organización de los primeros congresos nacionales del concreto”. Tras una estancia de cuatro años en el IMCYC, el joven ingeniero se despidió del IMCYC “porque estaba haciendo mi tesis doctoral y estaba por vencerse el plazo para presentarla. El trabajo era demandante y sentí que me iba a retrasar en la tesis, por lo que decidí dejar de trabajar y concentrarme en la labor académica”. |
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Academia
e industria Es difícil encontrar en el panorama profesional a alguien que combine su vocación en el área de la ingeniería civil con intereses cercanos a los de la educación, la ciencia y la investigación. Óscar González Cuevas responde a esta descripción y lo reafirma cuando explica que el progreso de la ciencia se da en forma gradual porque el conocimiento proviene de muchas partes. “En el campo de la ingeniería civil México tiene un prestigio internacional, pero ello no quiere decir que seamos uno de los países que más haya aportado al conocimiento internacional de los materiales”, asevera el experto. |
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Una vez doctorado, el entrevistado se sumó a
las filas de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, en donde continuó
trabajos de investigación, e inició en forma paralela
una carrera en gestión y planeación universitaria. Fue
primero Secretario Académico de la División de Estudios
de Posgrado, y en 1970 fue Jefe Fundador del Centro de Educación
Continua de la Facultad (hoy División de Educación Continua).
Más tarde, exactamente en 1974, ingresó a la Universidad
Autónoma Metropolitana ocupando el puesto de Secretario Fundador
de la Unidad Azcapotzalco. Infraestructura |
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Su legado Atravesé al menos dos huelgas durante mi gestión, lo cual resulta muy desgastante porque se deben cuidar los intereses de la institución sin perder la calma, y con la conciencia de que las decisiones que se toman en esos momentos pueden afectar el desarrollo de la institución para siempre”. |
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La jubilación no forma parte del calendario futuro del doctor González Cuevas ya que seguirá trabajando. “Estoy contento, me gusta lo que hago y siento que contribuyo a la formación de los jóvenes ingenieros. Si he de nombrar algún tipo de legado tendría que referirme a los libros que he realizado, los cuales son una obra de consulta frecuente si hablamos del concreto y análisis estructural, aunque también he realizado algunos que tienen que ver con temas de educación superior. Ahora mismo preparo un nuevo titulo, también relacionado con las estructuras de concreto, y colaboro con la dirección del IMCYC en una revista tipo Journal que se realiza en la cual se presentan investigaciones recientes”, concluye este símbolo de la ingeniería contemporánea mexicana al que no le alcanza el tiempo para hacer todo lo que desea. c |
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