Un ingeniero, un arquitecto… y el concreto

(Edición: Yolanda Bravo Saldaña)
Fotos (charla): Roberto Cárdenas Cabello
Fotos de obra: Cortesía de Mario Duarte Carrillo

El 4 de febrero, en Mérida, Yucatán, dos
expertos se reunieron para tener una amistosa charla sobre el concreto,
los prefabricados, la ingeniería y la arquitectura

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Don Mario Duarte Carrillo es una institución dentro del mundo del concreto y de la ingeniería civil no sólo en su tierra natal, Yucatán, sino a nivel internacional. Y para hablar acerca de su vida profesional, invitamos a un gran arquitecto mexicano, generador de una obra honesta, de enorme calidad y comprometida con su entorno:Enrique Duarte Aznar, quien charló –convirtiéndose así en un “entrevistador” de lujo– largo rato con el Ing. Duarte.

Enrique Duarte Aznar (EDA): Conocí a don Mario como padre de unos de mis mejores
amigos en mi época de preparatoriano, en los años setentas. Tiempo después, cuando la arquitectura me prodigó las primeras herramientas para apreciar las virtudes compositivas y tectónicas de las edificaciones, a mi regreso a Mérida, encontré en las obras del ing. Duarte Carrillo toda una veta de la cual aprender: limpieza compositiva, lenguaje claro, lógica, contundencia y honestidad, entre otros atributos. ¿Cuál fue su primer trabajo don Mario, y su primer encuentro con el concreto?
Mario Duarte Carrillo (MDC): Mis primeros trabajos fueron hace sesenta años. Una de mis primeras obras fue el Instituto Neuropsiquiátrico de Yucatán. Trabajé como arquitecto los primeros 15 años de mi vida; sólo hacía casas. Luego nació mi inquietud hacia el concreto presforzado –para mi– el más lógico que hay, porque se hace trabajar toda las secciones del concreto, el área total, además de que utiliza concretos de buena calidad, lo que nos costó mucho trabajo al principio pues cuando estudié sólo se trabajaba con concretos de hasta 120 kilos por cm2. Al estar revisando, pude constatar que los concretos eran de más calidad que esa, porque se hacían obras que teóricamente, con esa resistencia, debían caerse.
Luego, cuando nació Cementos Maya, los dueños hicieron un laboratorio donde me dieron la oportunidad de usarlo; ahí empecé a aprender calidades, etc. Por cierto, yo fui parte de la primera generación de Ingeniería Civil de la Universidad de Yucatán.
EDA: Frank Lloyd Wright estudio ingeniería; Barragán también… y los arquitectos los hemos “adoptado” como arqui­tectos… Sería cosa de preguntarles si les gusta ¿verdad? Pero parece que primero se es arquitecto y luego se avanza hacia la ingeniería civil. Pero, en el arte de la arquitectura, que es el arte de construir, y en la ingeniería, que viene de ingenio, usted ha logrado reunir ambas en su prác­tica profesional. Tiene el sentido, el gusto por la estética, por la proporción y la forma, pero tam­bién el entendimiento de cómo se comportan las estructuras… ¿qué me dice de esto?
MDC: Pues puedo decir que no acepto a priori las teorías; siem­pre las estudio a fondo y trato de comprobar.
EDA: A un arquitecto le escu­ché decir que la diferencia entre ingeniería y arquitectura era que la primera se encarga de las obras por las que se pasa, y la segunda por las que se permanece; y usted ha hecho ambas. ¿Cuál o cuáles recuerda más?
MDC: Creo que lo mejor que puede tener un profesionista es quedar satisfecho con su trabajo, y son tantos y tan diferentes los retos.
EDA:
Pero usted hizo el primer puente de Cancún; el primer mue­lle en Playa del Carmen. Siempre ha sido pionero.
MDC: Pues sí, cuando ven algo difícil, acuden a mí y me retan. Gracias a Dios siempre los he po­dido resolver; sin embargo creo que por ejemplo, las cimentaciones es algo de lo más incomprendido en Yucatán.
EDA:
¿Porque don Mario? Los sistemas para medir la calidad del concreto básicamente son dos: el cilindro de 15 de diáme­tro por 30 de altura, y el cubo de 20x20x20. El mismo concreto probado de las dos formas da 20% más el cubo que el cilindro, lo que es un parámetro. Eso mismo sucede en la cimentación: Sacar un cilindro de la roca y probarlo no quiere decir que eso es lo que resiste la roca pues Yucatán es toda una plancha confinada. Al no haber relación de esbeltez, la resistencia real es mucho mayor, que si se saca un cilindro y se prueba. La diferencia es enorme. He hecho muchas pruebas y lo he comprobado.
EDA: Entonces, ¿los reglamentos y criterios de alguna manera “desprecian” esta dimensión de la plancha? MDC: Normalmente todos los estudios son de mecánica de suelos, y aquí no tenemos suelos, tenemos roca, que es otra cosa. El suelo es un material que se acomoda; son partículas pequeñas; arcillas cuya resistencia depende de la humedad. La roca es otra cosa. Tenemos rocas con capacidades de prueba enormes.Por eso, me dediqué a buscar la resistencia directamente; hacía estructuras ancladas en la misma roca y les ponía gatos directos, y la resistencia es mucho mayor.Se usan las zapatas que son una ampliación de base, porque se supone que el concreto de la zapata tiene una capacidad muy grande, comparada con la superficie que se asienta; cosa que aquí es todo lo contrario: tiene más resistencia la roca que el concreto, por tanto, lógicamente no necesito una ampliación. Esta experiencia la he hecho muchos años, haciendo pruebas directas; he hecho muchos edificios que jamás tuvieron una zapata, como el caso de Plaza dorada.

 

Fotografias

Foto: Roberto Cárdenas Cabello.
Trabe postensada de 28.0 m para la Catedral de Cancún.
Piezas de concreto simple para el malecón de Cancún.
Estructura compuesta de acero y concreto para el teatro de Xcaret, Q. Roo.
Estadio de beisbolen Mérida Yucatán.
Ing. Mario Duarte Carrillo
Arq. Enriqe Duarte Aznar

EDA: Si, obras que ya tienen muchos años; que han sido víctimas de ciclones, y que ahí están.
MDC: Si, yo creo que hay mucho que estudiar en lo que es cimentación. Ver que es la confinación lo que da la capacidad; la capacidad que tenga dependerá de la confinación. En sí, se trata de mucha observación, física y lógica.
EDA: Entonces la receta es no seguir la receta sino cuestionarse.
MDC: Y hacer pruebas. Con una prueba se está seguro.
EDA: Hace años hicimos el nuevo malecón de Progreso, después de que fue destruido por un huracán, y acudimos con usted. Recuerdo que diseñó un par de piezas prefabricadas que hubieran significado toneladas métricas menos de concreto que las que el Gobierno decidió emplear. Creo que usted lleva los materiales al límite razonable, entendiendo cómo se comportan las estructuras y las cargas.
MDC:Probando siempre.
EDA: Y ¿cómo ve la relación de los arquitectos de varias generaciones que recurrimos a usted?
MDC: Pues yo he sugerido que siempre trabajemos juntos los arquitectos y los estructuristas; cada uno puede poner sus límites. No debe ser una pelea sino un trabajo en conjunto.
EDA: Usted ha sido pionero en muchas cosas; pionero en poner una planta de prefabricados de concreto…
MDC: Hace mucho tiempo, vino a dar una conferencia el ing. Manuel Rodríguez. Me habló del concreto presforzado y me invitó a Monterrey y así comencé y vi el secreto del prefabricado y es que el molde se minimice en precio. Yo tengo moldes que tienen 40 años de uso ¿Cuánto costó? ¡Nada!, pues su costo se amortizó al seguir sirviendo.
EDA: Usted ha trabajado en la ribera maya; en suelo malo, con ciclones…
MDC: Creo que el ciclón es determinante pues ataca por los 4 lados del edificio; por eso, al calcular una obra anticiclones, la resistencia debe ser igual en todos lados.
EDA: ¿Qué obras de la Riviera recuerda usted más?
MDC: Pues el primer puente; el primer muelle así como unas torres para departamentos que hice de 125 metros de altura. Esto es importante porque el viento aumenta con la altura. La presión del viento es al cuadrado de la velocidad. Abajo no hay tanta velocidad. Esas torres las proyectaron en Alemania, y especificaron que debería calcularse el ciclón con las especificaciones de Hong Kong. Las calculé y cimenté las cuatro torres, en terrenos distintos, fue algo muy interesante.
EDA: Cuéntenos un poco del reto que fue la plaza de toros de Cancún.
MDC: Fue una obra muy bo­nita donde ligamos el techo a la roca. Es una estructura muy liviana. Si llega un ciclón, en tres horas le pones los 32 cables que tiene. Es de 60 metros de diámetro y un radio de 30 metros. Por cierto, acabo de terminar la plaza de toros de San Luis Potosí, de 88 metros de diámetro.
EDA: La tecnología ha avanzado en el campo del concreto, etc., y considero que aún no aterriza del todo en normas y reglamentos.
MDC: Tienes razón y se demuestra con un ejemplo sencillo, en una realidad del concreto que poca gente sabe: Un parámetro es su resistencia a los 28 días; a los 7 días sólo tiene el 75%; a los 3 meses tiene un 25% más, y a los 6 meses tiene 3 y media más, y a los dos años, tiene el doble. Pero, en varias ocasiones me han dicho “quiero aumentar un piso más a un edificio –digamos de 3 pisos– ¿qué tengo que hacer para reforzar?” Y les digo: Nada, porque ahorita ya aguanta más pisos. Son cosas reales. Es importante saber que el buen concreto sigue subiendo su calidad conforme pasa el tiempo, y no se sabe hasta cuanto seguirá subiendo. Leí que en EUA hay cilindros guardados en caja fuerte, que los tienen guardados por ¡cincuenta años! Pues quieren saber su resistencia a los cincuenta años. Sin embargo, en el prefabricado tenemos otro problema; en el presforzado, es al revés, se necesitan resistencias muy altas a muy corta edad… por horas.
EDA: Don Mario, háblenos de su experiencia en ingeniería marítima de la cual también es usted referencia obligada.
MDC: Pues aprendí mucho de obra marítima. Trabajé por 12 años para la Secretaría de Marina. Y cuando hice los muelles de Yucalpeten, en la Marina se cambió el sistema para hacerlo como yo decía, y lo llevaron a todos lados. Si, ha sido muy variada mi actividad profesional.
EDA: ¿Qué nos puede decir por último?Que tengo fe en la ingeniería y que creo que la base de mi trayectoria de vida y profesional ha sido: no dejar nunca de estudiar y la honradez, eso ha sido básico en mi vida.

El entrevistado
Mario Duarte Carrillo

Egresó en 1946 de la facultad de Ingeniería de la Universidad de Yucatán. Ha sido constructor de más de 50 obras públicas y 500 privadas. En 1971 realizó el muelle de Playa del Carmen donde la Se­cretaría de Marina aceptó el cambio de diseño para usar presforzados. Realizó los primeros 600 metros del muelle de Yucalpeten. Supervisó la construcción del puente que une a la isla Aguada con Isla del Carmen. Prefabricó un muelle en Puerto Limón, Costa Rica, así como la plaza de toros de Cancún, con un techo que ha soportado ciclones.La empresa que fundó en 1960 está dedicada al diseño, fabricación, transporte y montaje de elementos estructurales prefabricados de concreto y acero. Implantó en Yucatán el sistema de techos y entrepisos de viguetas pretensadas y bovedillas, creando un proceso industrial para la fabricación de la vigueta tan simple y económico que hasta la fecha, después de más de 40 años, Yucatán es la zona del país que mayor consumo de alambre de presfuerzo, debido a la producción de viguetas pretensadas, fabricadas con su sistema. Asimismo, fue presidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de Yucatán. De 1962 a 1964 fue “Ingeniero municipal” de la ciudad de Mérida, plazo en el que supervisó la construcción de fraccionamientos, parques, ampliación de redes eléctricas, dotación de agua potable, calles, obras de drenaje, etc.

El entrevistador
Enrique Duarte Aznar

Nacido en Mérida, Yucatán en 1957. Egresó de la carrera de Arquitectura por la Universidad Iberoamericana en 1980. Ha sido docente en la propia UIA, en la Universidad de Yucatán y actualmente en la Universidad Marista. De ésta última fue director de la carrera de 2002 a 2003. Director de Duarte Aznar Arquitectos SCP de 1986 a la fecha. Fue presidente del Colegio Yucateco de Arquitectos AC de 1990 a 1992 y vicepresidente de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, de 1993 a 1995. Entre sus obras están el proyecto (en sociedad), para el nuevo malecón de Progreso; la remodelación del Mercado de Santa Ana así como (en sociedad) el Hospital Regional de Alta Especialidad de Mérida, Yucatán. Su obra ha sido motivo de reconocimientos, como por ejemplo, la medalla de plata y mención de honor en la VI Bienal de Arquitectura Mexicana, en el 2000, por la Unidad Deportiva Inalámbrica y por la academia de karate Shotokan, así como Premio Obras CEMEX 2001 en diseño arquitectónico, por el Gimnasio Polifuncional de Tizimín, entre otras distinciones. Además, obtuvo un accésit al premio a la mejor obra en la IV Bienal de Arquitectura Iberoamericana en Lima, Perú (2004), por el Mercado de Santa Ana, y fue candidato al II Premio Mies van der Rohe para Latinoamérica, en Barcelona, España, (2000) por la Unidad Deportiva La Inalámbrica.