90 años
Pedro Ramírez Vázquez

Juan Fernando González
Retrato: A&S Photo/Graphics
Fotos: Cortesía Despacho
Arquitecto Ramírez Vázquez.


El pasado mes de abril,
Don Pedro Ramírez
Vázquez –quien no necesita presentaciones–
cumplió 90 años, y más de 60
de entregarnos una arquitectura
de enorme calidad; este
es un pequeño homenaje
al maestro de maestros.



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Reacio a dar entrevistas formales, porque “siempre me preguntan lo mismo”, el legendario arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez, aprovechando la sesión fotográfica que se le hizo para Construcción y Tecnología, logramos extraer algunas valiosas ideas que el arquitecto comentó en esos minutos de charla que fueron, como se dice “oro molido”. “Si tuviera que dar una opinión sobre el concreto podría simplemente decir que es una buena materia prima, y punto; pero si hablamos del realce que alcanza en algunas obras podríamos abundar y decir que, por ejemplo, en el caso del Estadio Azteca, no había manera de darle esas formas con una estructura metálica”, afirma quien se ha convertido en una leyenda de la arquitectura mexicana y que recientemente cumplió 90 años de vida.

Un “clic” suena en la cámara del fotógrafo mientras don Pedro acepta que le gusta todo lo relacionado con los prefabricados y que una buena forma de utilizar el concreto en esta categoría son las fachadas. “Es tan amplia la variedad que existe en el uso del concreto que, por ejemplo, en el caso del Estadio Azteca se podía dejar aparente y con buenos resultados, pero con un costo de cimbra y un costo de manejo que no se puede tener en cualquier obra.

Si hoy me dijeran que construyera nuevamente el Estadio Azteca lo haría de la misma manera. Sin embargo, aunque mucha gente podría pensar que ese inmueble es una de mis obras favoritas yo prefiero la escuelita que está allí atrás, en esa fotografía”, dice Ramírez Vázquez mientras señala la imagen enmarcada que se mezcla con muchas otras de sus obras. “Hay 35 mil planteles iguales a esa escuela, en México, Latinoamérica, India, Filipinas, lo que era Yugoslavia, Tailandia e Italia. Es un proyecto que data de 1960 y que se basaba en paneles metálicos que se ensamblan fácil y rápidamente”, relata.

Es entonces que salta a la plática la conformación de la vivienda en el México moderno: “Es un crimen el tipo de departamentos que se diseñan ahora, y espero que no lleguemos al extremo de copiar los dormitorios japoneses que son armazones como de cama de tren”. Ramírez Vázquez recuerda que participó activamente en el diseño de la Unidad Habitacional El Rosario, al poniente de la ciudad de México, al tiempo que aplaude el proyecto de la Unidad Tlatelolco, “que fue una muy buena solución en su momento, con espacios bastante dignos. Yo creo que lo más razonable para vivir con decoro es una superficie de al menos 60 metros, pero hay empresas que en la actualidad apoyan su publicidad en casa de 40 metros, lo que es absurdo pues eso es almacenar gente”.

Arquitecto, no político
“El ser funcionario es diferente a ser político, dice convencido el personaje nacido en la colonia Guerrero del Distrito Federal. “He tenido responsabilidades en el gobierno como arquitecto, y con este perfil hice el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, no como político, y lo mismo puedo decir de los mercados de La Lagunilla y de Tepito, los cuales, por cierto, están cumpliendo 50 años de existencia. He diseñado un total de 15 mercados en la Ciudad de México”, comenta el experimentado maestro, quien recuerda con mucho ánimo la manera en que logró construir el primero de ellos, el del barrio de la Lagunilla, sitio donde su padre vendía libros en plena vía pública.

  Trazos de una charla

• Ninguno de los millones de fieles que acuden a la Basílica de Guadalupe se puede quejar de que no pudo rezar frente a la virgen y persignarse frente a la imagen, y eso se debe al diseño.
• Nunca me he arrepentido de algo que hice porque al menos sé que le puse todo el interés y lo hice lo mejor posible dentro de las circunstancias de cada obra, me siento satisfecho y con tranquilidad de conciencia.
• Yo no soy de estilo; no me interesa tener arquitectura de autor, ni que digan ‘es de Ramírez Vázquez’; sino que digan, mira, ese es un estadio o una iglesia, ¡imagínate que un estadio parezca iglesia!, estaría mal.
• El logotipo de Televisa quedó resuelto luego de una plática y un café con el ‘Tigre’ Azcárraga. Resultó sencillo porque se trató de definir al mundo visto a través de la televisión, lo que, al mismo tiempo, es la representación de un ojo humano. Poca gente lo sabe, pero el logotipo de Televisa es uno de los iconos más conocidos de todo el mundo.
• Admiré mucho al arquitecto y urbanista José Luis Cuevas Pietrasanta, con quien trabajé nueve años como dibujante. También recuerdo muy bien a mi maestro Domingo García Ramos –otro gran urbanista–y a Mauricio M. Campos.
• Nunca he dejado una obra porque no me guste; en mi despacho se trabaja igual chico o grande, lo que caiga es bueno porque chamba es chamba.

“Resulta que los vendedores ambulantes no querían dejar la calle ni que se construyera un mercado, pero mi padre, al que le apodaban ‘Levitas’ porque siempre estaba ataviado con bombín y jaquet, tuvo que ver mucho con la decisión final ya que era una persona conocida que llamaba mucho la atención. Los líderes de los ambulantes se enteraron que yo era arquitecto y que mi padre era ‘Levitas’, lo que les dio confianza y me permitieron diseñar el mercado”.

El multipremiado maestro de la arquitectura comenta que se ha construido solamente el 10 por ciento de los proyectos que ha diseñado, por lo que su archivo está lleno de numerosas ideas que tal vez alguna vez vean la luz. Mientras tanto, dice, hay que mantenerse atento a lo que sucede con las nuevas generaciones, “lo que no es difícil porque constantemente recibo invitaciones de escuelas de arquitectura de todo el país para dar charlas, ocasión que me sirve para conocer lo que se hace en otras partes”. Algo que no debe olvidarse, sentencia, es que “la arquitectura se difunde mucho a través de las fotografías, pero ojo, la arquitectura no es la foto sino lo que hay dentro; es cómo funciona. No son las paredes y los techos porque eso es el volumen construido, lo importante es que sea funcional para quien ocupa ese espacio, ya sea para trabajo, recreo, enseñanza o entretenimiento.

De todo un poco
“He diseñado muchas residencias, pero nunca he publicado ninguna de esas obras, simplemente porque no tengo derecho a divulgar cómo vive una familia; eso no se hace. Solamente he difundido la de mis padres, que se encuentra en la colonia Del Valle. Sin embargo, no tengo empacho en decir que diseñé la casa de López Mateos, la de Díaz Ordaz y la de varios secretarios así como la de Silvia Pinal, entre muchas otras.

 

 

 

Viene a la charla el Museo Nacional de Antropología y la visión particular del arquitecto Ramírez Vázquez sobre la manera en que se diseñó. “Es el concepto de un templo; la gente llega en grupo y cuando entra a la sala Mexica todo mundo baja la voz y se calla porque le impone ver que allí hay una especie de templo que representa el pasado, y nuestro pasado merece respeto. Es por eso que recientemente se ha editado un libro que relata cómo y por qué se fue haciendo cada detalle de esta obra, la cual será una referencia obligada para todo el público.

No soy humilde sino que entiendo que tengo un gran equipo, dice al final de esta conversación informal –casi a hurtadillas–, el legendario personaje de la arquitectura mexicana, quien explica que encuentra injustificado que se centre todo el reconocimiento en su persona “ya que no soy un mil manos y por aquí han pasado arquitectos muy importantes, como Carlos Urrutia, Javier Sordo, Díaz Infante, por ejemplo”.

Don Pedro Ramírez Vázquez sigue posando para el fotógrafo mientras cuenta observamos algunas de las piezas de vidrio que están sobre su escritorio: “son recuerdos de los regalos que les hicimos a los delegados de los 124 países que acudieron a la Olimpiada de México 68. Son piezas extraordinarias que tuvieron una pequeña falla y que conserve. Ahora, las estoy repartiendo entre mis cuatro hijos y mis 14 nietos”, concluye. c

 

 

 



  Muestrario de obras (algunas en coautoría)

• 35 mil aulas prefabricadas en todo el país, para el CAPFCE.
• 15 mercados en México DF.
• Estadio Azteca.
• Secretaría de Relaciones Exteriores (Tlatelolco, DF).
• Embajada de Japón.
• Basílica de Guadalupe.
• Museo Nacional de Antropología.
• Museo de Arte Moderno.
• Diseño de las Olimpiadas 1968.
• Escuela Nacional de Medicina de CU/UNAM.
• Liceo Mexicano-Japonés.
• Torre para Mexicana de Aviación.
• Palacio Legislativo de San Lázaro.
• Museo de las Olimpiadas, en Suiza.