Al rescate del Grand Palais


En junio de 1993 la caída de un remache de la estructura del Grand Palais dio la alarma de deterioro del edificio y
desencadenó los trabajos de cierre y de rehabilitación de la histórica construcción.

Para recibir las exposiciones de las bellas artes que se exhibieron en la Exposición Universal de Paris de 1900 los arquitectos Deglane, Louvet, Thomas y Girault construyeron
el El Grand Palais, cuyo programa arquitectonico incluyó el Puente Alejandro III y el Petit Palais.


Un año mas tarde, en 1898, debido a la calidad de las construcciones se tomó la decisión de conservar estos monumentos y destinar los espaciosos salones del Grand Palais para escenario de concursos hípicos. Pero, a partir de la gran inundación sufrida en 1910, el edificio empezó a mostrar indicios de afectaciones estructurales.

Sin embargo una de las acciones que le causaron un mayor
daño fueron las obras de acondicionamiento del río, ya que estas provocaron el descenso del nivel de las aguas, y el consiguiente deterioro de las cabezas de las estacas de cimentación, lo que se reflejó con un hundimiento diferencial de 10 a 12 cm.

Edificado en la orilla del río Sena y, siguiendo la práctica corriente de la época de hacer cimentaciones con madera en terrenos saturados de agua, el recinto ferial se desplantó en la parte sur sobre 3,300 estacas de encino, que a su vez sirvieron de base para las columnas metálicas que son el apoyo de la cubierta de cristal, una de las más grandes del mundo, de 50 m de lado, que corona el gran vestíbulo, en tanto que la parte norte se cimentó en roca.

A principios del siglo, en 1910, por parte de los responsables del mantenimiento del lugar se hicieron claras
advertencias sobre la solidez del edificio, relacionadas con una heterogeneidad de los terrenos, por lo que se hizo un cuidadoso seguimiento de los deterioros y, a partir de 1930, éstos se empezaron a catalogar de forma sistemática. Sin embargo fue hasta 1993, cuando la caída de un remache de la estructura evidenció el riesgo en el que se encontraba la construcción, lo que dio origen a los trabajos de rescate.

Un edificio con doble piel
Los trabajos de restauración se dividirán en dos etapas, la primera se limitará a consolidar la estructura metálica recimentándola con concreto, para después reparar la superestructura, también metálica, que sustenta la cubierta de cristal del gran vestíbulo, ésta última igual que la decoración interior serán reparadas conforme al diseño original.
En la restauración de la decoración de esta área, que es el corazón del edificio, se utilizarán 3,500 m 2 de
cubierta de zinc, 1,300 m de canalones de plomo, 2,300 m de ornamentación de zinc estampado y 14,000 m 2 de cristal.
En una segunda etapa se repararan los sillares de la mampostería, que recubren las 7,500 toneladas (ton) de la estructura metálica de sección cruciforme, que soporta una cubierta acristalada.
El presupuesto total de las obras para los trabajos estructurales, de renovación de los interiores y de la cubierta de cristal suma en su totalidad de 125 millones de euros y se calcula que estarán acabadas para el año 2005.

Consolidación de los cimientos
La primera fase (cimientos, conjunto de muros maestros) se adjudicó a una agrupación de empresas, dirigida por Soletanche Bachy. Aquí, el diseñador técnico, la firma Setec, se ha involucrado mucho, en consideración de la complejidad de las obras. El costo del conjunto de las obras de la primera fase as-ciende a 21.2 millones de euros. Se le encomendarán a la empresa SPIE.CGPM todos los servicios y las instalaciones de la obra, trabajos preparatorios y el conjunto de muros maestros. La jet grouting (consolidación por inyección de cemento) la llevarán a cabo conjuntamente las empresas Spie Fondations, SMET y Solétanche Bachy.
La heterogeneidad del subsuelo había llevado a los diseñadores a utilizar las estacas solamente en la parte
sur, del lado del Sena, para compensar la inestabilidad de las tierras de aluvión. Los postes metálicos de apoyo de la cubierta acristalada descansan en sotabancos metálicos colocados sobre un lecho de piedras y de concreto, sujetados por las estacas de madera en la parte sur. Soportan principalmente la cúpula.
En función de la naturaleza misma del terreno se emplearán dos técnicas.

Un muro perimetral
Por si algún día se toma la decision de utilizar los sótanos se optó por colar una muro perimetral que rodea
los pórticos metálicos y soporta así todos los esfuerzos, por lo que fue necesario producir unos dispositivos
de “antilevantamiento” en los sotabancos, en tanto se realizaba el anclaje de la superestructura a la losa de cimentación, con el fin de evitar que la estructura falle. De hecho, los esfuerzos presentes son considerables, 60 ton de empuje ascendente por poste y 350 ton de presión exterior. El muro se hace utilizando una fresa triangular para la perforación con lodo (bentonita), que mantiene la perforación abierta y permite así la colocación de los refuerzos de acero. El concreto se inyecta entonces hacia arriba por el fondo de la excavación y va poniéndose en el lugar del lodo (almacenamiento de 500 m 3 en la superficie). Se hacen orificios hasta profundidades de entre 15 y 19 m y 80 cm de grosor para encontrar la capa resistente. Se cuelan luego unas vigas de soporte en el muro, para la conexión con los sotabancos. Durante el periodo de obras de cimentación los movimientos de la estructura se controlarán por medio de un teodolito motorizado automático especial (Cyclops de SolData, filial de Soletanche Bachy).

Jet grouting en la parte norte
Como el suelo tiene mejores propiedades de carga y, sobre todo, es más homogéneo en la parte norte, al carecer de estacas de madera se ha optado por la técnica del jet grouting, que consiste en colar in situ unos postes de hormigón de recalce. En total, serán 2,100 columnas de uno a 1.40 m de diámetro, que se colarán para reparar los cimientos de la nave norte del Palais d’Antin y de las galerías laterales de la parte sur. Se hace una primera perforación de 12 cm, que luego se amplía hacia arriba, conjuntamente con la inyección de una argamasa de cemento a 380 bar, para formar un piso de concreto. La perforación se lleva de tal manera que pasa por debajo de las estructuras existentes. En ésta se utilizarán tres máquinas en doce meses.

Reparación de las estructuras metálica
La reconstrucción y sustitución de la estructura metálica original se encomendó a la empresa Eiffel, compañía heredera de la firma que construyó la torre hace poco más de 100 años.
Los servicios en esta fase incluirán, tanto la sustitución de 20 mil nuevos remaches que se calentarán y forjarán in situ conforme a los originales, como la de todas las piezas metálicas estropeadas. También, se
hará el refuerzo de las estructuras y la aplicación de tres capas de pintura de protección que no alterará el color original.


El hundimiento causó la torsión de ciertas piezas, principalmente en la parte sur y en las vigas radiales que unen las dos coronas de la cubierta del gran vestíbulo, para hacer el cambio, los puntales descansarán en
unas micro estacas, capaces de soportar los gatos hidráulicos que levantarán nueve cm toda la armazón.
Con el fin de compensar los eventuales movimientos se crearán articulaciones en diferentes uniones, y para la limpieza se pondrá en práctica una nueva técnica de proyección de granalla con titanio.

La limpieza del conjunto requerirá mil ton de granalla (trabajos de pintura a cargo de SPR); la realizará la firma Dutemple, una empresa especializada y de amplia experiencia en el ramo.

Distribución inicial de seis hojas para el mismo espacio
Dentro del proyecto actual y bajo un estricto criterio de seguridad se especificó un vidrio laminado claro de 44/ 2 con una resistencia al impacto de 1,200 julios. Toda la estructura de la cubierta deberá desarmarse, a fin de permitir su reparación y limpieza, con chorro de arena, para posteriormente pintarla.

El montaje de los vidrios se hará sobre los perfiles de aluminio, especialmente creados por la empresa para este fin. Debido a lo delicado de esta parte de la restauración, se le ha asignado un presupuesto de 3.6 millones de euros.
La obra del Grand Palais es singular por diversas razones, entre las que se pueden mencionar, su ubicación. Estando en el corazón de París las condiciones y restricciones de la obra exigieron que el nivel de ruido que no sobrepasara los 50 dB; que en las salas del museo, que permanecen abiertas al público, la extracción de los lodos se debe realizar, con mucha limpieza, para lo que se utilizarán unas lonas específicas.

Todos los trabajos tuvieron una natural complicación puesto que a pesar de estar limitada el área de trabajo la natural curiosidad de los habitantes propicia algunas invasiones.
Por otra parte, fue preciso desarrollar métodos innovadores para responder a requerimientos específicos, como la técnica de limpieza por proyección de granalla con titanio, y el apuntalamiento de las armaduras que se realizó con gatos hidráulicos, a 42 metros del nivel de piso.

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