Una vida ligada y dedicada a la investigación
Por Mireya Pérez Estañol

En el campus universitario, en un ambiente ordenado y silencioso, propio para el desarrollo de las actividades de investigación, Construcción y Tecnología fue recibida por el subdirector del Instituto de Ingeniería, Carlos Javier Mendoza Escobedo.

¿Cómo se ve a usted mismo?
Soy maestro en ingeniería y me veo como un profesional que se ha realizado en el campo de la investigación y que ha tenido la gran fortuna de estar en el medio universitario.

¿Qué cualidades le han permitido alcanzar sus metas?
Principalmente la dedicación, la persistencia, el entusiasmo por conocer nuevos proyectos en el campo de las estructuras.

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Y además, la oportunidad que he tenido de poder aportar a las nuevas generaciones algo del conocimiento adquirido a lo largo de los años.

¿Qué le llevó a elegir la ingeniería como campo profesional?
La facilidad para entender las matemáticas y el gusto por la aplicación práctica de las mismas.

¿Qué significa ser investigador y subdirector del Instituto de Ingeniería de la UNAM?
Una responsabilidad, una dedicación absoluta a las encomiendas que se tienen, y tratar de satisfacer las demandas de los que están dentro de mi grupo, tanto en la parte académica como en la administrativa, para que en la una se tengan las facilidades de desarrollarse y en la otra se faciliten las gestiones.

¿Cómo se relaciona con la investigación?
Yo estudié la licenciatura en Yucatán, y posteriormente vine a estudiar la maestría a la UNAM. En esos años entré en contacto con el IMCYC en su etapa de fundación y formé parte de su planta académica, entonces muy reducida. Fue en esta institución donde me comprometí de manera personal con la difusión del conocimiento de la ingeniería.
Por otra parte, durante la maestría mi actividad profesional también se ligó a la investigación en el Instituto de Ingeniería. Más tarde dejé la investigación experimental, regresé al IMCYC y después de cinco años me reincorporé a la universidad. Desde entonces no he cambiado de actividad en 32 años, he tenido toda una vida de relación con la universidad y con la investigación.

¿En los años del posgrado fue difícil adaptarse al cambio?
En lo que respecta a ambientación o compañerismo, no hubo problema, pero en lo que se refiere al estudio fue diferente. Un posgrado es más demandante en cuanto a tiempo de dedicación a los estudios que lo que se requiere en el nivel de licenciatura: el poder asimilar ese cambio sí fue un tanto difícil en los primeros semestres.

En la investigación, ¿cuál es el tema de su preferencia?
Mis investigaciones están ligadas muy estrechamente con el campo de la tecnología del concreto, aunque también he manejado otros materiales.

En su opinión, ¿a dónde va la construcción de concreto? Creo que el desarrollo actual en esta materia se orienta en dos líneas principales. Una es la utilización de los concretos de muy alta resistencia, que si bien en su aspecto experimental o de desarrollo están muy bien estudiados, han sido poco utilizados en nuestro medio, así que vamos a dar promoción y utilidad a estos concretos de una forma más industrializada. Debemos dejar atrás el nivel experimental en laboratorios y abocarnos de lleno a la práctica.
La otra línea que nos ha mantenido muy ocupados, y que tenemos el proyecto de implantar, comprende los desarrollos para lograr mayor durabilidad en las construcciones de concreto; debemos hacer énfasis en que las estructuras deben ser no sólo resistentes sino también durables.

¿Hay alguna meta o proyecto a largo plazo?
Creo que las metas que no he cumplido a la fecha, ya no me queda mucho tiempo para alcanzarlas, pero siempre hay propósitos e inquietudes.
Una de las características de los que estamos en esta rama es que siempre sentimos el gusto de realizar más estudios y siempre tenemos proyectos y la expectativa de poder concretarlos. En este momento se demanda que las instituciones se dediquen a hacer estudios sobre el empleo de los materiales cementantes complementarios, que se vienen a utilizar como cementantes mezclados al combinarse con el cemento. Allí está el próximo campo de desarrollo de mis actividades.

¿Qué les gusta hacer en su tiempo libre?
Toda la actividad deportiva me resulta muy atractiva, lo mismo como espectador que como participante. En especial me gusta el tenis, lo practico y me gusta verlo.

Cómo maestro ¿cuál ha sido su experiencia?
He sido profesor en la Facultad de Ingeniería, en la línea de las estructuras, muy relacionada con la resistencia de materiales, en la mecánica de materiales y en las estructuras de concreto.

¿Qué opinión tiene de los estudiantes de ingeniería?
Siempre hay magníficos estudiantes y otros no tan buenos, pero se ha dado un cambio significativo en el grupo estudiantil, cada vez hay menos interés en dedicarse a la rama de la ingeniería civil.
Es notoria la disminución de la matrícula en esta área, no así en otras ingenierías. Y en cuanto al nivel académico de los estudiantes, llegan con muy diferentes preparaciones, dependiendo de los planteles de egreso.
Para homogeneizar los grupos se imparten cursos propedéuticos, se busca dar al estudiante una enseñanza complementaria que le ayude a desarrollarse favora
blemente, y como en todos lados, hay gente que aprovecha y otros que no alcanzan los niveles deseables.

¿A qué cree que se deba esta disminución en la matrícula?
Probablemente a la demanda externa. El mercado de trabajo se ha visto un tanto reducido en cuanto a la industria de la construcción, no se ven grandes obras, no se ven grandes proyectos y, por lo tanto, no hay demanda de estos ingenieros en la práctica profesional.
El fenómeno está asociado a las reglas del mercado.
Por ejemplo, si hay más demanda de ingenieros en cómputo, los muchachos toman esa alternativa y van dejando otras opciones. Con esto no quiero decir que no sea necesaria la ingeniería civil.
Tal vez estamos en una situación transitoria en la demanda nacional de profesionistas en esta área, pero es una circunstancia que no debe durar demasiados años, el país debe seguir desarrollándose y, en este tema, el ingeniero civil y la ingeniería son esenciales.

¿Hubo algún tiempo favorable para la ingeniería civil?
Sí, los años cincuenta, sesenta y setenta fueron una época muy favorable para la ingeniería civil. En ese tiempo las otras líneas de la ingeniería eran menores, había grandes obras, grandes proyectos de estructuras. Esa demanda hizo que al mismo tiempo se desarrollara mucho la ingeniería civil mexicana, y las oportunidades se abrieron en el campo profesional.

Si tuviera la oportunidad de estar ante un foro de gente joven, ¿qué les diría?
Desde luego que, como apasionado de la ingeniería civil, los orientaría en términos realistas respecto a lo que es esta profesión, las perspectivas que puede tener un ingeniero civil, los diferentes campos; los entusiasmaría para que en forma consciente se dedicaran a esta rama del conocimiento. Sin embargo, también les señalaría que es un momento poco favorable para el desarrollo de esta actividad.
Los exhortaría a acercarse a la ingeniería civil, pero no dejaría de mencionar otras oportunidades a un grupo que todavía no ha definido su vocación. Es necesario que el joven se comprometa seriamente en la actividad a desarrollar el resto de su vida, investigue, que se interese en el tema, en los campos de aplicación, que reflexione para no verse de pronto en la necesidad de cambiar de carrera, porque un día descubre que lo que está estudiando no lo conduce a aquéllo que imaginaba podría ser su desarrollo profesional futuro.

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