Y
además, la oportunidad que he tenido de poder aportar a las nuevas
generaciones algo del conocimiento adquirido a lo largo de los años.
¿Qué le llevó a elegir la ingeniería
como campo profesional?
La facilidad para entender las matemáticas y el gusto por la aplicación
práctica de las mismas.
¿Qué significa ser investigador y subdirector del
Instituto de Ingeniería de la UNAM?
Una responsabilidad, una dedicación absoluta a las encomiendas
que se tienen, y tratar de satisfacer las demandas de los que están
dentro de mi grupo, tanto en la parte académica como en la administrativa,
para que en la una se tengan las facilidades de desarrollarse y en la
otra se faciliten las gestiones.
¿Cómo
se relaciona con la investigación?
Yo estudié la licenciatura en Yucatán, y posteriormente
vine a estudiar la maestría a la UNAM. En esos años entré
en contacto con el IMCYC en su etapa de fundación y formé
parte de su planta académica, entonces muy reducida. Fue en esta
institución donde me comprometí de manera personal con la
difusión del conocimiento de la ingeniería.
Por otra parte, durante la maestría mi actividad profesional también
se ligó a la investigación en el Instituto de Ingeniería.
Más tarde dejé la investigación experimental, regresé
al IMCYC y después de cinco años me reincorporé a
la universidad. Desde entonces no he cambiado de actividad en 32 años,
he tenido toda una vida de relación con la universidad y con la
investigación.
¿En
los años del posgrado fue difícil adaptarse al cambio?
En lo que respecta a ambientación o compañerismo, no hubo
problema, pero en lo que se refiere al estudio fue diferente. Un posgrado
es más demandante en cuanto a tiempo de dedicación a los
estudios que lo que se requiere en el nivel de licenciatura: el poder
asimilar ese cambio sí fue un tanto difícil en los primeros
semestres.
En
la investigación, ¿cuál es el tema de su
preferencia?
Mis investigaciones están ligadas muy estrechamente con el campo
de la tecnología del concreto, aunque también he manejado
otros materiales.
En
su opinión, ¿a dónde va la construcción
de concreto? Creo que el desarrollo actual en esta materia se
orienta en dos líneas principales. Una es la utilización
de los concretos de muy alta resistencia, que si bien en su aspecto experimental
o de desarrollo están muy bien estudiados, han sido poco utilizados
en nuestro medio, así que vamos a dar promoción y utilidad
a estos concretos de una forma más industrializada. Debemos dejar
atrás el nivel experimental en laboratorios y abocarnos de lleno
a la práctica.
La otra línea que nos ha mantenido muy ocupados, y que tenemos
el proyecto de implantar, comprende los desarrollos para lograr mayor
durabilidad en las construcciones de concreto; debemos hacer énfasis
en que las estructuras deben ser no sólo resistentes sino también
durables.
¿Hay
alguna meta o proyecto a largo plazo?
Creo que las metas que no he cumplido a la fecha, ya no me queda mucho
tiempo para alcanzarlas, pero siempre hay propósitos e inquietudes.
Una de las características de los que estamos en esta rama es que
siempre sentimos el gusto de realizar más estudios y siempre tenemos
proyectos y la expectativa de poder concretarlos. En este momento se demanda
que las instituciones se dediquen a hacer estudios sobre el empleo de
los materiales cementantes complementarios, que se vienen a utilizar como
cementantes mezclados al combinarse con el cemento. Allí está
el próximo campo de desarrollo de mis actividades.
¿Qué
les gusta hacer en su tiempo libre?
Toda la actividad deportiva me resulta muy atractiva, lo mismo como espectador
que como participante. En especial me gusta el tenis, lo practico y me
gusta verlo.
Cómo
maestro ¿cuál ha sido su experiencia?
He sido profesor en la Facultad de Ingeniería, en la línea
de las estructuras, muy relacionada con la resistencia de materiales,
en la mecánica de materiales y en las estructuras de concreto.
¿Qué
opinión tiene de los estudiantes de ingeniería?
Siempre hay magníficos estudiantes y otros no tan buenos, pero
se ha dado un cambio significativo en el grupo estudiantil, cada vez hay
menos interés en dedicarse a la rama de la ingeniería civil.
Es notoria la disminución de la matrícula en esta área,
no así en otras ingenierías. Y en cuanto al nivel académico
de los estudiantes, llegan con muy diferentes preparaciones, dependiendo
de los planteles de egreso.
Para homogeneizar los grupos se imparten cursos propedéuticos,
se busca dar al estudiante una enseñanza complementaria que le
ayude a desarrollarse favorablemente,
y como en todos lados, hay gente que aprovecha y otros que no alcanzan
los niveles deseables.
¿A
qué cree que se deba esta disminución en la matrícula?
Probablemente a la demanda externa. El mercado de trabajo se ha visto
un tanto reducido en cuanto a la industria de la construcción,
no se ven grandes obras, no se ven grandes proyectos y, por lo tanto,
no hay demanda de estos ingenieros en la práctica profesional.
El fenómeno está asociado a las reglas del mercado.
Por ejemplo, si hay más demanda de ingenieros en cómputo,
los muchachos toman esa alternativa y van dejando otras opciones. Con
esto no quiero decir que no sea necesaria la ingeniería civil.
Tal vez estamos en una situación transitoria en la demanda nacional
de profesionistas en esta área, pero es una circunstancia que no
debe durar demasiados años, el país debe seguir desarrollándose
y, en este tema, el ingeniero civil y la ingeniería son esenciales.
¿Hubo
algún tiempo favorable para la ingeniería civil?
Sí, los años cincuenta, sesenta y setenta fueron una época
muy favorable para la ingeniería civil. En ese tiempo las otras
líneas de la ingeniería eran menores, había grandes
obras, grandes proyectos de estructuras. Esa demanda hizo que al mismo
tiempo se desarrollara mucho la ingeniería civil mexicana, y las
oportunidades se abrieron en el campo profesional.
Si tuviera la oportunidad de estar ante un foro de gente joven, ¿qué
les diría?
Desde luego que, como apasionado de la ingeniería civil, los orientaría
en términos realistas respecto a lo que es esta profesión,
las perspectivas que puede tener un ingeniero civil, los diferentes campos;
los entusiasmaría para que en forma consciente se dedicaran a esta
rama del conocimiento. Sin embargo, también les señalaría
que es un momento poco favorable para el desarrollo de esta actividad.
Los exhortaría a acercarse a la ingeniería civil, pero no
dejaría de mencionar otras oportunidades a un grupo que todavía
no ha definido su vocación. Es necesario que el joven se comprometa
seriamente en la actividad a desarrollar el resto de su vida, investigue,
que se interese en el tema, en los campos de aplicación, que reflexione
para no verse de pronto en la necesidad de cambiar de carrera, porque
un día descubre que lo que está estudiando no lo conduce
a aquéllo que imaginaba podría ser su desarrollo profesional
futuro.
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