Una arquitecta polifacética
Por Eduardo Langagne

La elegante apariencia de Laura Fabre, actual directora de Obras Públicas y Desarrollo Urbano de la Delegación Cuauhtémoc, trae a la memoria la imagen de una dama de la añeja aristocracia o una directora de casa de modas.

Sin embargo, lo cierto es que dedica todo el día, y parte de la noche, a atender las numerosas demandas
de grupos de todos los sectores, además de coordinar la labor de múltiples ingenieros, arquitectos y otros profesionistas.


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Para llegar a ocupar un puesto así es necesario tomar en cuenta que la competencia profesional en el campo de la arquitectura ha sido muy azarosa en las últimas décadas, y el que una mujer-funcionaria desempeñe este doble papel resulta aún más complicado, pues además de tener los conocimientos técnicos, debe disponer de una enorme capacidad para entender y atender las demandas de los diferentes grupos sociales que conviven en la demarcación, y conciliar puntos de vista con infinidad de funcionarios, con quienes se crea una compleja relación que va desde el apoyo sincero hasta todo tipo de roces y presiones.

Sin embargo, la arquitecta Fabre, en el desempeño de su profesión ha dado muestras sobradas de su capacidad de trabajo, de una infinita paciencia y recursos para la negociación.
Con estos antecedentes, responde a las preguntas del enviado de Construcción y Tecnología:

¿Cómo se ve a sí misma?

Satisfecha con lo hecho hasta ahora y contenta de tener la oportunidad de trabajar con y para el beneficio de la población que habita en el centro de la capital de la república, aunque me ha costado mucho entender a los diferentes factores involucrados y a las encontradas fuerzas sociales, que de una manera muy complicada conviven en esos espacios.

¿Qué cualidades cree le han ayudado a llegar a sus metas?

Considero que lo más importante ha sido mantener un alto grado de responsabilidad para responder a mi compromiso frente a la sociedad en su conjunto, pues en esta dirección se concentran muchas de las demandas sociales. Para lograr esto me he apoyado en la experiencia obtenida como funcionaria de SEDUE, de SAHOP y en el gobierno del Distrito Federal, en donde ocupé diversos puestos, desde el de una jefatura hasta una subdirección, aunque aquéllo quedó atrás desde 1985, cuando dejé la administración pública para dedicarme a trabajar de manera independiente.

¿Quién influyó de manera determinante en su vida profesional?

En primer lugar está la influencia definitiva en mi carrera de mi padre, el arquitecto Carlos Fabre Cerecero, ya que desde mi juventud me alentó a estudiar y después a ejercer la arquitectura. Por otra parte, durante el inicio de mi vida en la administración pública en la entonces SAHOP tuve como jefe durante más de seis años al ingeniero Ángel Carrillo Flores, un hombre culto, respetuoso y muy preparado, de quien aprendí no solamente las cuestiones técnicas, sino también el modo amable de coordinar a los subalternos, la manera firme de enfrentar los problemas, etcétera.

¿Qué trabajo le ha despertado un interés especial?

El desarrollo de mi profesión en sus diferentes campos, el tener la posibilidad de atender y resolver las demandas de los vecinos de esta delegación, con lo que se obtiene un alto grado de satisfacción, pues he
descubierto lo mucho que se puede hacer para coordinar y resolver estas acciones.

¿Qué le gusta hacer en sus tiempos libres?

Aunque este trabajo deja muy poco tiempo para otras actividades, en los raros espacios que tengo disfruto mucho la pintura al óleo, actividad que he desarrollado a lo largo de toda mi vida y, por otra parte, para ampliar mi visión en este arte, me gusta mucho viajar por otras tierras y conocer otros lugares, culturas y medios.

¿Cómo se ve a sí misma en 20 años?

Para ese tiempo espero ya estaré retirada de toda actividad profesional, por lo que seguramente viviré en un lugar tranquilo dedicada de lleno a la pintura.

¿Qué mensaje le daría a los jóvenes profesionistas?

Que se concienticen de los cambios que está sufriendo el mundo en general y el país en particular, por lo que es necesario estar también inmersos en un proceso de constante cambio y adecuación. Por tanto, resulta fundamental que se especialicen en alguna área de su carrera y siempre se mantengan actualizando
sus conocimientos de una manera regular.

ARQ. LAURA FABRE

Nació en la Ciudad de México. Arquitecta por la UNAM (1970).
A lo largo de su vida profesional ha participado en diferentes cursos, seminarios y congresos, tanto nacionales como internacionales, en el área de diseño, supervisión,gerencia de obras, aspectos inmobiliarios,planeación y protección civil.

  • Desarrollo profesional: supervisión y control de obras de diversos tipos de edificios públicos y privados para varias secretarías de estado y gobierno del DF (1977-1986).
  • Socia fundadora y directora general de la empresa constructora Arquitectura 87, SA de CV (1987-a la fecha).
  • Socia fundadora del Instituto Cultural de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (1985).
  • Socia fundadora y directora del Instituto de Arquitectura y Urbanismo, IDAU (1990-1992).
  • Socia fundadora y presidenta de la Asociación de Directores Responsables de Obra y Corresponsables (2001-2002).
  • Secretaria de la Junta de Honor del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México (2002-2006).
  • A la fecha es titular de la Dirección General de Obras y Servicios Urbanos en la Delegación Cuauhtémoc, gobierno del Distrito Federal.).
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