Así, nuestra política consiste en poner vivienda donde
haya infraestructura y equipamiento, pues debemos entender que una ciudad
exige límites, y por tanto se requiere frenar el auge hacia la
periferia, asegurando el suministro de agua, energía eléctrica
y de vialidades como elementos estructuradores básicos de un
crecimiento urbano sustentable”.
APUNTANDO A VARIOS OBJETIVOS
En la construcción de vivienda hay varias líneas de acción,
como el Programa Emergente de Inmuebles de Alto Riesgo, mediante el
cual se asegura el patrimonio de unas 1500 familias, pues de los 108
predios incluidos hasta el momento se han desocupado más de un
centenar y ya terminaron unas 50 demoliciones, con otras en proceso.
Para reubicar momentáneamente a las familias en espera del otorgamiento
de un departamento nuevo se instalaron campamentos provisionales para
acoger
a quienes lo necesiten.
Además, ya hay unos 200 predios en proceso de evaluación
para incorporarse a este programa en una segunda fase. De igual modo,
hasta finales del primer semestre del 2003 se registraron inversiones
privadas en el rubro de la vivienda de interés social, popular
y medio por 12 mil 809 millones de pesos (mdp), con la construcción
de 53 829 departamentos en una superficie de tres millones 659 mil m2
–concluye la Arq. Castillo-. A su vez, el Fideicomiso de Recuperación
Crediticia del DF administra una cartera de 89 425 créditos de
vivienda y recicla recursos para nuevas acciones, mientras el INVI básicamente
está fundamentado como una entidad financiera que otorga créditos
para la construcción de vivienda, toda de interés social.
Explica el Arq. Alejandro Jiménez, subdirector de Gestión
y Operación del INVIDF, que las acciones de dicha institución
se centran en todos aquellos solicitantes de vivienda sin cabida por
su rango de ingresos en otros esquemas financieros, como el Infonavit,
el Fovissste o el Instituto de las Fuerzas Armadas, por ejemplo. “Así,
atendemos a la población de menores recursos del DF, con un ingreso
entre los 2.4 veces del salario mínimo y 4.7, en los programas
de vivienda en conjunto y en el de lote familiar. Pero, se aceptan hasta
siete puntos y fracciones si el ingreso es mancomunado. Incluso, algunas
personas llegan a obtener la vivienda en usufructo vitalicio, dadas
sus condiciones económicas. Esto aplica a algunos ancianos solos,
quienes tras la evaluación de sus documentos han recibido este
beneficio. En caso de faltar, después el INVI recupera esta vivienda
y define qué hacer con ese espacio. Al cuestionarlo acerca del
nivel de calidad de estas obras, señala el entrevistado que manejan
comparativos con las viviendas de interés medio y popular referido
a los consumos básicos, y son casi iguales. “En donde cambia
es en los acabados con que se entrega el espacio al beneficiario y en
las dimensiones, pues el interés social contempla un mínimo
de satisfactores en favor de la habitabilidad y el confort para los
usuarios, de acuerdo con el reglamento de construcción del DF,
que da los parámetros esenciales al respecto, y con el crédito
que otorga el Instituto debe asegurarse un lugar para estar, sea para
dormir o para la convivencia, un espacio para cocinar, uno para sanitario
y baño, además de un patio de servicio, pero damos más
que eso para garantizar la habitabilidad.
En
síntesis, el INVI trata de ofrecer como mínimo un departamento
con estancia-.comedor,
cocina o cocineta, un baño y dos recámaras, aunque sean
chicas”. Por otra parte, añade que se cumple con una resistencia
estructural capaz de soportar un sismo similar o mayor al de 1985, y
en cuanto a instalaciones hidráulicas, sanitarias, eléctricas
y de gas funcionando de manera óptima. También, que tenga
condiciones eficientes de iluminación natural y de higiene. Los
acabados dependen del tamaño de la propia vivienda, pues el crédito
es igual para todos, y mientras éstas sean más pequeñas
se dispone de mayores alcances en acabados, pero la entrega se hace
cuando menos con pisos de cemento pulido al interior y según
el material utilizado puede ser aparentes o yesos lisos en muros, y
también yeso en plafón, si es vigueta y bovedilla, o bien
plafones de concreto aparente. “No estamos encasillados a construir
siempre igual –advierte el Arq. Jiménez-, sino de acuerdo
con las propuestas de los diversos diseñadores y tratando de
que cada una de las constructoras logre hacerlo más económico,
sin perjudicar la seguridad estructural, la habitabilidad y el confort
pedido. Cabe recordar que nuestro crédito se tasa en salarios
mínimo y año tras año escala el monto según
al incremento al respecto. Hemos tenido un impacto bastante fuerte porque
en el último trienio el proceso inflacionario ha sido mayor que
el aumento al salario mínimo.
“Cuando empezamos a trabajar en el Programa, a finales del 2000
y principios del 2001 nuestro crédito alcanzaba para construir
entre 54 y 56 m2. En el 2002 bajamos entre 52 y 54 m2, y ya en 2003
se ubica entre 50 y 51 m2, y por lo general buscamos no bajar de los
50 m2, necesarios para tener los espacios citados. No obstante, algunos
grupos de beneficiarios se capitalizan y complementan los créditos
para conseguir una vivienda mayor en tamaño, hasta de 60 m2,
o incluso, con mejores acabados, según lo posible en cada uno
de los terrenos”.
SI DE ESTRUCTURAS SE TRATA…
En promedio, toda la vivienda de este tipo y hasta de interés
medio se maneja básicamente con estructuras mixtas entre concreto
armado y mampostería. Se busca que los muros divisorios sean
de carga para trasmitir así las cargas de todo el edificio a
la cimentación y al suelo. La estructura se combina con trabes
y cadenas o castillos de concreto armado. En cuanto a las losas abundan
las de concreto macizo o las de vigueta y bovedilla, los dos sistemas
más usuales.
Entre
85 a 90% de las cimentaciones son de concreto armado y toman una parte
importante del presupuesto,
entre 18 y 22% de la obra”.
Teniendo en cuenta que una de las bondades del Programa de Vivienda
es la generación de empleo, para aprovechar al máximo
la mano de obra disponible en las zonas donde se construye, “no
trabajamos con prefabricados pues la industrialización tiene
un costo de valor agregado, y las estructuras exigirían otro
refuerzo, autoportante, más resistente –puntualiza el entrevistado-.
A veces, usamos algunas estructuras metálicas, por ejemplo, en
las escaleras. En entrepisos y muros sí hay poca variedad de
materiales, sólo están los tabiques rojo comunes, los
extruídos o los bloques de concreto. Así mismo, se ocupa
impermeabilizante integral en concreto para cisternas y cimentaciones
perimetrales.
“Llama la atención cómo los beneficiarios intervienen
mucho en el proceso y para ellos siempre será primordial la seguridad.
Por eso, rechazan la presencia de páneles u otro tipo de prefabricados,
pues si se sienten huecos, generan dudas. Así, las losas, techos
y muros deben sentirse sólidos, fuertes, en fin, concretos…
El factor social en el INVI influye mucho y como no somos promotores
de vivienda, nos debemos grandemente a la palabra de la gente, a sus
peticiones…” Otro de los proyectos del INVI, junto con la
SEDUVI, consiste en participar en la desocupación y demolición
de los predios de alto riesgo, y coordina la construcción de
vivienda provisional y campamentos, algunos en áreas grandes
pertenecientes al INVI o dentro de los mismos que se demuelen, para
después construir los conjuntos correspondientes.
También, está el Programa de Construcción de Vivienda
en Lote Familiar mediante el cual se apoya directamente a familias que
ya cuentan con un terreno o con una vivienda, un pie de casa, y se dan
para ampliación, mejoramiento, remodelación o hasta construcción
de una nueva vivienda en dicho lote. “Se les piden los mismos
requisitos, pero deben ser propietarios del terreno y se otorga el crédito
a los beneficiarios, pero deben contar con la asesoría técnica
de un profesionista que le asignamos”.
EL PROCESO CONSTRUCTIVO
El subdirector de Gestión y Operación del INVI especifica
que trabajan con empresas constructoras, no con promotores que tienen
gastos adicionales, deben conseguir los créditos, los clientes,
publicitarse, etc, los que al no seguir esa línea, no hacen los
proyectos, ni la gestión de licencias ni permisos, ni ofrecen
los departamentos para su venta, sólo se centran en la realización
de la obra. Advierte que en las reglas de operación y políticas
de administración crediticias del Instituto están las
bases para que un constructor o diseñador, cualquier especialista
de esta industria, se incorpore a este tipo de trabajo, todos deben
tramitar un registro, parecido a los que necesitan para vincularse con
la Secretaría de Obras, el Infonavit, Fovissste o en cualquier
delegación del DF, demostrando el cumplimiento de las exigencias.
Hay registros específicos para constructores, laboratorios de
control de calidad de materiales, diseñadores o supervisores,
y ya están abiertos a los directores de obras y a diversos especialistas,
como topógrafos, demoledores, etc., creando un clima de confianza
en el sector. Una vez obtenido el registro ya pueden contratar algún
frente de trabajo. De acuerdo con el Catálogo de Conceptos y
Presupuestos de Obra enarbolado por el INVI la contratación se
hace a Precio Alzado y se establece que para todos los conceptos se
entenderá como incluidos el suministro en obra de todos los materiales
que intervienen para la correcta ejecución de trabajo, así
como la cantidad total de mano de obra a intervenir en ésta.
También, se contemplarán las partidas de estructura y
albañilería, incluidas las pruebas de laboratorio de los
materiales, con su respectiva extracción de muestras y reportes
de resultados.
De igual modo, en las instalaciones hidráulicas, sanitarias y
eléctricas se entenderá como incluidas las pruebas hidrostáticas
y de funcionamiento de cada concepto. Para efectos de cotización
la unidad se considerará como “obra terminada y funcionando
conforme a proyecto”, con la parte proporcional de exteriores
y de conjunto que le corresponde a cada espacio habitacional. Por último,
todos los materiales empleados en obra deberán cumplir con su
Norma Oficial Mexicana (NOM). Entre otros puntos, se especifica en la
descripción de las condiciones generales que deberán regir
para la contratación de obra a Precio Alzado
en interés social con recursos de crédito otorgados por
el INVI, que la “vivienda deberá entregarse cerrada, con
ventanas y puertas de acceso, baño y patio de servicio, de tal
manera que se aísle perfectamente el interior de la intemperie,
en tanto los servicios sanitarios, de cocina y patio de servicio se
entregarán con sus instalaciones y muebles hidrosanitarios completos,
totalmente terminados y funcionando. Así mismo, la instalación
eléctrica responderá a similares requerimientos, con sus
accesorios y aparatos íntegros.
En el caso de la instalación de gas al interior de cada vivienda
ésta deberá estar fabricada con tubo de cobre tipo M para
el servicio a estufa y refrigerador, además de proveer de un
calentador de agua de al menos 38 litros de capacidad, semiautomático,
con garantía mínima de dos años. Los muros expuestos
deberán entregarse impermeabilizados, al igual que las azoteas,
cuidando la seguridad de las áreas externas, como escaleras,
andadores peatonales, accesos o iluminación.