La
visión del estudiante
“Cuando estudiante me impresionó el interés que mostraron
mis maestros en trasmitir sus conocimientos, en cuanto que recibían
solamente una remuneración simbólica y algunos de ellos
la donaban a la Facultad, dado el escaso presupuesto de que se disponía.
“En ese periodo de mi vida, en colaboración con algunos compañeros,
organizamos un viaje de estudios a Estados Unidos y a Canadá, visitando
entre otros lugares escuelas de ingeniería civil de diversas universidades
y pudimos constatar la importancia del uso de los laboratorios en la enseñanza
de la ingeniería civil y de los cuales adolecíamos totalmente
en nuestra Facultad.
“Cuando cursaba el cuarto año fui invitado a hacerme cargo
de la cátedra de Geometría Analítica y Cálculo
Diferencial, y trabajando como pasante de ingeniero civil en la industria
de Monterrey, fui invitado por el lng. Federico Garza Támez, director
de la Facultad, a laborar como prefecto con el compromiso de reorganizar
el Departamento Escolar e iniciar la organización de los laboratorios.
En esos años no había presupuesto en la Universidad de Nuevo
León para equipar laboratorios; tampoco lo había para fomentar
el deporte.
“Me gradué como ingeniero civil en mi Facultad y no tuve
oportunidad de realizar estudios superiores inmediatamente. No fue sino
hasta que se estableció la Maestría en Estructuras, en la
cual participé como maestro-alumno, que obtuve ese grado. En 1984,
fui distinguido por mi Universidad, la Autónoma de Nuevo León,
con el grado de Doctor Honoris Causa en Ingeniería, del cual me
siento muy orgulloso”.
El
concreto, material con el que se identifica al ingeniero civil “Mi
principal actividad en la Facultad fue la“ creación de los
laboratorios y de sus cursos, destacando el de Materiales de construcción
y particularmente el de concreto, sobre el cual me permitiré abundar.
Consideré que debería prestársele la mayor importancia
al concreto por ser el material que identifica al ingeniero civil, además
de ser el más utilizado en la construcción en México.
Se hacen con concreto la gran mayoría de las obras de infraestructura
de cualquier país.
“Basta
mezclar cemento, agregados y agua para hacer concreto, el cual puede llegar
a ser muy malo y con múltiples deficiencias. Lo sorprendente es
que son exactamente los mismos ingredientes los que integran un buen concreto,
la diferencia es saber cómo hacerlo y para ello se requieren los
conocimientos modernos de la Tecnología del Concreto.
“No obstante que el cemento Pórtland se patentó en
Inglaterra en 1824, aún se sigue investigando en todo el mundo
sobre su comportamiento utilizándolo, sólo o en combinación
con suplementos cementantes para producir concretos. En 1876 aparecieron
las primeras aplicaciones del concreto en combinación con el acero.
La tecnología del acero como refuerzo para tomar tensiones prácticamente
no ha sufrido modificaciones desde que surgió el concreto reforzado.
No fue sino hasta 1926 en que Freyssinet dio a conocer su teoría
del concreto presforzado, dando lugar a que se desarrollaran los aceros
de alta resistencia.
“El acero para refuerzo se controla en las plantas productoras,
obteniéndose propiedades bien definidas y certificadas.
En
el caso del concreto la situación es totalmente diferente. Solamente
la producción de uno de los ingredientes del concreto, el cemento
Pórtland, es controlada por la planta productora. Existen otros
ingredientes, como son los suplementos cementantes, el agua, los agregados,
los aditivos y los adicionantes, que con amplias variaciones en sus propiedades
tienen efecto en las diversas características geológicas,
mecánicas y elásticas del concreto, además, con la
influencia de la mano de obra en la fabricación, colado y curado,
resulta compleja la producción de cualquier concreto. Cuando se
definen previamente las características deseadas en un concreto,
resulta difícil su proporcionamiento y su fabricación, y
casi imposible sin el conocimiento de la Tecnología del Concreto”.
Diferencia
entre diseño y tecnología
“Creo
de Importancia establecer la diferencia existente entre el diseño
de estructuras de concreto y la tecnología del concreto; diseñar
un elemento estructural de concreto es dimensionarlo, definiendo la cantidad
y localización del acero de refuerzo a partir de una resistencia
seleccionada del concreto. A la larga, se diseña aplicando métodos
que han llegado a mecanizarse. Sin embargo, no existe ningún método
de diseño estructural que nos defina la vida útil de una
estructura, es decir, su durabilidad.
“Los
métodos y las especificaciones para el diseño del concreto
estructural se dieron“ apoyados“en los conocimientos que sobre
la tecnología de los dos ingredientes, acero y concreto se tenían
cuando se iniciaron estos métodos.
“Con el avance en todo el mundo en el conocimiento de la Tecnología
del Concreto estos reglamentos y especificaciones se modifican periódicamente
como resultado de la constante investigación. En el caso del reglamento
del Instituto Americano del Concreto, el que fundamentalmente se utiliza
en México para el diseño estructural, se modifica aproximadamente
cada seis años, apoyándose en el avance de la tecnología
del concreto. Con el avance del conocimiento del concreto y los materiales
que lo integran, se va logrando progresivamente mayor eficiencia en su
uso, por lo tanto, economía en su aplicación, así
como la construcción de obras más audaces, y sobre todo,
más durables.
“Esto
no significa que las obras de concreto diseñadas hace 50 o 60 años
sean“menos seguras, resultaron ser más conservadoras en el
uso del concreto reforzado y, además, poco durables a la acción
del ambiente a que están expuestas.
El diseño del concreto estructural será tan bueno como bueno
sea el concreto”.
La
enseñanza de la tecnología del concreto
“Si
bien, en todas las carreras de ingeniería civil de México
se cursa diseño de estructuras de concreto, la enseñanza
de la tecnología del concreto y laboratorio es muy deficiente.
Esto lo puedo aseverar de acuerdo al resultado de la encuesta que realicé
hace algunos años entre las facultades y escuelas de ingeniería
civil de la república y del resultado del IV Simposio sobre Enseñanza
del Concreto, celebrado en Acapulco, Gro., durante el Congreso Concreto
94. El curso de tecnología del concreto se enseña solamente
en pocas instituciones y la enseñanza se ofrece en esca sos temas
y en muchas ocasiones sin el uso de laboratorios, presentándose
situaciones de que, no obstante disponer de laboratorios afines, no se
utilizan eficientemente y es notoria la falta de maestros.
“La enseñanza del curso sobre tecnología del concreto
y laboratorio es laboriosa y ardua para que éste sea ofrecido por
un solo maestro; debe considerarse como un curso especial, es complejo
coordinar la teoría con un laboratorio efectivo, que puede incluir
investigación, requiriéndose, por tanto, de la ayuda de
maestros auxiliares. Así como es clara la falta de maestros en
el país que ofrezcan este curso, básico para la enseñanza
de la ingeniería civil, se requiere de maestros universitarios
con vocación que impartan sus experiencias con dedicación
y entusiasmo, con deseos de que sus enseñanza superadas por los
alumnos. No son deseables aquéllos con poca responsabilidad, que
con ganarse unos cuantos pesos, se ostenten como maestros universitarios.
“Con
la creación de los Comités Interinstitucionales para la
Evaluación de la Educación Superior, es deseable que su
Comité de Ingeniería y Tecnología en sus recomendaciones
para el ofrecimiento de cursos en las carreras técnicas, predominen
precisamente
los cursos técnicos, pues son profesionistas técnicos los
que más requiere el país. “En las licenciaturas de
las carreras técnicas se distinguen tres grupos de materias, las
ciencias básicas, las básicas de ingeniería y las
de ingeniería aplicada. Los conocimientos por impartir en las materias
básicas están bien definidos, en el caso de las matemáticas,
éstas se conocen desde la Edad Media. La novedad sería encontrar
los métodos de enseñanza más idóneos para
una mejor comprensión y aplicación de éstas por los
alumnos.
“En cambio, en los cursos de ingeniería aplicada y sobre
todo en los que incluyen tecnologías, éstas evolucionan
constantemente y se requiere de actualización por parte de los
maestros.
“El maestro universitario como tal debe estimular en sus alumnos
el hábito del estudio e inculcarles que como futuros profesionales
egresados de una carrera técnica deberán mantenerse actualizados
por sí mismos, si no quieren quedarse rezagados, además
inducirlos a que aprendan a aprender por sí mismos.
“Estudiar es un trabajo mental; quien no tenga esa inclinación
puede recurrir entonces al trabajo manual para subsistir.
“México es un país en vías de desarrollo. Solo
podremos alcanzar el desarrollo con el trabajo arduo de todos, en las
universidades los maestros actualizándose y cumpliendo su función,
y para los alumnos el trabajo consiste en estudiar y capacitarse más
cada día. Todos debemos trabajar, cada quien en su campo, para
que México pueda alcanzar los más altos niveles que deseamos
todos los mexicanos”.
*Reproducción autorizada por ICA. Los subtemas son una propuesta
de Construcción y Tecnología.
Esta edición del N° 1 de la serie “Valores Mexicanos
de la Ingeniería”, dedicada al «Dr. Raymundo Rivera
Villarreal. Premio Fundación ICA a la Docencia en Ingeniería
Civil 1996», se terminó de imprimir en agosto de 1996. Se
hicieron 1,600 ejemplares. La edición estuvo al cuidado de Fernando
O. Luna R.
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