Vida, estamos en paz?
Antonio Taracena

¿Dónde realizó sus estudios?

En la Facultad de Ciencias Químicas de la UNAM; pertenezco a la generación 1970-1975.
Después, hice estudios de maestría en sistemas y planeación en la Universidad Iberoamericana, y la maestría en dirección de empresas en el IPADE.

¿Cómo le gusta pasar el tiempo de descanso?

Me gusta el deporte. Cuando estudié en la UNAM, fui nadador y estuve en la selección de water polo. También me gusta correr, he corrido el maratón de la ciudad de México en dos ocasiones, y el de Nueva York en 1987.
Disfruto mucho la música y la lectura de obras que tratan de las actitudes y la conducta humanas.
Creo que si no hubiera sido ingeniero químico, me hubiera gustado ser psiquiatra o psicólogo.

¿Quién influyó de manera determinante en su carrera?

Con una gran vitalidad y buen humor, Antonio Taracena -presidente de la Cámara Nacional del Cemento y del Concreto, CANACEM, y director general de Cementos Moctezuma- habla de quién influyó en su personalidad profesional y rememora dónde se gestaron los buenos recuerdos de hoy, pero, sobre todo, refiere cuáles son sus metas a futuro.

 

Indudablemente, los maestros. Desde la primaria hasta el posgrado, los buenos, porque me dejaron no sólo la instrucción sino cosas útiles para la vida; pero también me acuerdo de aquellos que me enseñaron mal y del trabajo que me costó quitar las bases equivocadas. Los amigos también tienen su lugar, los compañeros de toda la vida. Pero mencionar a alguien en especial es difícil, porque lo importante es la persona; por ejemplo, don Carlos Slim -alguien a quien admiro mucho- ha logrado grandes metas como empresario, pero es una persona muy sencilla, tiene una manera muy simple de "batear". Cuando todos sabemos que debe tomar decisiones muy complejas, plantea las soluciones con mucha facilidad; además, tiene un carácter jovial.

¿Dónde se ha desarrollado profesionalmente?

Como ingeniero químico, trabajé en la industria química alemana Hoerchst once años, después en Eureka, en la industria del asbesto, y de ahí pasé a Cementos Moctezuma.

¿Dónde se encuentra Cementos Moctezuma como empresa?, y ¿dónde va?

Estoy con la empresa desde 1993. Entré cuando la meta era crecer y renovarse; en ese entonces, aún teníamos en una fábrica tecnología de 1940. En 1995 iniciamos la inversión en la fábrica de Tepetzingo, Morelos, que es una de las más modernas del mundo. El primer horno arrancó en 1997, la segunda línea entró en operación en febrero de 2000 y, por su eficiencia, belleza, tecnología y cuidado del ambiente, está a la vanguardia, representa un orgullo para nuestro grupo. En la empresa hemos crecido mucho, pero con honestidad digo que ha sido por el equipo de trabajo que tenemos. Recientemente leí que Corporación Moctezuma ocupa el octavo lugar entre las empresas que más han crecido en México en los últimos cinco años. Somos la empresa más rentable de nuestro sector, no somos la más grande, pero sí la más rentable. Vemos con optimismo lo que viene, México ya merece tener buenos años y para eso nos estamos preparando.

¿Cuándo obtuvo uno de sus últimos logros?

Un logro empresarial y profesional lo tuve el 28 de marzo de 2001, cuando fui electo presidente de la Cámara Nacional del Cemento y del Concreto, la CANACEM, lo que es un orgullo y una satisfacción. Significa un reconocimiento al crecimiento de la empresa y a su mayor presencia en México. En una etapa profesional posterior, en un futuro retiro,

¿Dónde le gustaría estar?

Lo he pensado, me gustaría regresar a la UNAM, es una institución que quiero mucho y que apoyamos como empresa, ahí practiqué deporte y viví grandes oportunidades. A fines de la década de los setenta impartí clases y gané la definitividad de mi cátedra; me gustaría regresar a dar clases, pero de materias más humanísticas. También me gustaría vivir junto al mar hacer ejercicio y leer, leer mucho. Este año cumplo, 50 años, y esto me hace meditar en lo que hecho en la vida; me siento satisfecho, pero, sobre todo, muy contento de tener una familia unida.

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