Altamira: proyecto
industrial y portuario
En 1994, la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes otorgó a la Administración
Portuaria Integral de Altamira, S.A. de C.V., (API Altamira) la concesión
integral para el uso, aprovechamiento y explotación de los bienes
localizados dentro del recinto portuario de Altamira, que cuenta con una
extensión territorial de 3,075 hectáreas, de las cuales
613 son superficies de litoral del Golfo de México, 859 se reservan
como áreas de navegación y 1,603 están destinadas
para el desarrollo de terminales y la prestación de servicios portuarios.
El área de desarrollo industrial que rodea al puerto cuenta con
5,098 hectáreas, la reserva territorial más extensa del
país para ese fin. Adicionalmente, el proyecto considera una superficie
envolvente de amortiguamiento ecológico, con una reserva de 1,422
hectáreas. Actualmente, este macroproyecto presenta en su totalidad
una utilización cercana a 15 por ciento.
El principal reto de esta administración para los próximos
10 años será lograr un desarrollo portuario e industrial
ordenado, en un ritmo de crecimiento tal que haga sustentable el macroproyecto,
comprometiéndose con las necesidades de sus clientes en los aspectos
económicos, financieros, ambientales, sociales, tecnológicos
y de mercado, explica Pablo Medina Zamora, director general de la API,
para quien el puerto de Altamira debe dotar de la infraestructura necesaria
tanto a los actuales inquilinos del puerto, a las empresas instaladas
en el corredor industrial, a los prestadores de servicio y terminales,
como a los que irán llegando. Para ello, de acuerdo con Salvador
Salazar Herrera, director de la Asociación de Industriales del
Sur de Tamaulipas (AISTAC), se debe realizar una planeación de
la infraestructura y de la inversión en términos de la proveeduría
y de las cadenas productivas para hacer más eficiente a la región.
En torno a la inyección
de capital, Medina indica que la API tiene recursos para desarrollar inversiones
propias que aumenten la infraestructura y hagan más eficientes
las operaciones; tiene una capacidad de inversión entre 150 y 250
millones de pesos anuales.
Durante 2001 se invirtieron 172 millones de pesos en obras como el dragado
y la construcción de las vías de navegación. Altamira
tiene un dragado de 40 pies de profundidad, mayor que el de Tampico (33
pies) y el de Veracruz (36). Lo que se está buscando es generar
la infraestructura que le permita a Altamira ser un puerto de tercera
generación y recibir embarcaciones que actualmente arriban al Pacífico
.
Las inversiones son un factor importante; sin ellas no habría aumento
en sus actividades, indica Salazar, quien ha visto cómo se incrementa
la presencia industrial en la zona y crecen las instalaciones de las empresas
que llegaron tiempo atrás, cuando el puerto mostraba rezagos importantes,
en particular en materia de terminales y bodegas especializadas.
Este puerto tuvo en 2001 un crecimiento de 15 por ciento respecto al año
anterior; manejó 13 millones de toneladas de diversos productos.
La parte comercial es solo un sesgo, 35 % de la mercancía que se
maneja se produce en el puerto o en las empresas que conforman AISTAC,
que en algunos casos hace la importación de productos petroquímicos
y después la exportación vía contenedores de productos
plásticos polímeros.
Inversiones
Para el periodo 2000-2004 se comprometieron más de 2 mil 200 millones
de dólares de inversión privada industrial en el puerto.
Lo que están buscando en la API es el concepto de encadenamiento
vertical, que el que se instale en Altamira lo haga porque utilizará
las instalaciones portuarias y consumirá o producirá los
insumos de la zona. De acuerdo con este criterio, se está desarrollando
la industria eléctrica. En Altamira se van a producir 2,400 mega
wats / hora, alrededor de 5 % de la cantidad de energía eléctrica
que el país produce. Para ello se construirán tres plantas,
la Altamira II, que tiene 50 por ciento de capital japonés y francés,
y producirá 450 mega wats, con 280 millones de dólares de
inversión; una gasoeléctrica, con una inversión,
española, de 560 millones de dólares; y una tercera planta
cuyo terreno ya está vendido, lo que indica que será del
tamaño de la Altamira II..
Se ha logrado captar la atención, tanto de Pemex como de empresas
transnacionales, para la construcción de una terminal de gas natural,
combustible que se traería congelado a menos 270° de las zonas
de Nigeria, Trinidad y Tobago y otros puntos donde es más barato
que en Texas, lo que significaría un incremento de 4 millones de
toneladas al año más de carga en el puerto.
Estos datos y otros más, como la posibilidad de dejar en manos
privadas la petroquímica básica y la inversión a
cien por ciento en la industria eléctrica, han propiciado que diversos
grupos estén interesados en la zona. Uno de ellos es Corporación
Serbo, que tiene un proyecto para construir el primer complejo petroquímico
de la iniciativa privada, el que contaría con 10 plantas productoras
de 4.1 millones de toneladas anuales, para lo cual se requeriría
una inversión de 2, 670 millones de dólares.
Corporación Serbo justifica el proyecto porque "existe una
gran demanda doméstica (aproximadamente 55%) abastecida con importaciones
que se pueden satisfacer con producción local asegurando una alta
participación de mercado"; también porque hay mayor
cercanía y mejor acceso a otras regiones consumidoras que los que
tiene Coatzacoalcos, y se cuenta con mejor infraestructura para plantas
petroquímicas.
Según Corporación Serbo, el impacto de este proyecto es
grande: se emplearían 10 mil técnicos y obreros calificados
durante la construcción del complejo; se crearían 2,300
nuevas fuentes de empleos para trabajadores y técnicos y 400 para
funcionarios y administradores, así como 12,500 empleos indirectos,
lo cual justificaría el desarrollo de una Nueva Ciudad Altamira,
para la que se necesitarían 84 mil trabajadores.
Medina Zamora dice que es un proyecto muy interesante y factible, pues
Altamira consume al año 2.4 millones de toneladas de productos
petroquímicos, y todos vienen de la zona de Houston. "Lo que
es importante de Serbo es que ellos no van a invertir esos 3 mil millones
de dólares; están armando un parque industrial, están
buscando que empresas transnacionales sirvan como proveedores del mercado".
En ese sentido, Salazar indica que la asociación tiene que ir girando
su enfoque para generar o propiciar esos escenarios que permitan el crecimiento
de la zona. "Nuestro reto -indica- es que los objetivos sean comunes
para las empresas y que haya opción de hacer sinergia para impactar
en la actividad propia de las empresas".
En la competencia
Pero aun sin proyectos de la magnitud que propone Corporación Serbo,
el puerto está en la gran competencia global, lo que tienen que
hacer es jugar a las ligas mayores -señala Zamora-, lo que implica
no sólo concentrarse en el puerto y las hectáreas que se
tienen adjudicadas, sino también en los accesos ferroviarios y
carreteros.
Salazar insiste en que se deben enfocar en hacer sinergias. Tanto la API
como los miembros de la AISTAC están buscando que se dé
un transporte multimodal eficiente. La API está trabajando con
las empresas ferroviarias; con Ferromex pactó un servicio diario
que unirá Monterrey y Altamira. Con TFM, que es la línea
que va hacia San Luis Potosí, cruza el centro del país y
conecta con el Pacifico, pretenden llegar a un acuerdo para adaptar seis
túneles en los cuales no se puede manejar ni trenes de doble estiba
ni multiniveles, y cuatro curvas que presentan problemas. Se trata de
una inversión de 60 millones de pesos que podría modificar
el movimiento de automóviles que hoy día se hace por Veracruz.
Tareas pendientes
La construcción de infraestructura es una constante, en este año
deben dotar de agua al puerto, lo que implica inversiones cuantiosas;
"queremos hacer un proyecto que garantice por lo menos 5 metros cúbicos
por segundo de agua. Queremos estar listos para cuando vengan los cambios
estructurales en los energéticos que podrían marcar un crecimiento
mucho más acelerado que el que ha tenido el puerto", menciona
Zamora.
En Altamira y lo que
abarca la zona sur de Tamaulipas se está activando la industria
de la construcción, que en muchos puntos del país ha estado
parada desde hace más de un lustro. Las inversiones que ha realizado
la API son importantes, así como también las de las industrias.
Los planes en ese sentido son importantes, por ejemplo, Dupont prevé
una inversión de 100 millones de dólares en los próximos
cinco años para la ejecución de un proyecto con el cual
se doblaría el tamaño de su planta, pues más allá
de los recubrimientos de pinturas, plásticos, hules y cerámicas,
Dupont le apuesta al papel: "En el último año el negocio
se ha dirigido al papel y al laminado; el futuro está ahí",
dice Marc Holman, gerente de la planta Dupont Altamira, donde se produce
el pigmento blanco o bióxido de titanio. Actualmente, la capacidad
de producción es de 130 mil toneladas anuales del químico,
las cuales cubren las necesidades del mercado nacional y parte del internacional;
exporta 60 por ciento de su producción a Centro y Sudamérica,
el Caribe, Europa y Asia. Esa producción es el resultado de inversiones
continuas y mejoras a los procesos, indica Holman, y señala que
recientemente ha habido una gran inversión de 50 millones de dólares
en su área de neutralización (60 % se destinó a la
mejora del sistema de desechos y del sistema ambiental, y el resto para
acceder a nuevos grados de sus productos y funciones). Los cien millones
de dólares mencionados se canalizarían para ampliar esa
área e ir hacia una nueva tecnología que se llama renovación
de cloro, con la cual se cumpliría el objetivo de incrementar la
capacidad de producción de pigmento blanco.
Holman refiere que durante este año se hará el análisis
del desarrollo del proyecto que está previsto a dos años,
por lo que la ejecución del mismo iniciaría en 2003. Los
tiempos están establecidos en función de que puedan cubrir
la demanda actual y la proyectada, que en el rubro de exportación
genera un ingreso del orden de los 130 millones de dólares anuales.
Esta obra, como otras más, tiene impacto en el corredor industrial,
en donde los empresarios representados en la AISTAC se consideran como
la tienda ancla de un centro comercial, el elemento de promoción
natural para el desarrollo del parque industrial, ya que no es lo mismo
decir "tengo todas estas hectáreas para crecer", que
decir "aquí están Dupont, Basf, etc., firmas importantes
que escogieron Altamira porque efectivamente hay factores de competitividad
en la zona".
Por
construir
Si bien la zona sur de Tamaulipas y el puerto de Altamira representan
dos puntos importantes para la creación de infraestructura, esta
sería poco útil o rentable si no existieran las vías
que comuniquen al estado con el resto del país y el extranjero.
En ese sentido, el Gobierno del Estado de Tamaulipas promueve para su
concesión el canal intracostero tamaulipeco, ejes carreteros y
puentes internacionales.
Paralelamente, lleva a cabo un programa de modernización de la
infraestructura ya existente. En cuanto a comunicación terrestre,
recientemente se dio en concesión la construcción de 105
km. de carretera de cuatro carriles entre las ciudades de Reynosa y Matamoros
a lo largo de la frontera; ésta se unirá a la carretera
de cuatro carriles ya existente Reynosa-Monterrey. Su construcción
volverá más eficiente el tránsito vehicular al aprovechar
las conexiones con las carreteras federales estadounidenses núm.
77 y 281 a través de los seis puentes internacionales ubicados
sobre este tramo. El tramo Victoria-Jaumave -que busca evitar el actual
tramo serrano que dificulta la unión hacia el centro del país,
tendrá una longitud de 47.5 km. El Reynosa-Nuevo Laredo (la prolongación
de la autopista de cuatro carriles hasta Nuevo Laredo) posibilitará
que la franja fronteriza se constituya en uno de los corredores industriales
más importantes del país. Con ese propósito, se busca
otorgar en concesión la construcción y operación
de la vía de cuatro carriles de 227 km de longitud, para que consolide
la integración eficiente de la franja fronteriza.
También se propone dar en concesión la construcción
y operación de un eje carretero de 294 km de longitud que una las
ciudades de Linares, Victoria y Estación Cuauhtémoc, ésta
última ya conectada con cuatro carriles a la zona conurbada de
Altamira, Tampico y Madero. Así mismo, se otorgará en concesión
la construcción y operación de 313 km. de tramo carretero
de cuatro vías que una las ciudades de Matamoros y Victoria.
Para
consolidar el sistema de transportación terrestre, se requiere
la construcción de la vía férrea Matamoros-Victoria,
con una extensión de 285 km de longitud. Su construcción
facilitaría la transportación de carga de importación
y exportación de y hacia el centro del país a la zona del
mercado más grande del mundo. Ante el incremento de tránsito
vehicular de 15% anual, en los puentes internacionales entre Texas y Tamaulipas
se requiere construir nuevos accesos que desfoguen este tránsito
y prevean el aumento. Recientemente, se construyó el puente vehicular
Reynosa-Pharr y se promueve la construcción de 11 adicionales,
todos ellos bajo el esquema de concesión. Destacan entre éstos
el tercer puente vehicular en Nuevo Laredo (Laredo III); el de Reynosa
y McAllen; el de "Los Tomates", entre Matamoros y Brownsville,
y el de Matamoros -Puerto de Brownsville. También se requiere la
construcción de un nuevo puente ferroviario en Nuevo Laredo, y
la ampliación del que se encuentra en Matamoros.
Ser una entidad receptora de diversas industrias demanda infraestructura
que se sume a la existente: trece puentes internacionales, dos cruces
ferroviarios y dos puertos de altura. La tarea está en marcha;
principalmente en el puerto y corredor que rompió los esquemas:
se diseñó con un concepto específico de uso industrial
y se le añadió una ciudad, y no a la ciudad se le acondicionó
un puerto.
Recuadro 1
El corredor industrial
En materia industrial, la intensa actividad petrolera con más de
50 años de historia ha contribuido al surgimiento de numerosas
e importantes industrias del sector petroquímico que en la actualidad
suman más de 30 instalaciones, con una inversión histórica
acumulada superior a 5,500 millones de dólares y cuya producción
se orienta principalmente a los mercados internacionales. Fuertes grupos
industriales nacionales como CYDSA y ALFA, además de otros grupos
industriales extranjeros como SHELL y Dupont, han detectado en Altamira
las ventajas que ofrece el cluster petroquímico instalado bajo
el concepto de agrupamientos industriales. ALFA, a través de sus
subsidiarias, sostiene inversión estimada acumulada de 1,000 millones
de dólares.
El Corredor se ha consolidado como el productor de 30% del total de químicos
y petroquímicos del país, de resinas termoplásticas,
y tiene el liderazgo en la producción de negro de humo y dióxido
de titanio, además de fabricar 80% del total de resinas producidas
en México.
La capacidad instalada de las empresas participantes de la industria química
y petroquímica del país con base en Altamira alcanza los
2.6 millones de toneladas anuales. Más de 80% de los productos
elaborados en el Corredor Petroquímico de Altamira se destina a
la exportación, destacando entre ellos el ácido tereftálico,
el dimetil tereftalato, el dióxido de titanio, el PET y el policloruro
de vinilo (PVC). Para mantener el ritmo, y en algunos casos incrementarlo,
las inversiones son esenciales.
Recuadro 2
Inversiones para
todos los gustos
El turismo es una de las actividades con mayor oportunidad de desarrollo
en el estado, y una de las que menos atención han recibido. Este
sector tiene potencial, porque cuenta con un buen inventario de recursos
naturales y atractivos. De acuerdo con el gobierno del estado, existen
amplias posibilidades para desarrollar una oferta turística integrada
que compita eficientemente con los destinos equivalentes en otros estados
y países, así como la posibilidad de explotar su diversificación
para otorgarle a esta actividad económica, importancia dentro de
la política de desarrollo económico del estado.
La planta productiva está desarrollada sobre la base de la refinación
de petróleo; existen dos refinerías y 22 plantas de la industria
química y petroquímica (la inversión histórica
acumulada es superior a 5,500 millones de dólares), además
de 536 empresas exportadoras y una presencia fuerte de compañías
de clase mundial que generan en el nivel nacional 6.5% del total de las
exportaciones y 5.8% de las importaciones.
La industria maquiladora ocupa el tercer lugar nacional en el número
de establecimientos, participa con 11.2%. Actualmente existen en el estado
351 plantas maquiladoras, y su desarrollo se ha dado principalmente en
la zona fronteriza.
La competencia por atraer maquiladoras de calidad a la entidad es fuerte
ante otras entidades de la república, países miembros del
Tratado de Libre Comercio, Asia y Latinoamérica. El establecimiento
de maquiladoras en la zona centro-sur de Tamaulipas durante los dos últimos
años, principalmente de la rama textil, ha crecido de manera significativa
debido la disponibilidad de agua, fibras naturales y sintéticas,
mano de obra y la modernización de las vías de comunicación
hacia los mercados potenciales y a los proveedores de insumos.
En materia de industria y comercio, el estado apunta, según el
plan estatal de desarrollo, hacia una consolidación industrial,
por lo que cobra importancia el puerto de Altamira, en torno al cual se
encuentra el corredor industrial que ha mostrado una evolución
positiva en relación con la instalación de empresas de diversos
sectores, pues lo que se busca es que las diversas industrias encuentren
en la zona sus insumos y medios de transporte para repercutir en una mayor
rentabilidad.
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