Por la prefabricación y el presfuerzo
Por Mireya Pérez Estañol

La entrevista con el ingeniero Rene Carranza Aubry, actual Director General del Centro SCT del estado de Morelos se realizó en una tarde soleada, típica del clima cálido en Cuernavaca, en un ambiente de cordialidad, que lejos de hacer formal la ocasión la volvió muy amable.

¿Cómo se ve a sí mismo profesionalmente?
Con la gran satisfacción de haber escogido la ingeniería civil como la profesión de mi vida. Son casi 45 años de estar en un ejercicio profesional muy intenso, que a través de la prefabricación y el presfuerzo me permitió participar en obras muy importantes. Sin duda, como ingeniero me siento muy satisfecho con las oportunidades que la vida me dio.

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¿Quién influyó en su decisión profesional?
Mi abuelo, uno de mis tíos, así como el gusto por la física y las matemáticas.

¿Por qué eligió la pre-fabricación, en un momento en que no era
una rama común en la construcción?

Yo quería ser ingeniero industrial, pero en 1954 sólo había esta especialidad en el Instituto Tecnológico de Monterrey, el cual me era
inaccesible. Entonces, ingresé a la UNAM, pero siempre tuve en mente el derivar a una especialidadmás industrializada dentro del sector. Con esta inquietud, por suerte, se me acercó un ingeniero inglés que tenía la representación de unos equipos de postensado para que me hiciera cargo de esta actividad, en tanto él debía hacer un viaje a Ciudad Camargo, en Chihuahua.

Como es natural, él tenía mucha literatura de la prefabricación que rápidamente me leí. Así las cosas, me llamaron de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, y de no tener nada que hacer cerramos una venta de cinco millones de pesos de 1958, y no obstante que todo el equipo era de importación tuve la oportunidad de ver su aplicación y apasionarme por esta especialidad.
Posteriormente, en 1959 se constituyó la División de Estudios Superiores de la UNAM, en la cual me inscribí. Ahí tuve la oportunidad de conocer a algunos de los grandes maestros, como los doctores Roger Díaz de Cossío y Otto Fritz, quienes me enseñaron la teoría de las estructuras avanzadas del concreto presforzado y, con esta seguridad, me sentí con fuerza para lanzarme de lleno a la prefabricación.

¿Cuál considera su principal aportación?
Siempre me han apasionado los puentes y recuerdo las magníficas clases de maestros como Daniel Ruiz Fernández, pues en ese momento teníamos pocos materiales con resistencias a la compresión y, en algunos casos, hasta la flexión para hacer una sección cajón. Me decían, además, lo difícil de hacer una sección hueca a la que se sumaba la complicación del cimbrado. Entonces, se me ocurrió hacerla de manera muy simple y este
sistema fue tan conocido que, como recordarán los viejos puenteros, en las Secretarías de Estado se le llamó “las trabes Carranza”, aunque hoy se denominan propiamente “trabes cajón con aletas” y son las mismas con las que se acaba de terminar el distribuidor de San Antonio, aunque estas últimas son de grandes dimensiones.
Hemos mencionado a varios de los destacados maestros, ¿guarda de alguno un recuerdo en especial ?
Más bien, guardo imborrables recuerdos de muchos, como Daniel Ruiz Fernández, Marianito Hernández, Alberto y Antonio Dovalí y Rodolfo Félix, entre otros, que me hicieron entender cómo utilizar el ingenio para encontrar nuevas soluciones, olvidarme de los obstáculos y, en mi caso, cuando uní los conocimientos adquiridos con este principio a mi deseo de sistematizar con calidad e industrializar encontré un nicho de mercado para producir o hacer los puentes prefabricados.

En otro ejemplo, en la vivienda, sabiendo que el problema principal en la realización de una columna de una sola pieza con la altura de todo el edificio, implicaba tener ménsulas o alguna otra conexión, se me ocurrió dejar el hueco para empotrar, pero me decían que, al momento de levantarla para su colocación, iba a romperse en los puntos débiles. Entonces, reforcé estos puntos, pero en la práctica resultó que en la mayoría de los casos el solo armado de la columna es suficiente para erigirla. Esto abrió un campo muy importante para la estructura de edificios reticulares.

Esas son algunas de las ideas que he podido aportar la prefabricación e, incluso, han valido para que en Estados Unidos me hayan dado las patentes para la ejecución de este tipo de obras.

¿Cuál es la siguiente meta?

Necesitaba hacer algo directamente como servidor público, y hoy se me presenta la oportunidad de colaborar en el cambio de nuestro país.

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

El deporte me resulta muy importante y en los contados momentos disponibles me gusta jugar tenis, además de leer, sobre todo siempre busco temas de mi profesión, lo más reciente que haya en ingeniería y en estructuras prefabricadas.
Soy miembro de varias asociaciones m internacionales y me llega mucha información de diversos países, lo cual me ha permitido participar y recibir premios internacionales por obras que hemos realizado.

¿También ha impartido clases?

A invitación de un amigo y profesor el Dr. en Arq. Fernando López Carmona, durante 18 años fui profesor de prefabricación y presfuerzo en la División de Posgrado de la UNAM.
Lamentablemente, por incompatibilidad de tiempo con nuevo cargo suspendí dichas clases.

En un foro para gente joven, ¿Qué le gustaría compartir de su experiencia?

Les diría que la vida es apasionante, que tienen que fijarse desde muy jóvenes unas metas altas, ser muy constantes para trabajar, a pesar de los fracasos y aprender de estos últimos pues son más aleccionadores que los éxitos.
En cualquier ámbito, después de un fracaso yo puedo enseñar cuáles fueron las soluciones que intenté y no resultaron; con esto reduzco el posible margen de error si no siguen o se desenvuelven en un marco determinado. También, pueden medir el grado de audacia necesaria cuando ensayen nuevos caminos. A los jóvenes les he transmitido en la vida el ser persistente en las ideas y en las metas que uno se propone.
En otro orden de ideas, nunca tuve como meta el ser el hombre más rico del panteón, porque cuando nos vamos nada nos llevamos, pero sí pensé que debía dar antes de recibir, o sea, ayudar y entonces las cosas se dan; en la medida en lo que uno aporta y actúa con mag-nanimidad, en esa medida uno recibe.
Cuantas veces se levantan las voces diciendo “que se tiene derecho a....”, cuando se deberían preguntar ¿qué he hecho para obtener ese derecho, qué he dado para pedir que se me dé?

En su opinión ¿Cómo vislumbra en un futuro próximo el desarrollo de la prefabricación?

Mientras el concreto siga siendo unos de los materiales más nobles y económicos, la prefabricación tiene un futuro muy amplio. Hasta hoy una dificultad relativa era el peso volumétrico de las grandes piezas, lo que hacía de la transportación y de su montaje una limitación. Sin embargo,
actualmente hemos visto cómo en las obras recientes se han movido piezas de 200 toneladas. Claro, se necesita tener grúas más grandes y que estén de acuerdo con las piezas, pero mientras no se desarrolle una tecnología diferente, no concibo cómo pueden hacerse puentes si no es mediante la prefabricación y el presfuerzo.
La prefabricación tendrá que caminar siempre acompañada del concreto como elemento base por la ruta de los puentes, en las estructuras, en edificios para vivienda, en las naves industriales y para cualquier uso en el que se quiera ganar en calidad, tiempo y costo.

Mientras no haya otra tecnología, los elementos prefabricados serán los triunfadores, estarán a la vanguardia y el día que en México se reconozca el valor del tiempo también deberá reconocerse lo barato y económico de todos los sistemas de la prefabricación, porque el tiempo es dinero. Por ejemplo, si la obra del distribuidor vial de San Antonio se hubiera hecho colando en el sitio, estaríamos en la primera columna, y eso es dinero, y en la obra misma, en la operación el distribuidor significa ahorrar un promedio de 30 minutos hora / hombre aproximadamente para quienes decidan tomar esa vía, y eso es dinero. Con esto, en unas cuantas semanas se salva el costo de la obra.

Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. ¿Quién es ella?
Las mujeres son maravillosas y más inteligentes que los hombres. Y en mi vida familiar encontré el apoyo total en mi esposa, que siendo hija del brillante ingeniero Luis Echegaray Bablot oyó hablar desde muy niña sobre puentes, presas y obras de infraestructura. Así, le fue fácil compartir mi pasión por la ingeniería, en especial por los puentes. Sin duda, también, hemos construido un verdadero matrimonio.

RENE CARRANZA AUBRY

Ingeniero Civil, Facultad de Ingeniería con especialidad en Estructuras de Concreto Presforzado.

Experiencia laboral:

  • Secretaría de Comunicaciones y Transportes, actualmente Director General del Centro SCT Morelos en Cuernavaca, Morelos,
  • Director General Servicios y Elementos Presforzados, S.A..

Cursos, diplomados y convenciones:

  • Estructuras Prefabricadas de Concretos
  • International Association for Bridge and Structural Engineering
  • Asociación Nacional de la Industria del Presfuerzo y la Prefabricación
  • Precast Prestresed Concrete Institute.

Obras importantes:

  • Graderías del Estadio Azteca
  • Ampliación del Estadio Jalisco,
  • Estadio Morelos
  • Más de 1000 tramos de puentes prefabricados en toda la república
  • Reclusorio Femenil de la Ciudad de México, D.F.
  • Edificios Prefabricados para diversos usos, tales como viviendas, hospitales, naves industriales, etcétera..

Docencia:

  • Cátedra de Prefabricación y presfuerzo en la UNAM de 1983 a 2003.
  • Cátedra de Prefabricación y presfuerzo en la Universidad Católica de Chile en 1999.

Trabajos publicados:

  • Manuales de Fabricación y presfuerzo en la UNAM, IMCYC, Canacintra,Revista Obras y P.C.I.(Internacional).

Asociaciones profesionales:

  • Colegio de Ingenieros Civiles de México, ANIPPAC
  • Sociedad Mexicana de Ingeniería Estrutural
  • Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica
  • P.C.I. (Internacional)
  • IABSE (Internacional).
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