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Durante una plática sobre sus relaciones con el concreto, Valerio Olgiati declaró que "un hombre sin prejuicios no puede estar contra el concreto". Se trataba de la escuela de Paspels, en Domleschg, un edificio que él concibió, y en cuya realización el concreto aparente es un elemento muy importante. Benedict Loderer describe esta escuela como "un cubo de concreto de ángulos fijos, cuya parte superior sigue la línea oblicua del terreno".1 La escuela de Paspels no corresponde en ningún caso a la idea generalmente compartida del aspecto que debe tener una escuela. El edificio sorprende por sus grandes superficies de concreto aparente, tanto en el exterior como en el interior. No hay nada cosmético en él. Y es por esta razón que las imperfecciones que han desesperado a tantos otros arquitectos son aquí muy visibles. A Olgiati no le molesta esto. Más bien, se dedica a resaltar la gran precisión del trabajo. Plan de conjunto poco común La escuela comprende tres pisos y un corredor subterráneo que une al antiguo edificio con el nuevo (véase el corte en la página 8. Dicho de manera simplificada, se compone de un cajón exterior de 25 m de lado. Los diferentes locales -por ejemplo, los tres salones de clases y la sala polivalente en el primero y en el segundo pisos- son otros cajones incorporados a este gran cajón. Eso no tiene nada de excepcional. Lo que hace a esta obra interesante es que uno busca en vano, por así decirlo, ángulos rectos en el plano, tanto del cajón exterior como de los cajones interiores; casi todo, a veces de manera apenas visible, está dislocado; los ángulos agudos y obtusos reemplazan a los ángulos rectos (véase la página 9. En los tres amplios espacios libres, y sobre todo en el de comunicación entre las salas, ello conduce a vistas en perspectiva originales, ya que los muros no son paralelos. Los dos pisos superiores no difieren mucho. Pero al estar sus planos algo invertidos, ningún muro interior se encuentra directamente encima de otro muro, lo que explica igualmente la diferencia de las ventanas . El material es función de las exigencias Olgiati dice que el concreto está muy presente en las obras de infraestructura de Grisons, que le gustan mucho y lo impresionan: puentes, muros de apoyo, postes de transformación, etc. Se trata, en este caso, de construcciones que marcan el paisaje con su sello particular. Los muros de concreto, así como los de piedra natural, se componen de piedras y de mortero. Es cierto que son colados, y no levantados, pero adquieren una pátina similar. Olgiati trabaja con el mismo entusiasmo con la madera. Por eso, no era del todo evidente para él, en un principio, que la escuela de Paspels debiera ser de concreto. Al contrario, concibió este edificio sin pensar primero en un material determinado. Él tuvo para empezar la noción abstracta de una estructura espacial. La cuestión del material surgió porque la envoltura del edificio estaba distorsionada. Al ser módulos rectangulares, los ladrillos no entraban en consideración para Olgiati, ya que "si se lleva verdaderamente la reflexión hasta el extremo, resulta curioso construir con ladrillos una casa que no es rectangular". Quedaba el concreto, que se cuela en moldes. "Lo hermoso es que yo pude encontrar un material con el cual lo más lógico era construir este edificio sin ángulos rectos", ha dicho Olgiati. Un muro mamposteado sólo puede ser sometido a compresión. El concreto armado puede ser sometido a compresión y a tensión, teniendo en muchos aspectos el carácter de un muro de piedra natural". Con la madera y el acero, es preciso trabajar con una retícula; con el concreto, no necesariamente lo es. Es lo que ha permitido realizar ventanas de 10 m de largo colocadas irregularmente, que son una característica de la escuela de Paspels. Vestíbulos reverberantes Para Olgiati, la acústica forma parte de la concepción arquitectónica. En las escuelas, uno procura normalmente amortiguar la acústica. Pero él decidió, con los habitantes de Paspels, que siendo el corazón de la escuela, los vestíbulos y corredores deberían tener una acústica en proporción; la reverberación de estos espacios fue proyectada con conocimiento de causa. Las gruesas puertas de roble impiden que el ruido de los niños en los corredores perturbe la enseñanza. La originalidad no debe corresponder a un aumento de costos Con un precio de 480 francos por metro cúbico, la escuela de Paspels se ubica en el promedio. La relación de superficie entre corredores y salones de clases y sala polivalente es de 1:2, como en los edificios escolares tradicionales. Pero para una misma cantidad de metros cúbicos, las escuelas de sección oblonga tienen una superficie un tercio más grande. De este modo, se ha podido liberar dinero y utilizarlo, por otra parte, para materiales más caros. Contra una catalogación "Actualmente, construir con concreto resulta ser, con frecuencia, una preferencia personal del arquitecto o del propietario", dice Olgiati. "Así que el concreto no se utiliza por fuerza, sino con un propósito decorativo. Pero este edificio, no podía ser construido más que con concreto, lo que significa que el material ha sido utilizado con una perfecta lógica". A pesar de estas declaraciones, a Olgiati no le gusta que los medios lo presenten a veces como el arquitecto del concreto. Él siente horror por este género de catalogación o de etiqueta que a veces se le pone. A este respecto, dice: "Tal vez, construir con concreto sólo me interese de manera pasajera. Yo no creo que el concreto sea fundamentalmente un mejor material que la madera, el ladrillo o la piedra natural. Lo que me gusta es experimentar, obtener del concreto lo que éste puede dar. Naturalmente, el concreto me gusta también, en lo personal, por ese algo que tiene de arcaico o antiguo. La idea de realizar una casa compuesta de un solo material me fascina igualmente. El concreto permite realmente modelar un cuerpo o un espacio. Con el concreto, simplemente uno piensa de manera diferente que con los otros materiales". Un resultado de esta otra manera de pensar está a la vista en la escuela de Paspels. Bibliografía 1. Loderer, B., "Der Fels von Paspels", Hochparterre 11 [6/7], 22-24, 1998. 2. Olgiati, V., Paspels, Dino Simonett, Zurich, 1998, 65 pp. 3. Teuwsen, I., "Ein Dorf leistet sich Architektur", Neue Zürcher Zeitung, 31-07-1999 o http://db.nextroom.at/tx/3056.html. 4. Remmele, M., "Wie ein Monolith - Valerio Olgiatis, Schulhaus in Paspels", Neue Zürcher Zeitung, 05-02-1999 o http://db.nextroom.at/tx/961.html Este artículo se publicó en Bulletin du ciment y se reproduce con la autorización de Technische Forschung und Beratung für Zement und Beton (TFB). Datos de la escuela de Paspels l Propietario de la obra: comuna política de Paspels l Arquitecto: Valerio Olgiati, Zurich l Colaboración: Iris Dätwyler, Gaudenz, Zindel, Raphale Zuber l Duración de los trabajos: 1996- 1998 l Ejecución: Peter Diggelmann l Ingeniero:Gebhard Decasper l Costo de la construcción: CFC: 2.8 millones de francos l Volumen: 5,800 m2 l Precio por m3: 480 francos l Costo total de solamente la escuela CFC 0-9: 3.8 millones de francos Valerio Olgiati Valerio Olgiati nació en 1958 y creció en el cantón de Grisons. Terminó sus estudios de arquitectura en 1986 en la EPF de Zurich. Después, en 1986: asistente en la EPF de Zurich 1988-1992:oficina propia de arqui tectura en Zurich 1993-1995:oficina de arquitectura con Frank Escher en Los Ángeles, EUA 1994: profesor invitado a la "Hochs chule für Technik", Stuttgart 1995:oficina propia de arquitectura en Zurcí Olgiati ha recibido numerosas distinciones, por ejemplo, la Beca Federal de Bellas Artes (1994), el Premio Federal de Bellas Artes (1995, con Frank Escher) y el Premio Internacional de Arquitectura por "Neues Bauen in den Alpen", Sexten Kultur, (1999, por la escuela de Paspels). Actualmente
Olgiati se encuentra en pláticas para la transformación de La Casa Amarilla
de Flims, que en realidad es blanca.
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Esta es una escuela de aspecto poco común, con ángulos que no son rectos y muros que no guardan paralelismo entre sí. Según su creador, tal originalidad en el diseño sólo podía permitirla un material: el concreto.. |
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