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La
meta a la que se enfrenta la ingeniería mexicana y específicamente
la ingeniería civil es la siguiente: “Hacer más de
lo hasta ahora realizado en un tiempo menor al empleado en el pasado,
dentro de un ambiente de intensa restricción económica,
enfrentando obras cada día tecnológicamente más difíciles
y en un marco de afortunada competencia internacional”. |
De seguir la tendencia a la baja que se observa en la matrícula de inscripción de la carrera de ingeniería civil en el país, se tendrá que responder al reto planteado por la ingeniería mexicana con ingeniería no mexicana |
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En cuanto a la decisión de los jóvenes al seleccionar la licenciatura en que se formarán se observa que tal decisión se encauza principalmente hacia las carreras de administración y gestión, según se puede observar en la tabla 1. Lo anterior lleva a formularse las preguntas: ¿Por qué la disminución de matrícula en ingeniería civil? ¿Qué hacer para revertir lo observado? Antes
de intentar expresar algunas posibles respuestas, es conveniente conocer
la información que al respecto tiene la Asociación Nacional
de Universidades e Institutos de Educación Superior, ANUIES. Para
el año 1999, como población total nacional de estudiantes
de ingeniería se registraron 481 543 personas, de las cuales 126
357 (26.4%) fueron alumnos de primer ingreso. En 20 años, la población
total nacional de estudiantes de ingeniería ha crecido en 147%
(286 837 estudiantes); mientras que el número de estudiantes de
primer ingreso en ingeniería se ha mantenido en promedio en 25.6%. Hace
falta un análisis de por qué la matrícula ha ido
en aumento, y una pregunta queda sin responder: ¿en cuántos
años se concluye la carrera? Para el año 1977 la población total nacional de estudiantes de ingeniería civil era de 27 217 personas, de las cuales 5 342 (19.6%) eran estudiantes de primer ingreso. Para el año 1999, la población total nacional de estudiantes de ingeniería civil era de 34 312 alumnos, de los cuales 7 621 (22.2%) eran de primer ingreso. Por lo tanto, en 22 años la población total nacional de estudiantes de ingeniería civil creció 25.7%, mientras que el número de estudiantes de primer ingreso se ha mantenido en promedio en 19.2%. Sin embargo, se puede ver que este comportamiento es muy irregular, pues se observan periodos de altas y bajas, como lo muestra la tabla 2. La
gráfica 3 muestra con detalle el comportamiento de los ingresos
nacionales en ingeniería civil. En 22 años la población
de estudiantes de No
siempre ha sido así, un caso especial sucedió en 1979 cuando
se registró un descenso de 28.7% en el ingreso en ingeniería
civil respecto a 1978. Pero también se han dado periodos en los
que la matrícula se incrementó – periodo 1985-1987–;
sin embargo, el comportamiento es de ciclos, decremento-incremento-decremento.
Al revisar las gráficas anteriores se podría pensar que
el comportamiento de los ingresos y reingresos de estudiantes de ingeniería
civil es de incremento, a pesar de los altibajos que se observan. El
decremento se registra cuatro veces en el periodo de análisis,
pero si se observa
detenidamente a partir de 1990, la tendencia ha sido de una constante
disminución en el ingreso a ingeniería civil, con una ligera
recuperación en 1996, pero con un descenso que alcanza 6.0% en
1999. Lo
que se observa es preocupante, se nota claramente la marcada tendencia
a la disminución en la participación porcentual de ingeniería
civil respecto al total de la población que estudia alguna ingeniería. La
problemática detectada de manera objetiva se hace más crítica
en el caso de las instituciones de educación en ingeniería
civil, especialmente las privadas, localizadas en el área metropolitana
de la ciudad de México. Razones 1.
Dificultad de aprendizaje de la licenciatura de ingeniería civil
respecto a otras. Con frecuencia se conoce la decisión de un joven
de no estudiar 2. La poca retribución económica que recibe el recién egresado de ingeniería civil respecto a la que tienen los egresados de otras licenciaturas, especialmente las que se ocupan de administración. 3. La falta de información entre los jóvenes de expectativas de desarrollo en otros campos de la ingeniería civil diferentes a los tradicionales, los que surgen cada día con motivo de los cambios que en el mundo se están dando. 4. Las decisiones políticas de las autoridades gubernamentales, que no proporcionan el reconocimiento a la ingeniería civil a fin de que se ubique en un primer nivel. 5.
La actual Ley de Obra Pública, que premia al que genera la obra
ingenieril menos costosa, no la más económica, y resulta
evidente que siempre se puede cotizar de manera de cumplir con tal ley.
Simplemente, se estrangula la ingeniería, se disminuye la calidad
de los ¿Qué
hacer ? La consideración de esas cinco columnas y su priorización determina que son los profesores los que en definitiva constituyen la columna vertebral de la educación superior, por lo que en ellos recae la responsabilidad de hacer que el aprendizaje de la ingeniería se dé en un marco de motivación intensa del alumno, para lo cual se requiere que el docente siga esquemas de cambio que se inician reconociendo que “el profesor no es el que hace su docencia para enseñar, ese no es el objetivo fundamental de su labor, el docente es el que hace que los alumnos aprendan”. El profesor dogmático que no permite fructificar la personalidad de cada alumno debe desaparecer, para dar paso a aquel otro que propicia tal hecho. Esta forma de proceder se vuelve necesaria no sólo por lo que ya se ha señalado aquí, sino también porque con su forma de actuar, el profesor logra que sus alumnos sean innovadores, preparándolos para actuar en un mundo cada día más globalizado en el que se reconoce que la única manera de que un ingeniero mexicano pueda triunfar en el nivel internacional es que sea generador de innovaciones tecnológicas. Por otra parte, el profesor debe estar acorde en su actuación con los cambios que el mundo está experimentando, y con los que en los próximos años se verán, porque ese será el mundo en el que habrán de actuar como profesionales los que ahora son alumnos. Debe reconocer que se vive el siglo de la información y el conocimiento, y el hecho cierto de que el exceso de información acaba con el conocimiento, por lo que debe centrarse en acciones de selección de información para los alumnos y en métodos de manejo de la información. Mucho es lo que se puede escribir al respecto, pero después de ello, la conclusión a la que se llega es que los profesores, en promedio, deben cambiar para estar acordes con el acontecer actual y futuro del mundo, y puntualmente, para lograr que el aprendizaje de la ingeniería se dé en un ambiente de intensa aceptación por los alumnos, que de esta manera lograrán captar que tal aprendizaje no es difícil. En
cuanto a la poca retribución económica del recién
egresado de ingeniería civil, ha de reconocerse que diferentes
organismos relacionados con esa licenciatura se han ocupado de generar
propuestas de aranceles que en principio son justas, en el sentido de
reconocer el valor de la ingeniería civil. Por esto, lo que ha
de hacerse es lo requerido para que tales aranceles se respeten, y en
esa acción aparece como elemento no positivo la actual Ley de Obra
Pública, que por la razón ya anotada, en nada contribuye
a generar una mejor ingeniería sino todo lo contrario. Desde luego, se reconoce que la construcción es actividad importante de la ingeniería civil en la que se integran conocimientos, habilidades, actitudes y aptitudes, pero no es la única y es momento de buscar otras, por ejemplo, las que están ligadas al ahorro de energía, con los nuevos materiales, con los aspectos ambientales, áreas de trabajo que han de ocupar cada vez más la atención de los profesionales de la ingeniería, entre ellos los civiles. Finalmente, la decisión política de las autoridades del país constituye un aspecto fundamental que se da al ubicar a la ingeniería civil en su justo nivel, de manera que permita estar y actuar a los profesionales al establecer las decisiones de política a seguir en México. Ejemplos valiosos en ese sentido se tienen en la historia de México, con resultados verdaderamente exitosos. La forma de lograr esa acción política es intervenir como ingenieros en su gestación, unidos en esa forma de proceder a través de las asociaciones gremiales. Conclusión * Ingeniero Civil, maestro en Ingeniería, jefe de la División de Ingeniería Civil, Topográfica y Geodésica, Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional Autónoma de México. AGRADECIMIENTOS LOS INGENIEROS En el año 2000 diferentes organismos involucrados con la Ingeniería Civil, coordinados por la Secretaría de Educación Pública a través de su Dirección General de Profesiones, culminaron una serie de trabajos cuyo propósito fue elaborar un documento que tratara tres momentos importantes de la ingeniería mexicana, el desarrollo y la contribución que tuvo a lo largo del siglo XX, el momento actual que vive la profesión y del futuro que tal vez le aguarda en los primeros años del tercer milenio. Del escrito mencionado, se extrajo la siguiente descripción del perfil del Ingeniero Civil: El
Ingeniero Civil es el profesional con capacidad para planear, proyectar,
diseñar, construir, administrar, mantener y operar obras para el
desarrollo urbano, rural, industrial, habitacional y de la infraestructura
del país, procurando el mejor aprovechamiento de los recursos materiales
y financieros en beneficio de la sociedad. Debe poseer las siguientes habilidades, actitudes y aptitudes: •
Amplia visión para planificar y realizar acciones presentes y futuras,
generando, mejorando y ejecutando los planes de desarrollo del país. De lo anterior se concluye que este profesional debe estar preparado para aumentar las grandes acciones que el desarrollo del país plantea y cumplir con las metas que surjan. Como única meta se puede mencionar una que engloba a todas: hacer que gran parte de los actuales mexicanos y los que nacerán, tengan condiciones de vida mejores que las actuales. |
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