El concreto ha
salido de la revolvedora hace más de una centuria y media, y
sin reposar ha cubierto miles de km en todas las superficies del planeta,
inclusive en las del océano. Se vertieron millares de ton de
concreto (de sólo dos millones de ton en 1910 a 1300 millones
de ton en 1990) en forma de edificios, túneles, casas, puentes,
museos, estaciones de tren, terminales aéreas. Betón,
hormigón o concreto. . . este material es el favorito de muchos
constructores.
UNA
ERA DE CONCRETO
El siglo pasado terminó tarde y acabó temprano, partió
de la Primera Guerra Mundial y terminó cuando derribaron el Muro
de Berlín. Pero fue en ese lapso cuando el concreto adquirió
todas las formas imaginables y cuando evolucionó sin pausa al
ser proyectado por talentosos diseñadores.
Es cierto que los
arquitectos descubrieron tarde lo que habían hallado los ingenieros, pero
las posibilidades de este material, ya entrado el siglo XXI todavía
no encuentra límites.
EL
PRECURSOR
Violet LeDuc inició entre sus contemporáneos una cruzada
de rescate por los valores de la Edad Media, por el Gótico. El
nuevo material, el concreto, no congeniaba con ese afán. Sus
atributos apenas habían sacudido la imaginación de los
arquitectos. No había uno que mostrara interés en sus posibilidades.
¡Bueno! Hubo uno. La primera aplicación del concreto armado
con fines arquitectónicos se debió a Anatole de Baudot
que lo empleó en la construcción del templo Saint Jean
de Montmartre, donde introdujo innovaciones con una técnica que
combinaba la bóveda gótica con las trabes rectas.
EL
VISIONARIO
El arquitecto francés Tony Garnier fue el primero en intuir las
posibilidades expresivas del concreto. En sus anotaciones para su Ciudad
Industrial lo destacaba en el sentido de crear formas que correspondieran
a ese material.
Este visionario
de la arquitectura y el urbanismo tuvo más influencia entre sus
contemporáneos por su proyectos que por su obra construida. Su
casa habitación de concreto armado emplea elementos que se usarán
mucho después, como las losas en voladizo y los jardines en las
azoteas.
En el estadio de
la ciudad de Lyon, Garnier ofreció desde la realidad una probadita
de lo que pretendía crear con su Ciudad Industrial, con un lenguaje
arquitectónico adelantado 20 años al estilo internacional.
EL
PATRIARCA
August Perret diseñó y construyó un edificio de
apartamentos en París con aplicaciones para concreto reforzado.
Su obra fue estudiada e imitada por generaciones de arquitectos. Perret
diseñó el edificio de apartamentos en la rue Franklin, con
vista al Sena y a la Torre Eiffel, que se consideró como una
estructura seminal del movimiento arquitectónico moderno, porque
no ocultó la extraordinaria fuerza del concreto reforzado. Perret
pudo crear un edificio que tenía un marco de soporte que no dependía
del espesor de las paredes. Su iglesia de Raincy, en 1923, con su celosía
de piezas prefabricadas de concreto, despertó entusiasmo por el
material.
EL
ILUMINADO
Frank Lloyd Wright comenzó la construcción del famoso
templo de la Unidad en Oak Park, Illinois, todo de concreto reforzado. En
tres años diseñó la masiva estructura con cuatro
caras idénticas para que su costosa cimbra se pudiera utilizar
numerosas veces. Lloyd Wright apostó por el concreto como un material
clave que podía ser utilizado de muchos modos;lo mismo como vigas
ocultas de soporte, que como losas, paredes y techos.
En la célebre mansión “Falling Waters”, donde
utilizó losas de concreto para soporte, lo probó. Después,
en el Hotel Imperial de Tokio ideó una eficaz estructura antisísmica.
Su obra maestra, uno de los distintivos de Nueva York, es el Museo Salomon
Guggenheim, construido en 1959, con una galería en espiral que
recibe un regaderazo de luz cenital de la cúpula central.
EL
PONTÍFICE
“Las sorprendentes estructuras de concreto armado del ingeniero
suizo Robert Maillart, son de una ligereza y audacia notables.”,
decían las crónicas de su época, tratando de explicar
el énfasis que dio a “una nueva forma de techos para edificios
y a nuevas soluciones en la construcción de puentes” (construyó
más de 40) , como el puente sobre el Val Tschiel. En 1933 Maillart
trazó otro sobre el río Schwandbach, en Suiza, que le
io al concreto el carácter de material plástico. Una de
sus formas favoritas, el arco (él desarrolló la teoría
del arco de tres articulaciones) lo llevó a crear en 1939 un
Pabellón para la compañía suiza de Cemento Pórtland
que hizo suspirar a sus contemporáneos.
EL
OBSERVADOR
Los inmensos y parabólicos hangares de dirigibles de Eugene Freyssinet
en el aeropuerto de Orly, en París (comenzados en 1916), construidos
de costillas parabólicas presforzadas, ayudaron a “obtener
el máximo de ligereza asegurando la rigidez necesaria y reduciendo
al mínimo los esfuerzos
de tensión ”.
La forma permitió
la más grande y posible fuerza estructural para contener a los
dirigibles. Y aunque la naturaleza incombustible del concreto fue el
factor que convenció al equipo de Orly en la aprobación
de un diseño tan extraordinario, la aplicación del concreto
presforzado le io a los materiales otra imensión. Sus aportaciones
al concreto presforzado, y los apuntes en su obra “Naissance du
Betón Précontraint et Vues d ´Avenir ” fueron
capitales.
EL
SANTO
La obra de este arquitecto catalán, Antoni Gaudí, tan
profundamente religioso que está en la hilera de volverse santo,
sobresale con sus atrevidos edificios, casas y parques, permitió
demostrar desde su visión estética, más próxima
a la escultura que a la arquitectura, las posibilidades del concreto
y la piedra, como sucede con su obra máxima: la Sagrada Familia,
iniciada en 1883 y que todavía hoy, en cosa de detalles, sigue
en construcción. El templo es el símbolo de Barcelona
y los arquitectos, en más de un siglo, han empleado toneladas
de concreto prefabricado para armar la elevación de la materia:
“El fluido tratamiento del concreto se logra mediante una compleja
geometría de estructuras abovedadas rodeadas por torres en las
fachadas, más y más fantásticas conforme se elevan,
hasta culminar en las superficies polícromas de los remates de
los pináculos, que representan a los apóstoles ”.
EL
GEÓMETRA
Pier Luigi Nervi mostró enor me facultad para producir belleza
a partir del cálculo. De una obra a otra se daba impulso para
buscar no sólo la resistencia del concreto, sino la posibilidad
de aumentarla mediante la forma.
Su hangar para aviones en concreto armado de estructura geodésica,
en Orbieto y Orbetello, Italia, lo condujo a la investigación
de cubiertas a base de trabes entrecruzadas. Una de sus obras maestras,
el Palacio de los Deportes de Roma, en 1956, está elaborado con
“gamellas de cemento armado”, un invento del arquitecto
para formar nervaduras de concreto que se entrelazan y cubrir así
largas distancias. Nervi
decía que “construir es un arte, incluso en aquellos aspectos
más técnicos que se refieren a la estabilidad estructural
”.
EL
ESTRUCTURISTA
Otro enamorado de la estructura y la belleza fue el ingeniero español
Eduardo Torroja. En su momento se dijo de él que era un adelantado
en el empleo del concreto armado y del concreto presforzado, como muestra
su Acueducto de Aloz, en 1939, o el atrevido voladizo que proyectó
para el Hipódromo de la Zarzuela, en Madrid, en 1935. Torroja
escribió una obra en la que fundamentó su visión
del concreto y de la estructura: “Razón y ser de los tipos
estructurales ”, muy leída por los arquitectos que cambiaron
en su época la manera de construir. Escribió: “Puede
decirse que hoy,
al independizarse la personalidad de la estructura, se aprecia la estética
íntima de ésta y puede hablarse de un arte estructural
”.
EL
FORJADOR
Félix Candela armó desde México una revolución
de las formas . Basta detenerse por un largo momento ante el Pabellón
de Rayos Cósmicos, en Ciudad Universitaria, para palpar el poder
de su invención. Candela no sólo fue un constructor, sino
un creador de nuevos conceptos estructurales que propulsaron el empleo
del concreto armado. En la iglesia de la Medalla Milagrosa, en 1959,
mostró el uso magistral del paraboloide hiperbólico, una
de sus máximas aportaciones (ver Construcción y Tecnología,
agosto 2001) .
EL
VOLADOR
Si no hubiera sido arquitecto hubiera sido piloto. Eero Saarinen, un finlandés
formado en Estados Unidos, fue arquitecto y urbanista, pero empezó
como escultor. Ganó concursos para realizar algunos monumentos, pero
lo verdaderamente suyo, ya sin la influencia de su padre, fue la arquitectura. El
edificio de la TWA del Aeropuerto de Nueva York no esconde su pasión
por la escultura y el vuelo. Eero Saarinen tiene nombre de aire, con
diptongos que hacen flotar a la imaginación;tal vez por eso sus
obras están aterrizadas en los aeropuertos, como el de Washington
(Aeropuerto Internacional Dulles) , donde el concreto armado está
“modelado ”. Una preocupación que no lo dejaba dormir
era encontrar una solución a las relaciones entre las ciudades
y los automóviles ”.
EL
CONSOLIDADOR
El concreto se sintió a sus anchas cuando lo tuvo entre sus manos
Le Corbusier, el mago del concreto. Su capilla de Notre Dame du Aut,
en Ronchamp, Francia, es una obra maestra indiscutible que aún
ahora deja perplejos a los peregrinos. La obra destaca la madurez del
gran experimentador de la forma y la estructura. Le Corbusier, antes
de hacer su Ville Savoye, creció bajo la tutela de los despachos
y talleres de arquitectos vanguardistas como él: Hoffman, en Viena,
Tony Garnier, en Lyon, August Pret, en París, y Peter Beherens,
en Berlín.
Este arquitecto, además, fue
dibujante y pintor, y tuvo una visión filosófica de la
arquitectura que detalló en su libro “Hacia una Arquitectura
”. Su proyecto para casas Dominó (una estructura de concreto
armado compuesta por seis columnas y tres losas unidas por una escalera) fue
copiadísimo;su Palacio de Justicia en la capital del Punjab, en
Chandigarh, India, y la Unitéd ´Habitation, en Marsella, Francia, descubren
los alcances de un genio.
EL
CREADOR
En Brasil se levantó la utopía con el trazo de una gran
urbe, Brasilia. Las formas eran nuevas y los conceptos, de avanzada. Las
intervenciones arquitectónicas de Oscar Niemeyer en este proyecto
fueron cruciales. La Plaza de los Tres Poderes, en donde tienen asiento
las tres instituciones básicas de gobierno, justicia y parlamento
encontraron ahí proporcionadas configu raciones arquitectónicas, y
la Catedral de Brasilia con sus impactantes soluciones plásticas
revela apenas unos rasgos de la impetuosa creatividad de este fanático
comunista cultivador de la línea curva y del concreto armado. (ver
Construcción y Tecnología, marzo 2004) .
EL
INTEGRADOR
En la Villa Mairea, enclavada en un bosque de Finlandia, se ofrece al
visitante una cátedra en silencio de la conjugación de
las formas. Alvar Aalto, el arquitecto más versátil de su
generación, armoniza los espacios abiertos, la luz natural y el
carácter escultórico de las formas (combina concreto armado
con ladrillo, piedra, madera y acero) . Su obra es característica
del movimiento moderno, con la artesanía y las técnicas
de construcción vernáculas. La
austeridad del clasicismo nórdico quedan plasmados en cada una
de sus realizaciones.
EL
SUBLIME
Uno de los arquitectos que llevó al concreto al límite
fue el japonés Kenzo Tange. Su
Estadio Olímpico de Tokio, que inauguró una nueva época
de la arquitectura, se ve como un abanico desde el cielo. Fue proyectado
para las competencias de basquetbol y natación, y consta de tres
elementos diferenciados: dos pabellones de deportes unidos por un tercer
edificio de servicios, cuya cubierta plana sirve para la circulación
de los espectadores.
Mediante formas espectaculares, Tange integró función
y estructura, y aportó el simbolismo de la arquitectura tradicional
japonesa. La mayor parte de la obra de Tange está cimentada en
el concreto como medio de expresión y en la tradición
japonesa como cultura.
EL
TRADICIONALISTA
En Forth Worth, Texas, se levanta el Museo de Arte Kimbell, de Louis Kahn, una
obra señera del concreto;compuesto de una sucesión de
seis bóvedas paralelas, e concreto, atraviesan la longitud entera
de la estructura, el espacio deja a la vista el potencial del material
como marco de las obras de arte.
El principio de la planta libre y de su flexibilidad se suma a un eficaz
sistema de iluminación natural. Kahn escribió que “la
influencia ejercida por la bóveda, la cúpula y el arco
romano estaba impresa en profundos surcos, recorriendo las páginas
de la historia de la arquitectura. Ellos seguirán reaparecieno,
pero con mayor poder gracias a las posibilidades de la tecnología”
.
EL
ACÚSTICO
Sus distintivas conchas picudas de concreto se convirtieron en un símbolo
para la ciudad. La línea dramática del perfil de la Casa
de Ópera en Sydney perdura como imagen. Las múltiples
áreas de presentaciones dentro de los picos son reconocidas por
sus exquisitas calidades acústicas. El edificio, con sus bóvedas
y láminas de concreto armado y pretensado, es la encarnación
del ritmo, un concierto de música congelada. Es obra del polémico
arquitecto Jorn Utzon (quien fue despedido de la obra en 1966, por lo
que los interiores decepcionan) . Los trabajos de
Utzon se caracterizan por principios conceptuales muy claros que generan
soluciones sencillas, a menudo creando una “familia de objetos
relacionados ”;a ese concepto lo llamó “arquitectura
auditiva ”.
EL
ESPIRITUAL
En la Iglesia de la Luz , en Ibakari, Osaka, Japón, Tadao Ando pregonó: “La
luz es el origen de todo;cuando golpea la superficie de cada cosa delinea
sus perfiles y produce las sombras detrás de los objetos para
definir su profundidad ”. Esta conmovedora pieza de concreto deja
entrar un potente chorro de luz por las hendiduras en forma de cruz;sin
palabras, resume la espiritualidad de este arquitecto autodidacta: “Toda
la obra de Tadao Ando, máximo exponente contemporáneo de
una identidad arquitectónica japonesa expresada con las técnicas
y los componentes del lenguaje modernista, se dirige hacia una antigua
y preciosa armo- nía entre la dimensión natural y la artificial
”. Otra obra de este arquitecto que debe estudiarse es el Museo
de la Cultura Gojyo, en Nara, Japón, también de concreto, pero
con otros componentes.
LA
PAISAJISTA
Zaha Hadid acaba de recibir el Pritzker, y la suya no es aún
una obra extensa. Sin embargo, ha recurrido al concreto para proyectarlo
en sus atrevidas construcciones, como ocurre con el Pabellón
Lf One am Rhein, en Alemania. Gracias a las más modernas manipulaciones
de la Tecnología de la Información, esta arquitecta de
origen iraquí (ver Construcción y Tecnología, mayo
2004) ha derribado los límites de su expresión artística.
En esta obra, una de sus piezas maestras, combina el paisaje con el
inmueble de una manera integral, como una forma de Land Art, donde el
edificio se convierte en una parte del territorio. Su obra mayúscula
es el Centro Rosenthal de Arte Contemporá- neo de Cincinatti,
un espacio donde se dan cita los ángulos más agudos.