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En este entorno, dentro del cual se hallan las instalaciones del Instituto
de Ingeniería, en un cubículo que goza de la vista de áreas verdes, pulcro,
ordenado -sin ser rígido-, en el que los detalles denotan el gusto por el
arte clásico, y en el que se deja sentir un ambiente de mucha tranquilidad,
realiza sus investigaciones el doctor Roberto Meli. El doctor Meli es ingeniero civil y doctor en estructuras de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de México, donde es profesor desde 1964 y donde actualmente imparte la cátedra de Ingeniería Sísmica. Es investigador del Instituto de Ingeniería de la misma Universidad y ha impartido cursos y conferencias en diversos centros del país y del extranjero. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Texas y en el Politécnico de Milán. Es autor de 130 artículos técnicos y de cuatro libros sobre distintos temas de su especialidad. Ha participado en la elaboración de diversas normas y reglamentos de construcción en México y otros países y es miembro de comités técnicos de instituciones nacionales e internacionales. |
El campus de la Ciudad Universitaria siempre ofrece al visitante un ambiente agradable, en el que se hace patente la buena planeación que le ha permitido adaptarse a las distintas épocas que le ha tocado vivir en la dinámica –y no pocas veces conflictiva– vida universitaria. |
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Ha participado en el Centro Nacional de Prevención de Desastres, como coordinador de investigación y como director general. Ha sido consultor en ingeniería estructural de edificios urbanos, monumentos históricos, vivienda de interés social, construcciones industriales e infraestructura. Ha recibido, entre otros, el Premio Universidad y el Premio Nacional de Ciencias y Artes, ambos en el área de desarrollo tecnológico. ¿Cómo se decidió a estudiar ingeniería? En realidad, no tenía yo una vocación específica por la ingeniería, aunque sí tenía ciertas aptitudes para las matemáticas. Lo que me interesaba hacer era algo práctico, y en su momento consideré que la ingeniería civil me ofrecía la perspectiva de desarrollar un trabajo técnico de alto nivel y la oportunidad de hacer cosas importantes desde el punto de vista social. Fue una decisión analizada, pero de último momento. ¿Alguna experiencia especial que haya influido en su elección profesional? No, y tampoco estuvo fundamentada en el ejemplo de ninguna persona, ni de la familia ni fuera de ella, ya que en mi entorno no había quien supiera mucho de lo que se trataba, y conocían muy poco el medio. Nadie en mi entorno cercano se dedicaba a esto, y luego, a lo largo de la carrera y de los primeros años, hubo muchas personas que influyeron en mí, pero no para tomar la decisión. ¿Un trabajo que recuerde en especial? En todos mis trabajos de investigación se ha combinado la actividad de cálculo con la de proyecto. Así fue en la vivienda de interés social, en los estudios de las obras olímpicas de 1968, en los trabajos de puentes y en muchos otros más. Por otra parte, he ejercido la actividad docente y siempre he estado activo en las tres, por lo que no me considero autor de alguna obra en particular sino que mi participación en la práctica ha sido como consultor, lo que me ha permitido opinar, pero no puedo considerar que una obra sea totalmente mía. ¿Cuál fue su participación en las obras olímpicas? Participé en la investigación de modelos a escala en el laboratorio, para probar distintos aspectos en el Palacio de los Deportes y en la Alberca Olímpica, y en algunos otros deportes. Posteriormente he tenido trabajos muy variados, pero quizá lo que me ha dado más satisfacción ha sido colaborar en los proyectos de rehabilitación de monumentos históricos, por ejemplo, el de la Catedral. ¿Ya terminaron los trabajos en la Catedral? Lo importante, "lo
grueso", por decirlo así, de la parte técnica, ya está terminado; lo que
falta son algunos pequeños detalles estructurales y la restauración de
las obras de arte. Con la reestructuración hecha tenemos catedral para
largo tiempo; sin duda, las obras han mejorado importantes aspectos de
la estructura y de la cimentación, y con eso se ha reforzado de forma
sustancial la seguridad. Su origen es italiano, ¿por qué decidió radicar en México? Llegué aquí por razones familiares; mi papá vino a México y yo lo seguí algunos años después. Mi intención fue establecerme aquí, donde había muchas oportunidades. Por muchos años la ingeniería ha sido un orgullo de la tecnología mexicana, ¿cómo ve el futuro de esta importante disciplina? En los últimos años, la ingeniería civil no ha tenido un desarrollo como el que esperábamos. Hemos estado en decadencia en cuanto a calidad y cantidad del número de proyectos. El que la ingeniería civil mexicana se conserve como un baluarte nacional va a depender en buena parte de la política que se siga al respecto, de la inversión que se haga en infraestructura. Existe la inquietud de saber en qué medida se va a dar la oportunidad a la ingeniería civil nacional de participar ante la modalidad de los proyectos llave en mano, cuando éstos vienen ya con la ingeniería hecha y dejan muy poco margen para la participación de la ingeniería nacional. La modalidad llave en mano implica que el que financia proporciona el equipamiento y la ingeniería, lo cual limita mucho las posibilidades de participación. Pero además, habría que poner atención en el hecho de que hay rubros de la ingeniería que necesitan el conocimiento del lugar y que, por lo tanto, no se pueden comparar con la ingeniería de importación. Hay muchos tipos de obra que no pueden compararse con la ingeniería de fuera. Para mencionar sólo uno -el que ha tenido más auge-, la vivienda, el que ha salvado a la ingeniería; pero como éste hay otros, así que va a seguir habiendo oportunidades de trabajo para quien tenga capacidad e interés en destacar, aunque la competencia ahora es mayor que la que existía hace 20 años. ¿Cuál es el perfil del actual estudiante de la carrera de ingeniería civil? Es claro que, en los últimos años, el interés por cursar la ingeniería civil es menor; ha disminuido el número de estudiantes, y hasta diría yo que el nivel. Los muchachos se han dado cuenta de que hay otras opciones para quien tiene aspiraciones técnicas, más redituables, como la ingeniería en computación, industrial, electrónica, telecomunicaciones, sistemas, etcétera. Todas ellas son cada vez más atractivas. Sin embargo, soy optimista y sigo viendo jóvenes de buen nivel en esta carrera, mantengo el contacto con ellos en el posgrado cuando hacen una maestría. Me da mucha esperanza la demanda que hay en los posgrados de la ingeniería civil, en estructuras, mecánica de suelos e hidráulica. Hay muchos y buenos alumnos. ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre? No tengo un hobbie principal, pero me gusta la lectura, la jardinería y las actividades culturales en general; sin embargo, pasar el tiempo con la familia es lo más agradable. ¿Cúal es la siguiente meta? Al nivel que he llegado, mi meta es seguir haciendo lo que he hecho hasta hoy. En los últimos años he logrado tener un balance adecuado entre los tres tipos de actividad que más me interesan: la investigación, la docencia y la consultoría. Ojalá que pueda mantener este balance por mucho tiempo y estar involucrado en obras y actividades de buen nivel, como las que tengo ahora. . |
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