Lo
cierto es que el minimalismo se impone metro a metro en los espacios,curiosamente,de
la gente que más tiene. Hace falta un sociólogo que explique
ese cambio en los gustos:“Hijo de nuevo rico,rico austero ”.
Los globalifóbicos,por otro lado,siguen a pie juntillas la preceptiva
de la escritora polémica Naomi Klein, quien escribió un
libro llamado No logo. El poder de las marcas en donde intenta explicar
la irritación que amplios sectores de la población están
empezando a sentir contra las grandes marcas,las cuales explotan pueblos
enteros de Indonesia, o de México, para alimentar las ansias del
consumismo. Para algunos, el minimalismo es un fenómeno que ya
quedó atrás.Y muchos constructores y arquitectos se ofenden
si uno osa etiquetarlos dentro de esta tendencia. Piensan que el minimalismo
“es el estilo de la falta de imaginación ”. Sin embargo,
hay que reconocer que esta corriente vive su mejor momento,y que es el
punto de fuga,dicen, hacia el que convergen todas las líneas.
En los últimos diez años el «minimalismo » ha
alcanzado en la arquitectura uno de sus momentos de mayor prestigio,que
se sostiene,en buena medida, anota un crítico,“más
que por la calidad intrínseca de las obras, por la sostenida campaña
de difusión de las mismas,hasta el punto de constituir el discurso
dominante en los medios especializados ”.
El minimalismo propone hoy una estética “reducida a la mera
visualidad, tensionando la abstracción al punto de perder la evidencia
de la realidad ”.Como si fueran pobras provenientes de ninguna parte,“se
trata de obras autónomas ajenas al lugar y ahistóricas,
en las que la reducción de los eventos arquitectónicos ha
puesto en riesgo el vínculo entre necesidad y arquitectura ”.
La crítica va más allá: “El énfasis
en el aspecto físico de la obra,se entiende a partir de una realidad
en la que el repliegue sostenido del espíritu ha dado paso a las
servidumbres materiales, las que han ido copando apresuradamente cada
espacio de nuestra sociedad ”.
Minimalismo
a la máxima potencia
El
movimiento ha ido ganado cada vez más adeptos en todas las esferas
de la sociedad. En el libro Minimalismo, Minimalista de la editorial Könemann,
se destaca que “el minimalismo es una forma de creación que
se extiende lentamente a través de décadas en diversas disciplinas
relacionadas con las artes. Más que plantearlo como un ismo, lo
entendemos como una nueva sensibilidad. Un nuevo sistema de creación
que nace de la estela de influencia que deja el minimal art y a partir
de algunos ideales de la modernidad ”.
Para los editores de este libro (que contiene ¡más de mil
páginas!), independientemente del lenguaje que el minimalismo ha
creado en el teatro, la música, la danza y el cine, existen contundentes
evidencias de cómo esta tendencia se ha fincado sobre todo en la
moda, en el diseño, en los muebles, en la arquitectura y en los
interiores.
Y en Internet la pasión se multiplica. Cuando uno escribe en el
cuadrito del buscador electrónico la palabra minimalismo (en MAYÚSCULAS
o minúsculas, da igual) Google o Yahoo! ofrecen más de 15,000
opciones.
Los edificios de concreto desnudo,por donde se desplaza la luz con pereza
intermitente, como los de Paulo Mendes
da Rocha, que parecen “hechos de grandes gestos estructurales y
geométricos en hormigón armado ”, son la constante.
Pero también abundan los ejemplos del concreto combinado con el
cristal, o con los metales oxidados, o con la madera cruda y con el plástico.
La constante es, además del concreto, que no hay adornos: sólo
espacios organizados sutilmente mediante formas geométricas muy
justas, a veces constreñidas por colores firmes, donde las sombras
y las luces disputan por el dominio de cada centímetro.
En el trato diario el término se ha colado hasta chotearse.Y se
habla de cocina minimalista, diseño minimalista, manufactura minimalista,
administración minimalista; poesía y literatura minimalistas;
política y economía idem, y quién sabe cuántas
cosas más a las que se califica así con evidente e insoportable
afectación.
Emparentada con la música, la arquitectura minimalista es el espacio
ideal para alojarla. De hecho, la música ha recibido de lleno esta
influencia: “Una de las formas de la nueva sencillez es el minimalismo,
la articulación del discurso sonoro a base de células melódicas
o rítmicas repetitivas. El resultado es una música accesible
y sugerente, agradable en ocasiones, monótona en otras,que con
frecuencia tiene un valor casi ambiental ”, definía una revista
musical.
“Algunos de los principales compositores minimalistas son los norteamericanos
Terry Riley (1935), Steve Reich (1936) y Philip Glass (1936) y el estoniano
Arvo Pärt (1935), quien también echa mano de la técnica
collage y de otros elementos en una música de inspiración
religiosa.”
El
gurú huraño
Uno
de los abanderados más prominentes de este movmiento en la arquitectura
es John
Pawson, para muchos el gurú de la arquitectura minimalista.
El autor del libro Minimum que postula con imágenes su ideario
estético,es un británico que trazó algunas famosas
galerías de arte y diseñó un monasterio cisterciense
en la República Checa. Es consecuente con lo que predica:«llevé
a los monjes a mi casa y hasta preguntaron si no sería demasiado
austero para ellos.»
Pawson “desprecia lo irrelevante como camino para enfatizar lo importante
”.Practica el ascetismo, y su ropa, muebles y estudio de Londres
transmiten una sobria austeridad, la misma que ha
aplicado en el rediseño de las tiendas de Calvin Klein, en “el
diseño de mantas, mesas, bandejas y, últimamente, en un
libro sobre cocina minimalista ”.
En
una famosa entrevista para la revista española El País,
ver www.elpais.es/suplementos/babelia/20011013/ b23.html expuso sus tesis
y marcó distancia con otros arquitectos también considerados
como minimalistas:
Señaló que “la palabra (minimalismo) ha cuajado en
la cultura popular y, tal vez por eso, algunos se muestran reticentes
ante ella.Los arquitectos aprenden de estructuras, de diseño, pero
no sienten, necesariamente, implicaciones emocionales con lo que están
haciendo. Para mí, la arquitectura forma parte de las preguntas
que me hago como individuo. En la vida trato de reducir las cosas, de
simplificar, y lo mismo hago como arquitecto ”.
Más adelante, cuando le preguntan: “¿No
cree que Barragán o Siza ya eran minimalistas antes de que se acuñara
el tér-mino? ” , Pawson responde: “Sin duda
comparten algunas de las características, pero también las
compartía Mies van der Rohe ”.
El minimalismo es una etiqueta que permite diferencias individuales.“Yo
trato de hacerlo todo de la manera más sencilla posible.Tengo pocas
posesiones y pocos amigos. Valoro más la calidad que la cantidad
y tener menos confiere libertad. Eso puede parecer contradictorio. Barragán
tenía mucho dinero,clientes ricos y una vida de abundancia ”.
Pawson no piensa que el minimalismo defienda, como el Movimiento Moderno,“un
ideario social -viviendas dignas para todos-,sino que el minimalismo parece
carecer de ideología:
“Se trata de un movimiento evidentemente elitista, pero en eso radica
su fuerza. Poca gente puede tener un espacio minimalista, pero a la vez
poca gente podría vivir en un espacio así.”
También expuso que “los arquitectos debemos hacer nuestro
trabajo lo mejor posible y no preocuparnos por el mercado. Las cosas buenas
terminan por gustar a todo el mundo. El arte tiene que vivir al margen
de las preocupaciones sociales ”.Y reconoció que resulta
“muy difícil ” hacer buena arquitectura minimalista.
“Cuando termino un proyecto –dice – por lo general no
quiero que nada lo decore.La luz y la textura de un espacio pueden ser
una obra de arte ”.
¿Un
misticismo ambiental?
En
el marco de la doctrina Zen,tan vinculada a la naturaleza, la arquitectura
de los jardines tiene un carácter minimalista; el jardín
nipón reproduce con unos cuantos componentes vegetales o inorgánicos,
dispuestos aparentemente al azar, minúsculos paisajes que dan cuenta
de las connotaciones simbólicas del mundo natural:“desde
el bambú en tanto que representación de la longevidad hasta
la tranquilidad intemporal encarnada por la roca ”.
Asimismo,el propósito de inducir el estado mental idóneo
para apreciar la belleza, y el significado profundo de la naturaleza,
están en el principio de esta corriente artística.
Sin embargo, hay algo más que la tradición japonesa en el
minimalismo, algo que es el culto por “lo menos ”, si uno
se atiene a la concepción que se atribuye a Mies Van der Rohe de
“MENOS es más ” , que llena muchas expectativas y temores
que convergen en este comienzo de siglo. Arte Conceptual, Ambientalismo,
Minimalismo, Arte Povera, Body Art son el fermento de la olla donde hierve
esta corriente.
Antes de que supiera que estaba describiendo al minimalismo (quizás
nunca supo que lo hacía), Antoine de Saint Exupéry (sí,
el autor de El Principito escribió en Tierra de hombres, que “todo
el esfuerzo industrial del ser humano, todos sus cálculos, todas
las noches pasadas en vela delante de los planos, le conducen,como signos
visibles,a la sencillez, como si fuera necesaria la experiencia de muchas
generaciones para ir mejorando poco a poco la curvatura de una columna,
la del fondo de un barco o la de un fuselaje de avión,hasta conseguir
la pureza elemental de la curvatura de un seno o de un hombro.
“En apariencia podría parecer que el trabajo de los ingenieros,de
los proyectistas,de los responsables del cálculo,consiste únicamente
en pulir y eliminar … hasta lograr que de un fuselaje no cuelgue
sólo un ala, sino una forma perfectamente desarrollada, liberada
de todo lo superficial,una especie de conjunto espontáneo,misteriosamente
unido y de calidad similar a la de un poema. Es como si la perfección
se alcanzase no cuando está todo añadido,sino cuando ya
no se puede suprimir nada.”
Gestación
del minimalismo
El término minimalismo nació para un arte que no quería
ser ni pintura ni escultura y que ha terminado siendo de todo.Se dice
que el crítico británico Richard Wollheim lo empleó
por primera vez en 1965 al tratar de definir el reduccionismo radical
“racionalista ” promovido por las nuevas tendencias del arte.
Desde
entonces el término dio vueltas en el aire y se posó en
muchos talleres, laboratorios y despachos de constructores. Lo cierto
es que ha crecido “y ha mudado hasta instalarse por doquier,empezando
por la arquitectura ”.
Las características de la arquitectura minimalista pueden ser:
reducción, síntesis, depuración, austeridad, orden,
repetición,desnudez ornamental o pureza material.
Según los ortodoxos,“el minimalismo puede considerarse como
la corriente artística contemporánea que utiliza la geometría
elemental de las formas ”.Las formas son las que definen una estrecha
relación con el espacio que las cobija.
Para
ello el artista se fija sólo en el objeto y aleja toda connotación
posible. Suma como características a la abstracción, la
economía de lenguaje y medios, la producción y estandarización
industrial, el uso de materiales neutros, como el concreto desnudo, la
austeridad sin ornamentos,el purismo estructural y funcional, el orden,
la geometría elemental rectilínea, la precisión en
los acabados, la reducción y la síntesis, la sencillez,
la concentración, el protagonismo de las fachadas y la desmaterialización.
Hay quienes consideran que el minimalismo es una versión corregida
y extremada del racionalismo y de la abstracción con que las artes
responden a la aparición revolucionaria de la industria a finales
del siglo XIX.
En
ese momento,el arte y la arquitectura modernos adoptaron la máquina
como modelo de obra autosuficiente, reducida a su pura esencia.
En un intento por evitar todo simbolismo y subjetivismo,la nueva arquitectura
rechazaba la tradición de estilos que habían constituido
durante siglos su repertorio constructivo.
Mínima
historia del minimalismo
Para
poder describir lo que es el minimalismo, primero se tienen que visitar,aunque
estén muy cerca, sus antecedentes:el racionalismo y la abstracción
se consolidan
a fines del siglo XIX.
En la Exposición Universal de Chicago en el año 1893, el
pabellón japonés causó revuelo entre los arquitectos
de la época precisamente por su sencillez. De ese modo, la onda
expansiva alcanzó a los diseñadores en Europa, quienes adoptaron
la nueva tendencia, iniciada allá por el arquitecto
Adolf Loos en su tesis de 1908, en la que establece al ornamento como
evidencia de un delito arquitectónico.
Caracterizada por la reducción a estructuras geométricas
básicas y a colores primarios, las más tempranas fuentes
del minimalismo se encuentran en las obras suprematistas de Kasimir Malevich
y en algunos trabajos de Vladimir Tatlin y Piet Mondrian. También
en los «ready-mades » de Marcel Duchamp, en cuanto a su minimización
de la maestría artística. La pintura de Malévich
tuvo una influencia determinante en el grupo De Stijl, así como
en el grupo Bauhaus.
Entre sus más inmediatos sucesores se mencionan los pintores Ad
Reinhardt, Josef Albers, Barnett Newman y Mark Rothko, citándose
al arquitecto Mathias Goeritz como su más temprano teórico
y exponente. Entre los más destacados artistas minimalistas figuran
Ellsworth Kelly, Frank Stella, Donald Judd, Jules Olitski, Kenneth Nolan,
Jack Youngerman, Dan Flavin, Carl André, Robert Morris, Tony Smith,
Larry Bell, John McKracken, Sol Lewit.
Como ocurre con algunos términos de la historia del arte, la palabra
minimalismo ha pasado de nombrar un movimiento a convertirse en adjetivo.
De la misma manera que lo barroco y lo rococó se convirtieron en
voces sinónimas de lo cargado y lo sobrecargado, lo minimal designa
hoy aquello que es sobrio y contenido. Con la llegada de las dos guerras
mundiales, en una Europa devastada,comienza una nueva etapa en “donde
abunda la gran escasez de recursos ” de cualquier tipo: económicos,
de identidad, de materiales, etcétera.
Esto
crea nuevas tendencias que se entrecruzan, en los años cincuenta
y sesenta, con obras de artistas unidos al racionalismo
y a la abstracción;de nuevo los nombres que suenan son los de Adolf
Loos, Le Corbusier o Mies van der Rohe.
Este movimiento toma fuerza a mediados de los años sesenta como
una reacción contra el subjetivismo y emocionalismo del Expresionismo
Abstracto con su énfasis en la improvisación y la espontaneidad,
proponiendo en su lugar un arte totalmente preconcebido, de ejecución
anónima y de gran claridad, rigor conceptual y simplicidad.
Sus principales características son:máxima inmediatez subrayando
la importancia del todo sobre las partes,superficies inmaculadas, colores
puros, formas simples y geométricas realizadas con precisión
mecánica, además de la utilización de materiales
industriales de la manera más neutral posible de modo que no se
alteren sus calidades visuales.
Es la estética de quienes buscan la calma en el medio del caos
de la ciudad.Implica el retorno de la austeridad y la simplicidad,como
reacción a una sociedad consumista. Es la abstracción a
lo mínimo posible, pretende mostrar la máxima síntesis
de quien habita una casa. Privilegia el espacio y la luz como “lujos
” de la sociedad actual. El vacío, la desnudez, la luz natural,
los materiales puros,la simplicidad,el rigor y la severidad son su esencia.
Le Corbusier, que llamaba a superar los antiguos lenguajes y a trascender
mediante el purismo, es el primero que declara que “los nuevos tiempos
exigen un espíritu de exactitud, un espíritu nuevo ».Y
publica un ensayo con el título: «El arte decorativo de hoy
».
Con ese texto estableció nada menos que la contradicción
entre los términos decoración y modernidad, lo cual se va
a ver reflejado en sus diseños de vivienda. En ese tiempo, pero
en otra esquina, Mies van der Rohe se convirtió en el más
influyente precursor contemporáneo del minimalismo.
Esto queda patente en sus obras arquitectónicas en las que incorpora
términos como economía o pureza material.
El
minimalismo,diseño moderno o low design revive la vieja fórmula
de Van der Rohe en la que el diseñador de los años treinta
privilegiaba la sobriedad sobre los ambientes recargados. “Con su
aplicación,el arquitecto consigue que la forma derive de la estructura
y los materiales se usen de modo auténtico, sin camuflajes estilísticos
”.Se trata de conseguir la pureza clásica gracias a la ausencia
de cualquier elemento secundario.
«Less
is more??????? es la aportación de Mies al minimalismo. Por otra
parte, tanto Luis Barragán como Mathias Goeritz añaden otros
conceptos,como geometría pura, sobriedad,espiritualidad, además
de la aplicación de colores de gran viveza en superficies extensas,
mezclando estos conceptos con las expresiones vernáculas de México.
Las Torres de Satélite, que no ocultan su esqueleto de concreto,
son un ejemplo de esta manifestación.
La esencia del minimalismo, para algunos catalogadores de arte, es un
conjunto de elementos tales como la pureza geométrica, la sencillez,
el color, la escala, el volumen, la transparencia, los materiales, todo
esto con la finalidad de alcanzar una tranquilidad espiritual, en la que
el producto expuesto forme un papel protagónico en el espacio.
La
arquitectura y los antivalores
Por
supuesto,no todos se sienten atraídos por estos conceptos ni a
todos se les antoja beber de las aguas de esta corriente; para ellos no
es tan potable.
La arquitecta Laila Tame, en un artículo publicado en Internet,
invita a los estudiantes de arquitectura a reflexionar acerca de “Los
antivalores de la arquitectura de vanguardia ”, donde,desde su punto
de vista, “el capitalismo contemporáneo ha dado como resultado
una ciudad en donde han proliferado las arquitecturas ligadas a la espectacularidad
y las cuales utilizan el espacio como objeto de ‘performance cotidiano
’ del poder de consumo y del avance tecnológico.
El
capital ha superado el concepto de valor e invade los procesos Alberto
Kalach de producción y los poderes de decisión ”.
La composición es una de las mayores preocupaciones de los
minimalistas.
Esta problemática ha logrado que se considere la arquitectura como
una forma explícita de expresión simbólica, mientras
la globalización y la tecnología terminan con la identidad.
Asimismo, siguen intactas las viviendas de nadie, la autoconstrucción,
la falta de espacios verdes, y tratándose de imitar al primer mundo,
ciudades que como París, han conservado sus ríos y áreas
verdes, así como una baja centralización de servicios y
densidad de población.
La identidad, dentro de su visión, se pierde, y sólo suenan
los cascabeles del internacionalismo que todo lo aplana en fórmulas
consabidas: hightech, posmodernistas, minimalistas o deconstructivistas,
que “superponen un mosaico de escenografías montadas sobre
las grandes urbes ”.
Hay en su texto frases subyugantes:“La arquitectura sin identidad
se mezcla con estructuras de alta tecnología como las pieles de
vidrio reflectantes que se convierten en espejos que confunden al peatón
y al usuario.
“Estas arquitecturas espectaculares crean grandes gastos energéticos
para ventilación y limpieza exterior, además que en esta
ciudad de México con sismos frecuentes, el programa y el usuario
nos exigen el uso de otros materiales, para ahorro de energía,
donde se antojan nuevas propuestas funcionales antes que las formales
…”
La autora invita a los jóvenes a que urguen qué hay “detrás
del deconstructivismo, minimalismo, la arquitectura fragmentada y las
obras producto de las filosofías
del caos o la secuencialidad. La arquitectura ha estado en un constante
recorrer y una búsqueda motivada a veces por el afán de
crear algo nuevo, desgraciadamente en este camino a veces ha sucumbido
el principio más auténtico, el de hacer espacios habitables
para el hombre ”.
El proceso de fractura y caos ha ido en aumento en las ciudades contemporáneas
que se han vuelto sin esfuerzo altamente caóticas y peligrosas,
especialmente en el tercer mundo donde conviven los niveles más
extremos de riqueza y pobreza como en la ciudad de México, debido
a la falta de planeación, falta de respeto de planes de desarrollo
urbano y problemas de índole socioeconómico y político.
Arquitectura
madura
Este
enfoque contrasta abiertamente con el de Roberto Segre, que en su ensayo
“Globalización de experiencias estéticas. América
Latina 2000. Arquitectura en la encrucijada ” afirmó que
“la arquitectura latinoamericana había alcanzado por fin
su mayoría de edad ”. Y reconoció que en “la
década reciente se multiplicó el interés por obras
y diseñadores del Hemisferio ”. Enumera enseguida una cascada
de premios internacionales recibidos por decenas de arquitectos de talla
y por la difusión de proyectos y construcciones “de Clorindo
Testa, Ricardo Legorreta, Abraham Zabludovsky, González de León,
Paulo Mendes da Rocha, Mathias Klotz, Ernesto Katzestein, Kalach y Álvarez,
João Filgueiras Lima y Oscar Niemeyer.
Subraya
el aporte de Luis Barragán y de “otros fundadores que forjaron
la expresión de la identidad continental y caribeña ”.
Y luego de un recorrido por la accidentada evolución de la arquitectura
latinoamericana dirige su lupa hacia los movimientos que se están
gestando en este momento: “Dentro del reduccionismo de los recursos
materiales y la ruptura con los principios cartesianos del diseño
que caracterizan el minimalismo y el deconstructivismo, sobresalen el
Museo de las Esculturas de Paulo Mendes da Rocha en San Pablo, el Museo
Xul Solar de Pablo Tomás Beitía en Buenos Aires y la sede
del Banco Financiero Internacional de José Antonio Choy en La Habana.Finalmente,el
conjunto de obras citadas demuestran la vitalidad de los profesionales
latinoamericanos, que a pesar de las dificultades creadas por la precariedad
económica y la invasión de los modelos ajenos, consecuencia
de la persistente globalización financiera y cultural, intentan
expresar la continuidad de una cultura dinámica,producto de la
constante mezcla e hibridación de sociedades y tradiciones.
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