El reto de ser mejor día a día

¿Cómo se ve Manuel Milán a sí mismo?

Me veo como una persona a la cual los logros y éxitos en la vida le han costado mucho esfuerzo. Una persona que tiene motor propio y que, por lo tanto, está convencida de que hay que “querer dar hasta el último esfuerzo, el esfuerzo con el que se logra la anotación”.

Creo firmemente que el capital humano altamente capacitado, motivado y con un espíritu de trabajo en equipo, es el recurso más valioso con el que puede contar una empresa.

Creo que para ser jefe y padre hay que hacerse digno de reconocimiento mostrando el camino del honor y del trabajo; hay que ser una persona para la cual mandar no sea un privilegio, sino un honor y una carga.

Me veo como una persona que se siente feliz y realizado con lo que tiene, incluyendo los retos del presente, pero a la vez, lo suficientemente insatisfecho como para buscar ser mejor cada día.

Recién llegado del norte de la república, con una cara seria en la que fácilmente se refleja una sonrisa amable, el ingeniero Manuel A. Milán, director general de la empresa Cementos Chihuahua, concedió la siguiente entrevista para Construcción y Tecnología.
¿Qué lo llevó a estudiar ingeniería?

Mi inclinación por la ingeniería es una vocación clara, muy definida. Nunca tuve dudas acerca de cuál sería mi profesión.

¿Hubo algo (alguna anécdota) o alguien que lo llevó a tomar esta decisión?

No, la ingeniería venía en mis genes, a pesar de haber crecido en una familia de médicos.

¿Quién ha sido su personaje inolvidable?

No podría nombrar a una sola persona. He sido afortunado al crecer en una familia con mucho carácter: valores inquebrantables, disciplina, honestidad, trabajo, búsqueda de logros desde las calificaciones y los deportes hasta la vida profesional, con alegría y mucho amor y armonía. Mi esposa Margarita y mis hijos Manuel, Juan Carlos y Mauricio siguen alimentando estos valores. Debería mencionar a varios maestros, sobre todo los jesuitas de la secundaria y preparatoria. En ingeniería y el posgrado, hubo varios que daban su ejemplo y me empujaban al límite. También en mi vida profesional he sido guiado por verdaderos líderes: Alfredo Martínez Urdal en Ponderosa Industrial y Federico Terrazas en GCC. Finalmente, muchos amigos y compañeros (as) de trabajo. Recuerdo sobre todo a aquellos con los que he caminado resolviendo problemas, rompiendo paradigmas, sufriendo derrotas y levantándonos juntos, recibiendo estímulos y descubriendo capacidades personales desconocidas.

¿Cuáles son sus metas actuales?

Profesionalmente, el reto es continuar creciendo cualitativa y cuantitativamente. La dinámica de la empresa no la podemos ni la debemos detener. El equipo directivo debe encauzar este crecimiento en una forma muy rentable, pero con la debida prudencia para hacer el mejor uso de nuestros recursos. Así mismo, estamos inmersos en una competencia que exige innovación, creatividad, uso óptimo de las nuevas tecnologías. No debemos ir al ritmo de la industria, sino adelante. En lo personal, mi meta es mantener el equilibrio entre mi trabajo y mis actividades personales; en especial con mi familia.

¿Cuáles son las metas a futuro?

Que mis hijos sean hombres de bien y mantener una familia íntegra, vigorosa y unida. En el aspecto profesional, espero seguir teniendo la fuerza y la visión para conducir la empresa a niveles en que sus accionistas, sus empleados y sus clientes se sientan cada vez más orgullosos de ella.

¿Cómo se ve en 20 años?

Así: A pesar de mis 73 años soy un hombre productivo; dedico parte de mi día a trabajos de consultoría, a resolver problemas, a hacer negocios. Lo hago con la misma pasión de siempre. Apoyo a mis hijos en sus empresas. Viajo más, leo más, escucho más música y también escucho más a mis semejantes. Dedico tiempo a mi institución benéfica favorita y pertenezco a dos asociaciones profesionales. Sigo con mi ejercicio físico diario y aprendí a jugar golf. Tengo más amigos. La familia, hoy expandida por tres nueras y varios nietos, es aún más unida, ya que ahora le puedo dedicar más tiempo y somos más maduros; un poco más sabios, pero igual de irreverentes.

En el área profesional y como persona,

¿cómo le gusta que lo recuerden o hablen de usted?

Espero haber sembrado, tanto en mis hijos como en mis colaboradores, inquietudes para ser mejores personas y profesionistas; haberles encontrado o ayudado a descubrir capacidades que ellos mismos no conocían o dudaban tener. Por lo tanto, aspiro a que me recuerden como un hombre de bien que tendió la mano para que otras personas lograran mejorar sus habilidades, su desarrollo, sus valores.

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