¿Quién es Belinda Ramírez?

Una mujer, que es madre, esposa y profesionista.

Como mamá, soy muy afortunada: tengo dos hijas –una de 20 y la otra de 24 años– que tienen una gran vocación de servicio a la sociedad.

Como esposa, tengo un matrimonio exitoso.

Como profesional, me he empeñado en trabajar en un medio en el que pueda favorecer a más gente, y la arquitectura –especialmente la habitacional– me ha dado esta oportunidad .

El verme reflejada en mis hijas, en mi matrimonio y en mi trabajo, es otra forma de saber quién soy yo.

¿Cómo se hacen compatibles la vida profesional y el hogar?

Ha sido de lo más comprometido.

Amabilidad, una gran sonrisa y voz fuerte, entrega al trabajo, gusto por la buena música, son algunos puntos clave que ponen de manifiesto la forma de ser de la arquitecta Belinda Ramírez, en su momento subdirectora técnica general del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

Cuando mis hijas eran chiquitas, era un reto tener tiempo, no las ganas ni la vocación, sino el poder mantener de manera constante un equilibrio entre casa y trabajo. Pero conforme los hijos crecen en edad, se puede lograr una mejor organización; a esto sumo el apoyo de mi marido y un respeto absoluto de ellos tres hacia mí y de mí hacia ellos.
Hoy mi familia es la que me impulsa, la que me compromete en este medio y hace que enfrente los diversos retos que implica el querer ver un México mejor. Por eso les gusta la idea de que tenga este trabajo. Para mí es muy satisfactorio que mis hijas sepan que el haber compartido mi tiempo entre ellas y mi profesión no fue en vano, que el trabajo no fue un pretexto para estar fuera de casa, y que ellas colaboraron con algo muy importante para mí.

¿Cómo ha sido su vida de pareja en relación con la profesión?

Mi esposo me ha brindado siempre su apoyo total, su impulso, su consejo. Él también es arquitecto; de hecho, si yo estudié arquitectura fue por él. Compartimos muchas cosas, y aunque se dedica más a la construcción y el diseño, lo mismo podemos tener medios complementarios. En esto también somos pareja, un matrimonio feliz de 26 años.

¿Quién es la persona que más impactó su forma de ser?

Grandes maestros y grandes jefes. Hablando de personas que me han enseñado, disciplinado e impulsado en una carrera que me ha dado satisfacciones muy grandes, podría mencionar a algunos, pero no confio en mi memoria lo cierto es que me dejaron enseñanzas importantes y un deseo de querer ser como ellos, y, por qué no, hasta de querer superarlos. Pero en especial me motivan para dedicarme a esta rama de la arquitectura que me permite estar en contacto con la gente, saber que estoy trabajando para las familias que durante mucho tiempo han aspirado a tener acceso a una vivienda.

¿Cuál es la siguiente meta?

Mejorar la calidad de la vivienda, hacer sistemas competitivos y de mayor calidad, buscar criterios de apoyo para potenciar los recursos, por ejemplo, la bursatilización. Para llegar a esto hay que alcanzar estándares de calidad, de valorización, fomentar la cultura de los seguros.
Colaborar para que el Infonavit se pueda dedicar, a través de todos los agentes que intervienen en la vivienda, a lograr un producto de más bajo costo para atender a la gente de menores ingresos. Debemos llegar a la vivienda de “todos ponen y todos ganan”.
Que gane la cadena distributiva, el que vende el terreno, el que comercializa, el que los produce, el constructor, el supervisor, el notario, la autoridad municipal y estatal; pero también, todos los que intevienen ponen.

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

Me encanta el golf, hacer ejercicio, ir al teatro, leer y, sobre todo, convivir con mi familia y los amigos.

¿Cómo se ve en 20 años más?

Me veo muy satisfecha, espero seguir acumulando logros en cumplimientos y metas. Vislumbro también una etapa de apoyo a los que me sucedan, como una asesora.
En esto retomo el concepto del consejo de ancianos de los aztecas, «la sabiduría que da el paso del tiempo sólo se adquiere con la edad».