Estados Unidos
Hasta el 30 de julio del presente año, los datos oficiales reflejaban
que la economía de Estados Unidos había tenido una recesión
de un solo trimestre negativo (2001-III); por lo tanto, hubo quienes, como
el Secretario del Tesoro y algunos connotados economistas, dudaron de la
existencia de la recesión.
Sin embargo, la revisión oficial de los datos productivos del periodo
1999-2002 arrojó nuevas cifras que modifican en parte la apreciación
inicial. Hoy sabemos con más precisión que la larga fase expansiva
de la economía estadunidense, que empezó en marzo de 1991,
llegó a su punto más alto en el tercer trimestre de 2000 con
un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 4.8% en relación
con el trimestre anterior, para enseguida desacelerarse (1.1%) y posteriormente
caer en tres trimestres negativos (-0.6, -1.6, -0.3) (gráfica 1).
La duración de la crisis de 2001 es similar a la del periodo de julio
de 1990 a marzo de 1991, con tres trimestres negativos del PIB, aunque la
caída de la producción total fue más profunda en la
de 1990-1991 (gráfica 1); la producción industrial y las ventas
tocaron fondo en el mismo número de meses, 10 y 6 respectivamente;
el empleo alcanzó el punto mínimo en 19 meses en la primera
recesión y en 12 meses en la más reciente. En tanto que el
ingreso disponible no tuvo disminución en la última recesión,
en la anterior tocó fondo en el octavo mes (cuadro 1). Después
de tocar fondo empieza la fase de expansión para cada indicador,
aunque en el conjunto el fin de la recesión haya sido desde meses
anteriores.
México
Para el caso de México, la recesión empezó en el pico
de la anterior fase de expansión y terminó (aún no
oficial) en el valle o punto mínimo del Indicador Compuesto Coincidente
(ICC). Este Indicador refleja un comportamiento similar al de los ciclos
económicos en su conjunto, por tanto, fue en septiembre de 2000 cuando
alcanzó el punto máximo, 120.5, y fue en marzo de 2002 cuando
tocó fondo con 109.7; los dos meses posteriores, hasta hoy reportados,
son mayores. Si la tendencia continúa en ascenso, como es previsible,
entonces la recesión habrá durado 19 meses.
Al utilizar el PIB desestacionalizado y medido con relación al trimestre
anterior, como se acostumbra en la contabilidad de Estados Unidos, la recesión
tuvo seis trimestres ligeramente negativos; mientras que en la de Estados
Unidos fueron tres. La recesión mexicana empezó desde el cuarto
trimestre de 2000 y concluyó en el primero de 2002 (gráfica
2); el segundo trimestre arrojará un PIB positivo y marcará
el principio de la fase de recuperación.
Si empleamos la metodología más usual en México -medir
la tasa de variación del PIB con relación al mismo trimestre
del año anterior y sin ajuste estacional- encontramos que la producción
alcanzó el pico en el tercer trimestre de 2000 y después se
desaceleró durante dos trimestres, estancándose en el segundo
de 2001, para decrecer en los siguientes tres trimestres. En el 2002-II
se estima que crecerá cerca de 2%, en comparación con el mismo
periodo del año anterior, lo que reflejaría el fin de la recesión
(gráfica 3).
Al comparar la última recesión con la anterior, que oficialmente
empezó en noviembre de 1994 y terminó en julio de 1995, se
observa que es muy amplia pues la excede en 11 meses, pero también
muy ligera o poco profunda, ya que tuvo una caída de 9% con relación
al punto máximo y mínimo del ICC, mientras que la crisis previa
registró una caída de 21% (gráfica 4).
Conclusiones
El diagnóstico es claro: las dos últimas crisis económicas
de México son distintas; las de Estados Unidos son más similares.
En el caso de México, la primera es una depresión y la última
es una recesión; en las de Estados Unidos, ambos califican para una
recesión suave y breve. La crisis de 1995 no sólo fue una
depresión, de acuerdo a la caída del producto, sino fue acompañada
por una grave crisis inflacionaria, cambiaria, crediticia y social, que
no es comparable con la recesión del 2000-02. Ésta fue una
recesión productiva, con pérdida de empleos, pero con estabilidad
monetaria, con salarios reales positivos y con apreciación cambiaria.
Estados Unidos se enfrentó a la previsible y anunciada recesión
con una política monetaria relajada, reduciendo las tasas de interés,
y con una política fiscal expansiva. Ambas con el objetivo de provocar
primero un "aterrizaje suave", y después del 11 de septiembre,
para evitar un agudizamiento de la crisis. La política económica
estimulante no pudo evitar trimestres negativos aunque sí los atenuó;
también el fuerte gasto en defensa y el consumo privado evitaron
que lo que tenía visos de convertirse en una mayor caída,
debido a los ataques, se transformara inmediatamente en una fuerte recuperación
del PIB en el último trimestre de 2001 (2.7%) y en un crecimiento
más acelerado en el primer trimestre de 2002 (5%) (gráfica
1).
En México, el déficit público -en contraste con el
alto superávit de Estados Unidos- evitó adoptar políticas
antirrecesivas con gasto público, a pesar de los llamados de algunas
fuerzas para hacerlo. En tanto que el Banco de México continuó
con una política antiinflacionaria que logró por tercer año
consecutivo alcanzar las metas propuestas y, por tanto, tasas cada vez menores,
que influyen en la disminución de las tasas de interés y en
estabilidad monetaria; condiciones necesarias para el crecimiento de la
producción. Es decir, que sin este tipo de políticas, consideradas
sanas y responsables, la situación hubiera sido peor. Estados Unidos
pudo llevar a cabo políticas anticíclicas porque previamente
había logrado la estabilidad, con inflación de 2% y superávit
público.
Perspectivas
No obstante, la volatilidad y el decrecimiento del mercado bursátil,
las quiebras y los fraudes contables de empresas norteamericanas han creado
desconfianza y pesimismo en las posibilidades de la actual recuperación,
incluso hay quienes predicen una nueva recesión. Las pérdidas
accionarias con respecto al pico de marzo de 2000 son considerables, pero
la mayor parte sucedió durante el periodo 2000-2001; las caídas
recientes del mercado de valores no anuncian una nueva recesión,
sino la fase última de la descapitalización bursátil
que empezó hace más de tres años.
El efecto inmediato de los altibajos bursátiles recientes es el desaceleramiento
de la recuperación, como ya se reflejó en el débil
crecimiento de 1.1% en el PIB del segundo trimestre de 2002, y no una recaída
productiva. La particularidad de la crisis bursátil última
es que se produjo gradualmente a lo largo de varios años y no estalló
como un crack, una pérdida considerable en un lapso pequeño,
por lo que fue asimilable; tampoco fue la causa de la recesión, aunque
haya influido.
Por otro lado, la economía estadunidense muestra signos vitales mejores
que hace un año, o incluso que hace seis meses: las ganancias empresariales
reales y verdaderas, las que se presentan para el pago de impuestos y no
las declaraciones falsas que reciben los accionistas, aumentaron considerablemente
en los dos últimos trimestres (2001-IV, 2001-I) para remontar una
tendencia descendente que empezó a fines de 1999 y tocó fondo
en el 2001-III. Este cambio de inflexión en las ganancias es un fuerte
aliciente para las inversiones futuras.
La actividad industrial continúa creciendo gradualmente a una tasa
semestral de 3%; se recuperó fuertemente la inversión privada
en el último semestre, después de mantenerse en tasas negativas
desde 2000-III; se están agotando los inventarios; se mantiene el
ritmo positivo del consumo privado y del gasto público; las exportaciones
y las importaciones tuvieron altas tasas de crecimiento en la primera mitad
del año, después de cinco trimestres negativos (gráfica
5); la tasa de desempleo se ha mantenido en los últimos cinco meses
en 5.9%, lo que significa una estabilización en el piso; el número
total de reclamaciones de seguros de desempleo disminuyó en 6% en
el primer semestre, comparado con el mismo periodo del año anterior;
se está creando empleo neto -en julio fueron 6 mil-, aunque en cantidades
menores que las previstas; el ingreso real de los trabajadores aumentó
en el último año en 2.2%; la productividad laboral creció
a tasas de 8.3%, y en la manufactura, de 9.4% en el primer trimestre; los
costos laborales disminuyeron en 5.4%; la inflación es sólo
de 1.1% anualizada en el mes de junio.
Con base en los fundamentos productivos, las perspectivas en Estados Unidos
son continuar con la recuperación para lograr un PIB entre 2.5% y
3.5%, con estabilidad monetaria. Lo más probable es que el mercado
accionario esté tocando fondo y que se recobre la confianza en el
valor real y en la administración de las empresas. Lo importante
es que hoy ya hay mejores condiciones para hacer negocios. Para México,
fuertemente vinculado y dependiente con el principal socio comercial, significará
una recuperación débil, comparada con la anterior de 1996,
pero segura, con un PIB de alrededor del 2% y una inflación de 4.5
por ciento.
*Doctorante de Economía
en la Universidad Autónoma de México
Fuente: El análisis económico fue elaborado con datos de:
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI), National Bureau of Economic Research, US Departament of Commerce-Bureau
of Economic Analysis
BOX
HERRAMIENTAS DE LECTURA
PRODUCTO INTERNO
BRUTO (PIB)
Es el valor total de la producción de bienes y servicios de un país
en un determinado periodo
TRIMESTRES
Los trimestres se denotan con los números romanos: I, II, III, IV
CICLOS ECONÓMICOS
Son las fluctuaciones de la producción, el ingreso y el empleo nacionales
totales, que suelen durar entre 2 y diez años y que se caracterizan
por la expansión o la contracción simultánea de muchos
sectores de la economía.
Expansión: incluye la recuperación y el auge y se manifiesta
con el aumento de la producción.
Crisis o decrecimiento: incluye la recesión que es la disminución
del PIB real durante dos o más trimestres sucesivos; la represión
es una recesión grave.
TIPO DE CRISIS: productivas, monetarias, financieras, comerciales.
Se pueden presentar simultáneamente o sólo algunas.
CRACK BURSÁTIL: una caída considerable en el precio
de las acciones en el Mercado de Valores en un lapso pequeño.
DATOS DESESTACIONALIZADOS O AJUSTE ESTACIONAL: Es un procedimiento
estadístico para realizar comparaciones datos sin la influencia de
variaciones estacionales o coyunturales.
PICO: El punto máximo de un índice.
VALLE, FONDO, PISO: El punto mínimo de un índice.