De estas
edificaciones y de los métodos constructivos usuales en el estado,
así como de otras experiencias de trabajo, nos habla José Gelabert
Navia, en entrevista especial para Construcción y Tecnología.
Concreto por doquier
Sin duda, basta recorrer las ciudades de La Florida para constatar el amplio
uso del concreto en el estado, pues, como advierte nuestro interlocutor, "por
lo general, en el sur la mano de obra es más barata que en otras regiones
de Estados Unidos, en especial por la gran cantidad de inmigrantes, por lo
que también es poco calificada, y no se cuenta con mucha gente capaz
de manejar el acero convenientemente, ni los acabados exteriores aparentes
o de alto nivel. De este modo, sí abundan quienes trabajen con las
técnicas tradicionales, por lo que casi 80% de las estructuras en el
estado son de concreto, incluyendo columnas y vigas pretensadas, en este caso
prefabricadas en talleres. En la obra hacen las columnas y las vigas principales
y traen las demás. Luego, encima les ponen una estructura de metal
para poder vaciar la placa de concreto para techos o pisos, con un método
cuya ventaja consiste en ser más económico, y con la desventaja
de tomar más tiempo que si se usara el acero".
Gelabert Navia comenta sobre un sistema que por permitir que todo se haga
en el sitio, se está popularizando en La Florida, denominado Tilt Wall,
" la cimbra hecha con canales de acero se arma en el piso, se vacía
el concreto en los moldes". Se está usando mucho para naves industriales,
escuelas e, incluso, edificios corporativos de pocos pisos. Resulta muy barato,
rápido y limpio, además del acabado de buena calidad y homogéneo.
No obstante, todavía lo más usual es levantar la estructura
de concreto y las paredes de bloques, que después se resanan con estuco,
cuyo nivel de acabado es bastante pobre y a menudo se ven muchas imperfecciones.
Por lo general, se pide el concreto a compañías especializadas,
previo cronograma."
Respecto del auge constructivo patentizado en La Florida en los últimos
tiempos, el arquitecto afirma que, si bien "el monto construido ha subido
mucho, como abunda tanta obra en proceso, continuamente hay gente aprendiendo
y el nivel de calidad varía dramáticamente, pues enfrentamos
muchas dificultades para estabilizar la mano de obra. De pronto, unos trabajadores
están una semana en esta edificación y a la siguiente pasan
a otra, pues les paga un poco más.
"Por este motivo, por ejemplo, no se trabaja el concreto expuesto, que
tuvo cierto auge años atrás como una opción más
barata y decorativa, pero que los desniveles en la calidad obligaron a desechar.
Así, sólo se utiliza cuando el cliente pide algo distinto, y
entonces se buscan algunos especialistas
"Un amigo decía irónicamente que en el resto del mundo
los edificios se vuelven ruinas, pero que en La Florida las ruinas se vuelven
edificios, pues si se observa la construcción sin restauración,
las juntas no empatan, hay bloques rotos e irregulares, pero después
de remozada la obra, aquí no ha pasado nada
Por suerte, no es
una zona sísmica".
¿Qué
recursos tiene el arquitecto cuando busca un acabado muy especial?
"Por ejemplo, en
la actualidad estamos haciendo un edificio de oficina donde no querían
ningún tipo de imperfecciones. Comúnmente, aplicamos un tratamiento
de tres capas de concreto sobre el bloque: la primera lo cubre, la segunda
le da cierto acabado y la última le da el fino. Ahora bien, para asegurar
una cobertura exquisita, pero más costosa, se ponen unas planchas de
Styrofoam y encima se aplica la última capa, y como se trata de una
superficie plana, queda impecable."
Al hablar con Gelabert Navia abordamos un tema de gran interés: las
diferencias o similitudes entre los sistemas de trabajo a pie de obra en México
y Estados Unidos. Al respecto, el líder de la firma en Miami -con 24
empleados, de los cuales 22 son arquitectos-, nos explica que está
en boga en La Florida un método de administración de la obra
"cuya traducción literal sería ´Administración
de Construcción a Riesgo´ -en inglés, "Construction
Managment at Risk" (CMR)-, que se aplica sobre todo con clientes más
sofisticados. Así se hizo el proyecto del Centro de Investigación
Biomédica "Charles E. Schmidt", patrocinado por la Florida
Atlantic University. Según el CMR, se contrata al unísono al
arquitecto y a la empresa de construcción. Al primero se le da el programa
que se va a desarrollar, y a los dos les dan el presupuesto disponible
Entonces, al responsable del CMR le pagan un monto por los servicios de preconstrucción.
"Así, ambas empresas trabajan casi en paralelo, aunque nosotros
siempre íbamos un poco adelante, como sucedió en esta obra por
unos seis meses, y al final de cada fase, luego que, por ejemplo, proponíamos
un sistema de estructuras, el CMR lo revisaba y decía "esto va
a costar tanto
" y sugerían opciones para bajar ese índice
de gastos, sin desvirtuar nuestra sugerencia específica. Finalmente,
se acoplaba el diseño a estas posibilidades.
De este modo, al final de la llamada fase esquemática, del desarrollo
de diseño y de los planos de construcción, ellos dan un precio
y si éste concuerda con el presupuesto disponible por el cliente, el
CMR queda obligado a construir la obra por esa cantidad.
"Establecen entonces un compromiso invariable. Por eso -y he aquí
el aspecto "de riesgo"-, si suben los materiales, si hay demoras
imputables a ellos, lo tienen que asumir.
"Y así los clientes de cierta magnitud propician que el arquitecto
esté trabajando al mismo ritmo con el constructor, sin ninguna duda
de que lo diseñado se puede construir con el monto disponible, evitando
sorpresas o alzas a mitad del proceso.
"Antes, según lo habitual, primero se hubiera hecho el diseño
y luego se hubiera sacado a subasta. Ahora bien, ¿por qué el
constructor acepta este riesgo? Porque le apuesta a hacer la obra dentro del
presupuesto y ya es suya, no hay más competencia. El cliente escoge
el CMR no sólo por precio, sino por su trayectoria, por la confianza
en su calidad, y con este sistema de "libro abierto", el administrador
de la constructora es quien subcontrata varios servicios. Es curioso, pero
mientras mayores son estas empresas, con más outsourcing cuentan todo
el tiempo, y con menos personal fijo para las especialidades.
"Por ejemplo, ellos piden cotizaciones para la estructura y llevan al
cliente las propuestas, e, incluso, según su experiencia, aunque la
compañía A sea más barata, prefieran la B pues está
más calificada, pero al final el cliente decide. La ventaja del CMR
en proyectos complejos consiste en el nivel de especialización que
se maneja. Eso se constató en el área de laboratorios, que no
todos pueden resolver.
"En este proyecto -concluye Gelabert Navia- el cliente había establecido
como parámetro ideal 160 dólares por pie cuadrado. Y nosotros
le advertimos, luego de analizar todo, que eso se iría a unos 164 d/p2,
una diferencia aparentemente mínima, pero sustancial al final. Y como
el dinero viene del estado, la universidad debía pedir más y,
en efecto, se colocó en nuestro aproximado".
BOXES
CENTRO DE INVESTIGACIÓN
BIOMÉDICA
"CHARLES E. SCHMIDT"
Florida Atlantic University, Boca Ratón
Este edificio, construido
para un nuevo programa científico, incluye áreas de enseñanza,
de seminarios y de exámenes, además de oficinas, amplias aulas,
laboratorios de investigación biomédica y uno de anatomía,
así como un Vivarium, sección donde guardan los animales para
los experimentos, regulada por la agencia gubernamental AAALAC.
Para asegurar la máxima eficiencia y flexibilidad para el trabajo de
reconocidos investigadores, que requieren espacios privados, el diseño
combinó dos extensas zonas de laboratorios abiertos con pequeños
cubículos semicerrados.
Dichos laboratorios se ubicaron como dos esquemas direccionales en el llamado
Lab-Grid Layout o sistema de servicios para las mesas de experimentos, en
donde resultó fundamental la alta calidad de los acabados
de carpintería y de todo el mobiliario, sumamente especializado para
cumplir con las exigencias de los científicos.
El colorido peculiar de los pisos de cada área define, mediante las
diversas tonalidades, aquéllas fijas y las móviles -de las estaciones
de trabajo que en algún momento deberán renovarse dados los
avances tecnológicos característicos de estos centros de investigación.
Las altas ventanas, que dejan entrar la luz natural en los laboratorios, brindan
un entorno cordial, en tanto las instalaciones están expuestas, permitiendo
que los sistemas mecánicos, eléctricos e hidráulicos
sean accesibles para futuros cambios.
La obra, que ocupa 90 mil p2, concluyó en abril de 2002, con una inversión
total de 20 millones de dólares (mdd).
ESCUELA DE AVIACIÓN
Miami Dade Community College, Homestead, Florida
Perkins & Will asumió
el diseño de la estructura final del campus en Homestead, cuya nueva
escuela de aviación alberga la más moderna tecnología
aeronáutica, incluyendo tres simuladores de vuelo, una torre de control,
cubículos de instrucción para los pilotos, aulas de computación
y de conferencias. También, el programa arquitectónico incorpora
la librería universitaria, además de la gran cafetería
principal y su espacio multiusos, que actúa como una entrada central
hacia el campus, pues se diseñó sobrepuesto encima de la escalera.
La superficie opaca de los vidrios, que reflejan el azul del cielo, atraen
la atención como un punto focal en el inmueble, y el vestíbulo
principal conecta con otros elementos que derivan hacia un espacio común.
El edificio, que combina el concreto expuesto con páneles metálicos
y vidrio laminado, con la torre revestida de acero inoxidable, quedará
concluido este año, con una superficie de 36 mil p2, a un costo de
siete mdd.
FACULTAD DE COMUNICACIONES
Universidad de Miami, Coral Gables, Florida
Este proyecto buscaba
consolidar los diversos departamentos de la escuela en un solo complejo, por
lo que los nuevos 57 mil p2 de esta edificación rodearon los existentes
del Estudio de Televisión por Cable, y proveyeron de aulas, oficinas,
áreas administrativas, así como de un moderno estudio de grabaciones
a la Facultad, que funge a partir de aquí como la nueva entrada a la
sección norte del campus de Coral Gables, que vincula una amplia zona
verde con arcadas peatonales, próximo al adyacente Centro de Lectura
de la sede de altos estudios.
La obra terminó en 2001, con un costo de cinco mdd.
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