El hombre y la vivienda

Isaura González Gottdiener

PRESENTACIÓN: El tema de la vivienda es inagotable por tratarse de la morada humana. Inventada y recreada infinidad de veces, presenta múltiples facetas cuya esencia principal no ha sido alterada ya que su función será siempre la misma: dar cobijo al ser humano satisfaciendo sus necesidades primarias.

Vivienda y ciudad

La vivienda no es un problema exclusivo de la arquitectura; de hecho, está condicionada por una serie de factores que atienden intereses principalmente de orden político y económico imbuidos de un espíritu de labor social donde se discute todo menos su incidencia en la fisonomía de las ciudades. La explosión demográfica ha sido causa del crecimiento acelerado de éstas y ha intensificado la necesidad de resolver el problema de dotar de techo a la población, lo que ha resultado en una serie de propuestas tipificadas que no toman en cuenta la relación de lo construido con el contexto. La vivienda conforma la ciudad, lo mismo puede enriquecerla que deformarla; recordar esta condición básica debe ser la pauta que marque su planeación para frenar el deterioro de nuestro entorno.

Ante el caos mundial que viven los asentamientos humanos, la preocupación por encontrar vías de solución a este problema cobra cada vez una atención mayor por parte de las diversas disciplinas humanas. Debido al fracaso de los modelos industrializados que proliferaron con el estilo internacional, el estudio de las condiciones contextuales capta día con día la atención de quienes participan en la elaboración de los proyectos de planificación donde el porcentaje de uso destinado al hábitat es de los de mayor peso. El análisis de la sociedad en cuestión marca la pauta a seguir en la realización de dichos proyectos. Así, en el sudeste asiático arquitectos de renombre internacional como Rem Koolhas y César Pelli buscan soluciones verticales ante la falta de superficie para construir mientras en Berlín el área que ocupara el muro se transforma en inmuebles que aún guardan una relación de escala con el hombre y en Latinoamérica seguimos apegados a la tierra, siendo nuestras ciudades básicamente horizontales.

Otro lastre que dejó el movimiento moderno es la zonificación y unifuncionalidad de las partes que conforman el rompecabezas urbano. Esto ha generado la desarticulación de los barrios en componentes individuales de vivienda, comercio, oficinas, lo que ha ocasionado una pérdida de identidad ya que la convivencia comunitaria se ha relegado a un segundo plano. Retomar la idea de los barrios multifuncionales evita que en ciertas horas del día queden zonas de la ciudad desiertas donde proliferan vicios que constituyen verdaderos peligros para los habitantes.

Evolución: riesgos y ventajas

En el diseño de la casa, las tendencias estéticas en boga junto con la tecnología del momento han sido recursos inspiradores en su concepción a lo largo de la historia de la humanidad. En un principio iban directamente relacionados con las características de cada cultura, hasta llegar a la importación y no siempre feliz adaptación de modelos de desarrollo en los que la persona común ha quedado al margen de las decisiones que darán forma a su vivienda. Ejemplos de la casa ideal encontramos descritos desde antes del famoso tratado de Vitrubio; la transformación de las sociedades ha dado origen a conceptos que han revolucionado las formas de vivir de la gente, sobre todo en este siglo en que el vertiginoso avance de la tecnología ha cambiado los mecanismos de vida del ser humano de manera radical. Este avance ha traído consigo una serie de contrastes que cada vez son más marcados en las sociedades ya que la tecnología no es asequible para todas las economías. De ahí que la importación de tipologías no sea el camino indicado para seguir en materia de vivienda, sino la búsqueda de soluciones adecuadas para cada región particular. Desde luego existen similitudes entre las diversas culturas; el estudio de la historia de la humanidad así lo constata, poniendo de manifiesto entonces que el problema no radica en el hecho de que se quieran aplicar modelos exitosos para un sitio determinado en otro lugar, sino en la falta de un análisis concienzudo de si el modelo en cuestión es indicado para el sitio donde se pretende emplear.

El arquitecto y la vivienda

El tema de la vivienda no se restringe desde luego a la cuestión social vista desde el aspecto político-económico; es mucho más que eso. Es reflexionar acerca de la evolución conceptual que se ha dado en los esquemas de la casa habitación ya sea uni o plurifamiliar a lo largo de la historia de la arquitectura. La casa ideal ha sido y será, mientras el hombre exista, motivo de preocupación para el arquitecto, el constructor en jefe según la etimología de la palabra. Desde que habitara las cavernas, el ser humano tiene necesidad de identidad con su entorno inmediato; en él encuentra reposo y abrigo; nace, crece, ama, juega: es el sitio donde aflora su intimidad. De su relación con este entorno depende en mucho su comportamiento; entonces esta relación debe ser sana.

Exponer cuáles son las características con que debe cumplir la vivienda es pretender encasillar el comportamiento humano en un estereoscopio. Por fortuna para cada identidad particular existe una o varias respuestas de las que se han nutrido otras estableciéndose un proceso evolutivo en el que encontramos magníficos ejemplos que forman parte de nuestro acervo cultural. Patios alrededor de los cuales se organizan los espacios; paños acristalados donde el paisaje penetra al interior; máquinas para vivir; gruesos muros pintados de color. Conceptos unidos a la tradición o plenamente identificados con una corriente estética o con nombres que forman parte del glosario arquitectónico: modernismo, eclecticismo, clasicismo, Barragán, Le Corbusier; Frank Lloyd Wright, Tadao Ando, Rem Koolhas y tantos más.

Abordar el proyecto de una casa es un ejercicio de aprendizaje en donde no sólo el conocimiento y entendimiento del acervo cultural es importante sino que uno mismo debe proyectarse en los espacios diseñados para vivirlos en la imaginación y así sentir si se está cumpliendo con la esencia que debe poseer el espacio habitable. Recordar los valores fundamentales de la vivienda antes que pretender encontrar nuevos caminos es un acto de humildad del que fructificarán trazos cargados de humanidad. En el diseño de una casa no deben atenderse modas pasajeras donde la sensibilidad queda ahogada bajo la ostentación que pretende irradiar un poder económico; imágenes que atentan contra la armonía del entorno ya de por sí tan deteriorado. Finalmente, la evolución de la vivienda está marcada por la evolución humana del mismo modo que la evolución de la arquitectura.. Somos el resultado de este proceso.

Búsqueda de soluciones

Comprender que evolución no es sinónimo de crecimiento debe llevarnos a buscar soluciones en este caso relativas a la vivienda que no expandan de manera incontrolable la mancha urbana. En nuestras ciudades existen gran cantidad de espacios desaprovechados que pueden ser utilizados para proponer habitación de todos los niveles. Buscar soluciones acordes con nuestra economía sin caer en romanticismos tradicionalistas puede dar por resultado propuestas interesantes de indiscutible contemporaneidad.

La obra de Daniel Álvarez y Alberto Kalach es buen ejemplo de esto. Apasionados de la ciudad –dice Teodoro González de León– ellos entienden la arquitectura como puntos de referencia en la red que articula el espacio urbano. En su búsqueda existe un profundo análisis de este espacio del que han surgido tanto propuestas utópicas como otras que se han tornado reales.

Muestra de ello son los edificios construidos en las calles de Fresas, Holbein; Adolfo Prieto y Rodin. Del estudio de una zona particular que abarca las colonias del Valle, Mixcoac y Nochebuena surgieron estos proyectos que aprovechan espacios aparentemente inútiles, que en el caso del edificio Rodin fueron generados por la irrupción de los ejes viales o en el edificio Holbein la estrechez del lote condicionaba su funcionalidad.

Pertenecientes a una joven generación, Kalach y Álvarez utilizan materiales derivados de procesos industriales como son el acero, el vidrio y el concreto, con los que articulan espacios donde, a observación de Aaron Betski, se aprecia lo mismo la influencia del racionalismo europeo que la poesía de los trazos de Barragán, contribuyendo con ello no sólo a solucionar espacios de vivienda económicamente viables y estéticamente bellos, sino a repensar la organización de la ciudad.