Crear con concreto lanzado Kurt
Hermann |
Resumen Este artículo presenta los detalles técnicos del trabajo realizado en la obra de renovación de la gran sala del Goetheanum de Dornach. Las estructuras realizadas tienen el aspecto de bloques de piedra tallada; en realidad, se trata de concreto lanzado aplicado sobre un armazón prefabricado y después trabajado a la manera de una escultura |
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Concreto
lanzado
El concreto lanzado es un concreto que, por medio de un sistema de tuberías cerrado (flexible, de matriz, o una combinación de ambos), resistente a la alta presión, es transportado hasta el lugar de su utilización, en donde se lo aplica por lanzado y se lo compacta. Con el procedimiento por vía seca, los materiales que van a lanzarse (agregados, cemento, aditivos eventuales tales como cal hidráulica) con consistencia de tierra húmeda, son transportados por medio de aire comprimido y mezclados en la lanzadora con agua o con una mezcla de agua y aditivos. Con el procedimiento por vía húmeda, el concreto listo generalmente es transportado hasta el punto de lanzamiento por bombeo. Aplicaciones El concreto lanzado es conveniente, sobre todo, para los elementos de construcción delgados de grandes superficies así como para los de forma complicada. Sustituye entonces ventajosamente al concreto tradicional cuando este último no puede ser colocado más que de una manera difícil o exige cimbras costosas. La lista de posibles aplicaciones es larga. Comprende la estabilización de puentes y de excavaciones, así como de roca en trabajos subterráneos; la reparación de elementos de construcción en concreto o en mampostería degradada, así como también la impermeabilización de obras hidráulicas. El concreto lanzado ha pasado igualmente la prueba en la construcción de pistas de tobogán en la nieve, de techos y domos así como de rocas artificiales. Elevándose sobre la colina de Dornach, a lo lejos se ve el Goetheanum. Esta construcción, hecha de concreto armado y con una arquitectura fuera de lo común, se construyó entre los años 1925 y 1928, según una maqueta de Rudolf Steiner. Era la primera vez que se utilizaba concreto armado para crear formas plásticas monumentales. La gran sala El acondicionamiento interior del Goetheanum se terminó apenas en los años que van de 1996 a 1998. Por ejemplo, la gran sala, de la que aquí trataremos, se adaptó provisionalmente en 1956 y 1957. Sus dimensiones son impresionantes: En la obra negra mide 30 m de largo y, en promedio, 27 m de ancho y 21 m de altura, con un volumen de aproximadamente 17,000 metros cúbicos. La acústica deficiente y el techo de asbesto que había que eliminar fueron dos razones importantes para repensar el reacondicionamiento de esta sala prevista para mil espectadores. Se encontró finalmente una solución satisfactoria después de varios años de esfuerzo. Por razones de acústica, se redujo el volumen de la sala a 11,000 m3, incorporándole diferentes elementos: los siete pilares de los muros norte y sur de los grandes lados, inicialmente previstos como relieves y pilastras, se desplazaron aproximadamente 2.8 m hacia el interior. Detrás de los pilares se encuentran pasajes para acceder a las filas de asientos. Los capiteles de los pilares sostienen una arquitrabe de 7 m de altura (figura 1). Se incorporaron también una platea y un escenario. El plafón de yeso, además, se suspendió un poco más abajo.1 La elección del material Puesto que se consideró que la madera era inapropiada para la realización de esta inmensa obra, el concreto lanzado se ofreció como un sustituto prometedor. Después de numerosas pruebas preliminares, se optó por concreto lanzado por vía seca. El concreto lanzado debería permitir preformar en gran medida las formas plásticas de los elementos incorporados, y después trabajarlos como si fueran esculturas. Los que tuvieron esta idea y los empresarios se vieron confrontados a diferentes problemas.2 · Era necesario crear superficies de apoyo para los elementos incorporados. · Puesto que la capacidad de soporte de los cimientos era limitada, los elementos incorporados deberían estar hechos de concreto ligero (r £ 1,400 kg/m3), con los muros lo más delgados posible. · El concreto lanzado debería resistir el tallado con hachuela. · El material que fuera a lanzarse debería elegirse de manera que el aspecto del concreto tallado correspondiera a lo que quisiera el maestro de obra. · El tinte rojizo de las estructuras de la enorme superficie debería ser uniforme. · La mezcla seca debería ser fabricada en la cantera y transportada hasta el punto de lanzamiento, sobre una distancia de aproximadamente 120 m (con una diferencia de altura 30 m). La mezcla seca que se presenta en la Tabla 1 permitió satisfacer estas exigencias, así como otras que no se mencionan aquí. El pigmento y el aglomerante fueron mezclados en la central, a fin de obtener una coloración regular del concreto lanzado. La mezcla seca se preparó en una mezcladora mecánica en dosificaciones de aproximadamente 135 l. Esto facilitó el transporte y la obtención de un concreto lanzado plástico y adherente. La armadura Los perfiles de acero, colocados sobre el fondo de la sala y anclados en los muros exteriores, constituyen la estructura portadora de los elementos incorporados (figura 2). Las formas en relieve, compuestas del acero de la armadura y de malla de acero soldado, y que constituyen el esqueleto en acero redondo, se fijaron a estas construcciones. Los esqueletos en acero redondo para las dos arquitrabes de 30 m de longitud y 7 m de alto, así como los elementos de los capiteles y de los soclos de los que formaban parte, fueron prefabricados y colocados en el suelo de una sala Zwingen BL de fabricación al vacío. Hay en total 1,200 puntos de referencia que, para cada uno de los muros laterales, fueron transportados de la maqueta (1:20) sobre el acero soldado (figura 3). Los dos esqueletos fueron después fraccionados en piezas transportables (figura 4). Estos esqueletos se fijaron a los perfiles de acero de la gran sala (figura 5) y fueron completadas por el esqueleto de acero redondo de los pilares y de los muros laterales y frontales fabricados en la sala.3 Una "cimbra perdida," compuesta de metal desplegado, sirvió de soporte para el concreto lanzado. Las placas de metal de fierro de 0.5 mm de espesor eran fáciles de cortar y de darles forma. Esta cimbra se fijó cada 2 cm por detrás del esqueleto de acero redondo mediante separadores de plástico y amarres de acero (figura 6). El concreto lanzado El concreto lanzado fue aplicado en tres capas por técnicos experimentados (figura 7). Se preveía un espesor suplementario de 4 cm en los lugares difíciles de trabajar a manera de escultura, y de 2 cm en las zonas planas. Se fijaron mallas azules de fibra de vidrio de hilo fino sobre la segunda capa (figura 8). Su función era, por una parte, repartir la fisuras por contracción, es decir, servir de armadura, y por otra parte, señalar a la hora del trabajo dónde terminaba la capa que había que tallar sobre el concreto lanzado. La superficie relativamente rugosa del concreto lanzado favoreció la adherencia entre las capas, las cuales se aplicaron con un intervalo de aproximadamente siete días. El tratamiento de curado se hizo manteniendo el ambiente húmedo, así como también mojando directamente la superficie de concreto. Se trata de un total de 700 m3 de mezcla seca que se utilizaron y transformaron en concreto lanzado. La superficie del concreto lanzado tallado fue de alrededor de 2,200 metros cuadrados. Después del trabajo con hachuela y con otras herramientas, el espesor de pared de los elementos incorporados era de alrededor de 8 centímetros. En el cuadro 2 figura una selección de las propiedades del concreto endurecido después de 28 días. Trabajo en forma de escultura Las superficies de concreto lanzado fueron trabajadas por numerosos auxiliares, así como por escultores de los más diversos países (figuras 9 a 11). El aspecto de las superficies es sorprendentemente uniforme. El rojo del concreto lanzado, inicialmente dominante, se atenuó, ya que el color de los aditivos adquirió más fuerza. Los defectos típicos del concreto lanzado, tales como inclusiones de rebotes, sombras y vacíos, son raros, y lo mismo ocurre en el caso de las fisuras, a pesar de ser estructuras complejas. Este artículo se basa esencialmente en las conversaciones con Hans Hasler, director administrativo de Goetheanum-Bau en Dornach, y con Pietro Teichert, director de Laich S.A., Avegno. Otras fuentes: 1. H. Hasler, Die Neugestaltung des grossen Saales im Goetheanum, Schweizar BauJournal 1998 (2), pp. 40-46. 2. P. Teichert, Künstlerisch gestaltete Schalen aus Spritzbeton, manuscrito de la exposición para el seminario Spritzbeton-technologie 99 de 21/22.1.99 aInnsbruck-Igls. 3. H. Hasler y J. Buess, Der grosse Saal im Goetheanum 1996-1998, editado por la administración de Goetheanum-Bau, Dornach, 1998. Este artículo
se publicó en TFB Bulletin du ciment y se reproduce con la autorización
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