La múltiple identidad del concreto
José Luis Ramírez Ortiz
PRESENTACIÓN:
Los variados materiales
que se encuentran detrás de la palabra concreto son objeto de consideración
en este artículo, cuyo propósito es mostrar la riqueza tecnológica que
encierra el concepto mediante la explicación de los diferentes tipos no
convencionales de concreto y la presentación de las propiedades de cada
uno. |
El concreto, hoy día uno de los dos
materiales de construcción básicos, es la agrupación o concreción (de
ahí su denominación anglosajona concrete)
de partículas de piedra por medio de un aglomerante, constituyendo una
especie de piedra artificial de elevada resistencia a la compresión,
aunque baja a la tensión. En su preparación hay una fase plástica, que
va desde el mezclado hasta el fraguado, teniendo por ello la propiedad de
ser formáceo: de poderse colar en una cimbra de la forma deseada (en
nuestro idioma, hormigón, se
deriva de formicus‑formáceo). Con
esta definición podemos encontrar materiales de construcción utilizados
por diversos pueblos bastantes siglos antes de nuestra era. Así,1
los asirios y babilonios fueron, con toda probabilidad, los primeros en
mezclar cal, arcilla y agua, y los fenicios mezclaban cal con ladrillo más
de 700 años antes de nuestra era y de la aparición de la civilización
romana, de lo que nos han llegado bastantes ejemplos. Los
romanos, sin embargo, marcaron un hito histórico en relación con el
desarrollo de este material puesto que, de alguna manera, recogieron y
documentaron su fabricación y método constructivo.2
Utilizaron principalmente como componentes, además de la piedra
triturada, la cal y la ceniza volcánica, que constituyeron una especie de
primer tipo de cemento hidráulico. No solamente establecieron el
material, sino también una tipología y técnicas de construcción a través
de múltiples tipos de obras: palacios, edificios, puentes y acueductos,
puertos y carreteras. A
lo largo de los siglos hasta nuestra época, dicho cemento romano ha dado
resistencia a buena parte de nuestras construcciones con materiales de la
naturaleza descrita, en concurrencia poco diferenciada con las cales aéreas
o hidráulicas. Pero la definición moderna de aquel aglomerante hidráulico
que nos ha llegado a lo largo de tres mil años fue la patente del cemento
portland en 1824 y, sobre todo, el descubrimiento del armado con acero del
conglomerado, para proporcionar resistencia frente a los esfuerzos de
tensión que aparecen en las construcciones. Este
descubrimiento del mortero o concreto armado a mediados del siglo pasado
condujo, a finales del mismo, a diversas patentes:3 Monier,
Blanc, Ribera, Hennebique, con las que se construyó gran número de
obras, a caballo entre los dos siglos. Otro paso adelante lo constituyó
el desarrollo del concreto pretensado, Freyssinet, hacia 1930. Ha
pasado bastante tiempo desde estos trascendentales descubrimientos, se han
desarrollado enormemente sus planteamientos teóricos y, tanto el concreto
armado como el pretensado, han alcanzado un alto grado de madurez. Sin
embargo, en cierta manera, existe la percepción de que la sociedad no
valora justamente el nivel de la técnica involucrada en esta tecnología
de construcción, quizás por las apariencias comunes con la construcción
más tradicional e, incluso en el mundo científico, da la sensación, a
veces, de que se la considera una tecnología "menor" frente a
los temas habituales "prioritarios", como son las tecnologías
de la información, los "nuevos" materiales o el medio ambiente. Estimamos
que dichas opiniones no hacen justicia a las tecnologías del concreto y
que, a lo largo del tiempo, estamos asistiendo a un esfuerzo en todo lo
que respecta al desarrollo de concretos y armaduras especiales, juntamente
con una abundante investigación teórica y experimental, apareciendo en
el mercado materiales con propiedades especiales, todavía poco
utilizados, pero con futuro prometedor. El
presente artículo pretende hacer una exposición conjunta sobre los
principales tipos de concretos especiales: ligeros, poliméricos, con
fibras y de alta resistencia, haciendo una sucinta presentación de su
naturaleza y propiedades, leyes de funcionamiento y aplicaciones. Concreto
ligero El concreto normal presenta el inconveniente
de su elevada densidad que penaliza los pesos propios de la estructura.
Por ello, en distintas épocas se ha buscado hacerlo más ligero, con la
utilización de agregados ligeros, naturales o artificiales. Hay
precedentes históricos como la cúpula del Panteón, en Roma, del siglo
II a.c., de 44 m de diámetro, en donde se empleó piedra pómez como
agregado de la mezcla. Pasando
a nuestra época, en 1917 ya se produjeron en Estados Unidos agregados
ligeros en hornos rotatorios por expansión de arcillas y pizarras que,
entre otras cosas, se emplearon en calzadas de puentes y cascos de buque,
experimentando dicha tecnología un fuerte desarrollo en los años
cincuenta, debido a la construcción de rascacielos. El
desarrollo en Europa de la fabricación de agregado ligero ha sido más
lento aunque, en estos momentos, alcanza cotas de importancia.4 Aunque
los agregados ligeros pueden ser naturales, los concretos ligeros se basan
en agregados fabricados industrialmente, por expansión, en hornos de
arcilla o pizarra, en general, con lo que se logran unas propiedades
definidas y fiables. La
expansión crea un agregado que encierra cantidades variables de aire en
su interior y que proporciona ligereza (densidades aparentes entre 300 y
800 kg/m3) y elevados valores de aislamiento térmico y acústico.
La ligereza de los agregados se traduce en la del concreto con ellos
fabricado, que oscila entre 1,000 y 2,000 kg/m3 para el
concreto ligero estructural, alcanzando, sin embargo, resistencias
elevadas que permiten el pretensado e incluso su calificación de concreto
de alta resistencia (> 50 MPa). La
fabricación de estos concretos precisa tener en cuenta, en lo que a
dosificación respecta, los fenómenos de desecación por absorción de
agua durante el mezclado, transporte y vertido, que afectarían la
docilidad, aunque un exceso de agua perjudicaría el aislamiento térmico
y podría permitir la flotación del agregado grueso, más ligero, debido
a la vibración. El bombeo también es un tema para estudiar, debido a que
la presión introduce agua de la mezcla en el agregado, secándola, con el
peligro de que se forme una obstrucción en la tubería. Se necesita un
curado más intenso que con el concreto normal, ya que el calentamiento de
fraguado es mayor, debido a la menor masa presente y menor conductividad térmica. En
cuanto al cálculo, en estos momentos se dispone de un Documento del Eurocódigo
2, la parte 1-4, titulada "Reglas generales. Hormigón de árido
ligero de textura cerrada", que admite densidades entre 1,000 y 2,000
kg/m3 y considera resistencias entre 12 y 50 Mpa.5 En
general, se sigue la metodología de cálculo habitual del concreto,
utilizando parámetros de características dadas especialmente para este
material, con la posibilidad de utilizar un diagrama tensión-deformación
bilineal. Concretos
poliméricos La construcción en nuestros días viene
exigiendo materiales que superen las propiedades habituales y las
limitaciones existentes. En el dominio de los concretos que estamos
tratando se persigue, desde hace tiempo, el lograr con rapidez resistencia
altas y muy altas, sobre todo para prefabricados, a fin de disminuir tamaños,
espesores y peso propio, siendo muy importante el disponer de una relación
tensión/compresión más alta que en los concretos habituales. Además
de la resistencia, la durabilidad es otra propiedad cada vez más
valorada, hoy que observamos cierta vejez prematura de abundantes
estructuras de concreto, construidas, ciertamente, con una tecnología
incipiente y con defectos de calidad en muchos casos, pero que no permite
olvidar cierta debilidad del concreto frente a ambientes agresivos. Teniendo
en cuenta lo anterior, la utilización de polímeros en el concreto, que
comenzó en los años 1950 en forma de adiciones para mejorar la
adherencia y resistencia al desgaste de morteros o la fabricación de mármol
artificial, ha dado paso, en los últimos 25 años, a un amplio
reconocimiento de los concretos fabricados o modificados con polímeros
como material de construcción. Dentro del campo de la tecnología de polímeros,
en asociación con el concreto, se pueden distinguir tres tipos de
materiales, de acuerdo con sus condiciones de fabricación.6 El
concreto modificado con polímeros se logra adicionando la resina en el
mezclado de cemento y agregados, con lo que la matriz ligante queda
constituida por cemento y polímero. El concreto impregnado con polímeros
se fabrica por introducción de un monómero o polímero en la red de
poros del concreto –ya endurecido– y posterior polimerización in situ,
lo que provoca un taponamiento de los canales de contacto del concreto
convencional con el exterior. Por último, la denominación de concreto
polimérico se refiere al material que resulta del mezclado de los
agregados con resinas como único aglomerante. Los
polímeros empleados son variados, dependiendo del tipo de concreto, pero,
en el caso de los citados últimamente (concretos poliméricos), las
resinas más utilizadas son las epoxi, las de poliester insaturado y las
de metacrilato. El
hormigón polimérico es, en esencia, una mezcla constituida por dos
fases: una continua, que es la resina, y otra dispersa, que es el
agregado. Las
características del material dependerán, fundamentalmente, de estos dos
constituyentes , pudiéndose controlar para posibilitar la fabricación de
un material "hecho a medida", de forma que tengan un amplio
espectro de aplicación. En
sus propiedades más elevadas puede obtenerse: ·
‑Muy alta resistencia a la compresión,
100/150 MPa. ·
‑Muy alta resistencia a la tensión,
30/40 MPa. ·
‑Muy alta relación de las resistencias
a la tracción y a la compresión, 1:4, frente al 1:10 del concreto
normal. ·
‑Gran rapidez de endurecimiento (horas). ·
‑Excelente durabilidad frente a agentes
químicos agresivos. ·
‑Curva carga-deformación del tipo usual
en concretos. Los
principales problemas provienen de las propiedades viscoelásticas del polímero,
lo que significa un módulo de elasticidad no demasiado alto, fluencia más
acusada y susceptibilidad a la temperatura, que no podrá pasar de niveles
del orden de los 100 °C. Hay
que cuidar el valor de la tensión para cargas mantenidas, pues, por
efecto de la fluencia, se llega a la rotura a niveles tensionales a veces
sustancialmente menores que la carga de rotura. Para muchos concretos
poliméricos comunes puede ser peligroso el mantenimiento de 50 por ciento
de la carga de rotura. El
manejo de estos concretos es el normal en cuanto a equipos de mezclado y
compactación, pero debe estudiarse previamente el tiempo de polimerización
que permita la colocación, sobre todo en grandes cantidades, que puede
reducirse por efecto del calor desprendido, y prever posibles
deformaciones residuales al endurecer, máxime cuando hay armaduras
internas, que siempre es
recomendable que se coloquen aunque el material presente una importante
resistencia a la tensión. Otras precauciones deben dirigirse a la
protección de los operarios y frente a incendio, debido a los volátiles
que se producen, y a la limpieza de todos los útiles después del
trabajo. Además
del moldeado normal, es posible producir elementos por inyección, de
espesores de 20 mm y menores, no teniendo las piezas por qué estar en los
moldes más de 30 minutos. La prefabricación es un sector de gran
potencial para una posible expansión de este tipo de productos. A las
ventajas genéricas de los morteros y concretos poliméricos se unen, para
este tipo de productos, las posibilidades de adhesión, fijación con
insertos metálicos, color, textura superficial, etc. Además, la ligereza
de las piezas frente a las de concreto tradicional las puede hacer
competitivas, compensando el mayor precio con menores costos de transporte
y de colocación.
Un campo de
utilización importante es el de la reparación de estructuras de
concreto, gracias a las altas resistencias específicas, la posibilidad de
pequeños espesores, la fuerte adhesión a los substratos y la
impermeabilidad frente a agentes agresivos. Desde
el punto de vista del cálculo,7 no hay todavía un código
establecido, pero se obtienen buenos resultados con la metodología del
concreto armado tradicional, adaptando el diagrama carga-deformación, de
acuerdo con las propiedades específicas del material, a la forma parábola-rectángulo,
rectángulo o triángulo-rectángulo, siendo esta última la que hemos
tenido ocasión de comprobar.8 Concreto
reforzado con fibras Aunque se esté considerando un material
moderno, las fibras se han utilizado históricamente para reforzar
materiales frágiles: la paja, para los ladrillos de arcilla cocidos al
sol; el pelo de caballo, para las molduras de yeso; el asbesto (hoy
prohibido), para fabricados de cemento. En
1950 aparecen estudios y patentes de aglomerados de cemento con fibras
distribuidas al azar, y en los años sesenta diversos científicos
publican artículos que despiertan el interés de la investigación académica
e industrial sobre el tema. A partir de ese momento ha existido una
actividad muy intensa de investigación sobre estos materiales, a la vez
que se ha construido con dichos productos.9 Los
materiales de cemento hidráulico reforzados con fibras suponen una amplia
familia de productos. El comportamiento de estos materiales depende de la
composición de la matriz, mortero o concreto, y del material de la fibra,
su geometría, su distribución, orientación y concentración. Por ello,
hay que admitir diferentes leyes de comportamiento dentro de los mismos. A
continuación nos referiremos, fundamentalmente, a los concretos, dentro
de la comparación que estamos haciendo. Las
fibras pueden ser de acero, vidrio, sintéticas (acrílicas, aramida,
carbono, nylon, poliester, polietileno, polipropileno) y naturales (coco,
sisal, bagase). Si exceptuamos las fibras de acero, que pueden llegar a
tener hasta medio milímetro de diámetro, las otras se mueven en diámetros
de 10 a 100 micras. Sus resistencias oscilan entre 0,3 y 3,5 GPa, es
decir, alcanzan valores hasta 10 veces el del acero corriente. Un
parámetro característico de las fibras es, precisamente, el que define
su esbeltez o aspecto (longitud dividida por diámetro equivalente), que
para longitudes de fibras entre 6 y 75 mm tiene valores entre 30 y 150.
Otra magnitud que influye en el comportamiento es el espaciamiento, que es
función del porcentaje de fibra y de su diámetro o volumen.10 El
concreto reforzado con fibras tiene un mecanismo de comportamiento
respecto al material en masa tal que la primera grieta se forma para
cargas superiores, tanto más cuanto menor es el espaciamiento, estableciéndose,
después de esa primera grieta, un periodo dúctil tras alcanzarse una
resistencia máxima, que depende del volumen, del aspecto y de la
adherencia de las fibras. Para
las cantidades de fibra usuales, aumenta poco la resistencia en lo que
respecta a la primera grieta, pero mucho, sin embargo, en lo referente a
la resistencia última. La armadura a que equivalen las fibras es menor
que con un armado tradicional unidireccional, pero en cambio ello mejora
mucho la tenacidad de las piezas, por la dispersión de las orientaciones
en todas las direcciones. Con
fibras de acero hasta 4,5 por ciento de volumen, por ejemplo, se obtienen
hasta 2,5 veces mayores resistencias a la flexión. La resistencia a la
compresión aumenta sólo ligeramente, pero la tenacidad, energía
necesaria para la fractura completa del material, se incrementa hasta
valores del orden de 40 veces el correspondiente al concreto sin fibras.
También es muy interesante la resistencia al impacto, la menor fluencia
del material bajo carga mantenida y la gran mejora de la resistencia a la
fatiga. La
ejecución de estos materiales se hace normalmente por mezclado o por
proyección. En el mezclado se presentan dificultades por la posible
segregación y, sobre todo, por la formación de bolas y erizos, lo que
puede paliarse utilizando agregado de tamaño máximo reducido, del orden
de 10 mm. Eso lleva también a la utilización de agitadores para
dispersar las fibras y alimentadores a continuación del paso por un
tamiz. Se puede bombear con éxito, siempre que no se emplee un volumen
muy alto de fibra y se utilicen tuberías mayores que las habituales. Hay
que tener en cuenta que eso se hace, habitualmente, con el concreto
lanzado por vía húmeda. La
mejora generalizada que la fibra dispersa proporciona en resistencia a la
tensión y tenacidad hace que se emplee bastante en losas de aeropuertos y
carreteras, en la reparación de piezas con problemas de cavitación, en
depósitos, bancadas y cimentaciones de máquinas que producen choques y
vibraciones, muelles y rompeolas, etcétera. Concreto de alta resistencia El concepto de Concreto de Alta Resistencia (CAR)
presenta cierto grado de arbitrariedad y ha variado con el tiempo. Así,
en los años cincuenta, se llamaba alta resistencia a los 35 MPa, en los
sesenta a los 40-50 MPa. Actualmente, la definición del CEB-FIP sirve de
guía, indicando que son CAR los concretos cuya resistencia a la compresión
está comprendida entre el límite superior que al respecto establecen
actualmente las normas nacionales (alrededor de 60 MPa) y los 130 MPa,
valor máximo que, en la práctica, puede alcanzarse con agregados
convencionales. Otras
definiciones del CAR se basan en aspectos distintos a la resistencia como
el que utiliza humo de sílice o aquél en el que el mortero es tan
resistente como el agregado. Últimamente se suele referir a este tipo de
concretos con el apelativo de Concretos de Alto Desempeño (CAD)
significando que las características de composición inherentes a los
concretos de alta resistencia implican la existencia de otras propiedades
adicionales muy importantes: facilidad de compactación, resistencia a
agentes agresivos y mayor durabilidad, entre otras. Los
elementos fundamentales que concurren en un CAR son:11, 12 -
Elevado contenido de cemento 400-500 kg/m3,
procurando que sea de bajo contenido de adiciones para mayor actividad
puzolánica, regularidad en su composición y bajo calor de hidratación.
Son factores limitadores de la dosificación la posible falta de dispersión
del cemento en la mezcla y la máxima temperatura admisible en el
fraguado. -
Muy bajo contenido en agua, relación a/c de
0,25-0,4, con elevada trabajabilidad, que permita colocar el concreto en
zonas de alta densidad de las armaduras, lo que se logra mediante la
utilización de reductores de agua de alto rango (superfluidificantes),
cuya compatibilidad con el cemento debe ser comprobada y que en
dosificaciones excesivas pueden generar problemas de pegajosidad de la
mezcla. -
Acción cementante y reducción de huecos por
adición de partículas sólidas como la microsílice o las cenizas
volantes.
La microsílice o humo de sílice, que se obtiene como subproducto
de la fabricación del
ferrosilicio, consiste en pequeñísimas esferas de SiO2
de 0, 1-0.2 micras de diámetro, lo que
afina, por una parte, el sistema de poros y, por otra, se combina
con la cal libre del fraguado del
cemento, produciendo silicatos de calcio hidratados. Se emplea, en
general, en proporciones de
5 a 10 por ciento del peso del cemento.
Las cenizas volantes se utilizan por su acción puzolánica, que es
menos activa y más lenta que
la de la microsílice. Son porcentajes normales 15-25 por ciento
del peso del cemento. -
Agregados de calidad que permitan el
desarrollo de elevada resistencia, siendo generalmente su tamaño máximo
reducido 12-14 mm, puesto que dan lugar a menores concentraciones de
tensiones en la zona de transición entre los agregados y la matriz del
concreto. Aun
cuando los CAR son materiales de la misma familia de los concretos
habituales, sus propiedades y magnitudes que deben introducirse en los cálculos
no pueden obtenerse simplemente por extrapolación de los concretos
normales, por lo que estamos asistiendo a una gran actividad de
investigación sobre el tema. Como
es de esperar, la fabricación de los CAR tiene sus peculiaridades. Al ser
la mezcla muy seca, existen problemas en su homogeneización, en especial
que el superfluidificante se distribuya por igual en la pasta, siendo,
entre otras cosas, el tiempo de mezclado 50 por ciento mayor que para los
concretos normales, estimándose conveniente un mezclado más enérgico
que el de un concreto convencional. El muy alto contenido de cemento y el
bajo tamaño de agregado lo hacen especialmente apto para el bombeo. Con
los niveles de resistencia que se pretende, es fundamental la precisión
en la dosificación de los componentes y el aseguramiento de la calidad de
los mismos. Desde
el punto de vista de las propiedades y de las diferencias con los
concretos habituales, la más significativa es el diagrama tensión-deformación,
que resulta notablemente diferente del concreto convencional. Se
caracteriza por: -
Una rama, prácticamente lineal hasta la tensión
máxima, debido a que la microfisuración de la interfase pasta-agregado
se produce a 90 por ciento de la rotura. Dichas roturas son frágiles
y explosivas. -
La deformación para la tensión máxima es
algo superior a la habitual, pero la deformación última es inferior,
tanto menor cuanto mayor es la resistencia. -
La curva de caída de resistencia a partir de
la rotura presenta mayor pendiente. Otras
diferencias cualitativas son el menor coeficiente de Poisson (lo que hace
que en los CAR sea menos eficaz el zunchado), el más pequeño coeficiente
de reducción de resistencia por cargas permanentes, la menor relación
resistencia a la tensión/compresión y el aumento de la durabilidad,
debido, en general, a su alta compacidad. Hoy día hay abundante normativa internacional que proporciona, bien sea como norma específica o como adición a la convencional, parámetros de cálculo para el dimensionamiento.
En cuanto a la utilización en edificios, es, sobre todo, en los de
gran altura donde es más clara e inmediata, por la gran repercusión de
los muy altos niveles de resistencia en las columnas en que predomina la
compresión, facilitando, asimismo, unos menores plazos de descimbrado por
el rápido desarrollo de resistencias a primeras edades. El bombeo
facilita la ejecución y se logra una sustancial reducción de la sección
transversal, con gran reducción de costos por menor volumen de concreto y
costos derivados y aumento de la superficie disponible con el consiguiente
margen en la venta. En
puentes, más que la pura resistencia es el alto desempeño el que motiva
de forma creciente su utilización. Mayores claros, menores deformaciones
y menores pérdidas de pretensado por fluencia reducida son ventajas que
pueden lograrse, junto con una larga vida de servicio garantizada por la
mayor durabilidad.
Otros concretos Se pueden citar también, aunque incipientes,
otras tentativas actuales en este campo: Concretos
de polvo reactivo Son concretos de ultra-alta resistencia
reforzados con fibras de acero.13 Su resistencia a la compresión
se encuentra entre 200 y 800 MPa y la resistencia a la flexión puede
alcanzar 140 MPa. Se pueden producir con muy altas dosificaciones de
cemento portland (900-1,000 kg/m3), humo de sílice, arena,
superfluidificante y fibras metálicas. En su colocación puede utilizarse
calor y presión. Concreto
de azufre Son concretos obtenidos por mezcla en caliente
(análogamente a los aglomerados asfálticos) de azufre, agregados,
rellenos minerales y adiciones poliméricas.14 Con excepción
de la resistencia al fuego, pueden presentar propiedades de todo orden
superiores a los concretos hidráulicos normales, pudiendo ser armados y
siendo valorados, sobre todo, donde se necesite excepcional desempeño
frente a los ataques químicos, por la rapidez de endurecimiento o la
impermeabilidad.
Y, finalmente, nos
podríamos referir a los variados conglomerados que se desarrollan para
aprovechamiento de residuos y subproductos en esa tarea ecológica que,
por inerte, se le asigna al cemento.15, 16, 17 Se hacen
concretos que sustituyen parte del agregado por diferentes residuos tales
como neumáticos o residuos plásticos, debidamente troceados, arenas y
escorias de productos siderúrgicos, ladrillos o concretos reciclados,
celulosa, madera o cenizas. Sobre todos estos materiales hay
investigaciones en marcha y se obtienen propiedades que, en algún caso,
son estructurales, pero en otros, se limitan a aumentar significativamente
alguna propiedad específica, como son la ligereza, el aislamiento térmico
o acústico, la resistencia al choque, la resistencia a la tensión, el
amortiguamiento de vibraciones, la ductilidad o la fisurabilidad. Conclusión De todo lo anterior se constata la variedad de
propiedades que abarcan los distintos tipos de concretos más utilizados.
Aunque todavía queda bastante por investigar, en algunos de ellos existe
una gran proporción de aptitudes ‑ya desarrolladas y
disponibles‑ siendo, de hecho, los tipos especiales utilizados de
forma creciente. La
idea del concreto como de un material único, de bajo contenido tecnológico
y utilizado por mano de obra escasamente calificada, debe rechazarse. El técnico
competente dispone para cada tipo de utilización distintos tipos de
concreto y de calidades, sin olvidar las variedades de cemento y de
aditivos disponibles. Bibliografía 1. MARUSIN, S.L., "Ancient concrete
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replace mineral aggregates", Cement
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1996. Este artículo fue publicado en Informes
de la Construcción, vol. 49, núm. 454, y se reproduce con la
autorización del Instituto Eduardo Torroja. Para facilidad de nuestros
lectores, hemos adaptado la terminología a la acostumbrada en México y
por ello hemos sustituido algunas palabras del texto original por su
equivalente respectivo. (Pie
de figura:) Diagramas tipo tensión-deformación para
diferentes concretos.
|
Revista Construcción y
Tecnología Noviembre 1999
INSTITUTO MEXICANO DEL CEMENTO Y DEL CONCRETO, A.C.