Diseño y confort colectivo
Un proyecto orgullosamente realizado por la talentosa
gente de Casas GEO está marcando la pauta en el tema de vivienda.
En la búsqueda de una integración al contexto urbano y respondiendo
a las necesidades de los usuarios surge el concepto de Parque Modelo, generando
una imagen de armonía y calidez digno de un desarrollo que alberga
36 edificios. Con este ejemplo, uno de los desarrolladores más importantes
de México (GEO) comienza a esbozar una forma diferente de producir
vivienda colectiva.
La esencia de un proyecto
Este complejo vertical de departamentos –diseñado para familias de ingresos medios–se fundamenta en la satisfacción absoluta de las necesidades del habitante, así como en el máximo aprovechamiento del potencial del terreno bajo tres premisas de diseño: alta densidad sin menoscabo de la calidad de vida (“el habitante no debe perder su individualidad”); máxima seguridad para el condómino y absoluto respeto al discapacitado (“el habitante debe sentirse seguro y cómodo dentro del desarrollo”) y por último, –pero no menos importante– accesibilidad en el desarrollo al esparcimiento e integración familiar (“dar más que un dormitorio; que los niños se diviertan en casa, con la tranquilidad de la familia”). Así lo informó el arquitecto Leonardo García Alarcón, pieza fundamental en el diseño de esta obra y director de proyectos de GEO Centro.
De acuerdo al programa delegacional de desarrollo urbano Venustiano Carranza, menciona García Alarcón, “se tenía un uso de suelo HM/4/25. El terreno está localizado dentro de un polígono de actuación APR (Areas con Potencial de Reciclamiento), por lo que se permitió modificar a H/6/30, lo cual fue condicionado al vo.bo. de aeronáutica, ya que el predio está localizado dentro del cono de aviación. Conforme a la normatividad de desarrollo urbano para predios mayores a 5,000 m2, se destinaría un área para equipamiento mayor del 5% y menor del 10%”.
Con lo anterior surgiría la idea de llevar un parque al conjunto habitacional; sería el gran diferenciador e integrador del proyecto en el que además se vincularían diversos jardines, árboles, áreas de juegos infantiles, espacios para actividades propias de la adolescencia así como zonas de convivencia familiar y reflexión. La fusión del espacio común con el privado, sería el principio esencial del conjunto.
El
resultado de este estudio permitió dividir el proyecto en dos grandes
bloques independientes, separados físicamente con 397 viviendas cada
uno, todo ello sin perder la unidad conceptual y formal. Es claro y sencillo,
este par contiene, a nivel de acceso, un gran parque central con andador
a manera de circuito interior que conecta las áreas destinadas al
esparcimiento. Seis niveles de vivienda con tres prototipos de edificios;
los centrales de doble altura libre (a través de los cuales fluye
el parque); los de una altura libre que alojan los grandes vestíbulos
y distribuidores por torre, y los completos que contienen vivienda en toda
su altura.
Si la forma es estrictamente ortogonal, es porque le permite conservar el carácter y escala del entorno apoyando el potencial de reciclamiento urbano de la zona hacia la vivienda. Así, las torres se desplantan sobre un semisótano completo que permite la utilización de “elevautos”, indispensables para satisfacer la demanda de cajones de estacionamiento y los servicios; por ello, en la misma zona se ubican cuatro montacargas que operan a 220 V, 1F-3H, con motor eléctrico de 2Hp, para los cuales se diseñó una instalación exclusiva con tableros del tipo NQOD de sobreponer, de donde parten los circuitos derivados que suministran la energía para estos equipos.
En cuanto a las unidades de vivienda, se trata de departamentos con un mínimo de 60 m2, organizadas de una manera muy eficiente proporcionando a los habitantes la versatilidad y flexibilidad para crecer de acuerdo con el ciclo y necesidades de cada familia. Cada unidad puede transformarse y adaptar una, dos o tres recámaras a voluntad, simplemente colocando o retirando un muro divisorio. Con esto, el programa básico está conformado por dos recámaras, un baño, área de sala-comedor, cocina y zona de lavado. Este partido se complementa en la planta baja con área de jardín –parque, o en algunos niveles con balcones a doble altura–, y “roof garden”.
A
decir de García Alarcón “las viviendas cuentan con todas
las características de una casa habitación, pero con las ventajas
de un departamento. En cuanto a la seguridad, existen 2,800 m2
de parque privado, elevador a la puerta en vestíbulo compartido sólo
por cuatro departamentos por piso, entre otros servicios”. Destaca
la variedad cromática entre los 18 cubos de iluminación para
diferenciar cada vestíbulo, matizando los accesos privados a cada
departamento. Sin duda, el color es una de las características más
relevantes de este conjunto. Las torres nacen de un gran elemento verde
–el parque– que da la bienvenida a sus residentes. Su disposición
en torno a éste genera microambientes en el conjunto, y sus zonas
ajardinadas que al mismo tiempo se integran a los vestíbulos de las
torres, llenas de concreto y colores que indican la llegada a la morada.
Esta estrategia juega un papel fundamental en la personalización
de la vivienda al romper el monótono recorrido visual y permitir
un acercamiento más cómodo al generar un vínculo de
identidad.
Profundizando un poco en las áreas exteriores, cabe decir que los
andadores del parque son de concreto arquitectónico utilizado con
singular maestría permitiendo el juego de formas, texturas y colores.
La gama de seis colores nos llevan a distintos lugares. “Comenzando
con el gris del acceso, color que robamos de las banquetas de nuestra ciudad
y una vez que se introduce al desarrollo comienza a cambiar de tonalidades
llegando al color verde hasta el punto en el que el concreto se pierde dando
paso a la vegetación”, comentan en GEO.
El concreto y el color
El desarrollo está ubicado en la zona lacustre de
la Ciudad de México. Por ello fue necesario realizar un minucioso
análisis de mecánica de suelos que motivó la futura
compensación del suelo y el peso del edificio para generar una losa
de cimentación con contratrabes logrando con esto la interacción
del diseño arquitectónico
y las condiciones naturales del predio; permitiendo un óptimo control
de nivel freático y el no asentamiento diferencial en los cuerpos
edificados. Se decidió utilizar un sistema de bombeo que permitió
abatir el nivel freático evitando la expansión de los esfuerzos
del terreno y la construcción de las cepas de contratrabes en seco.
De esta manera, fue creada una estructura semicompensada desplantada a 3.20
m en el condominio A, y en el B, desplantada a 5.70 m por debajo del nivel
de banqueta, por tener un sótano más. Los 18 edificios que
tiene el desarrollo comparten la misma losa de cimentación y planta
baja cuyas dimensiones son de 104 m x 64 m, sin juntas constructivas. Evidentemente
sólo existen juntas constructivas a partir de los niveles en que
se realizó un sistema constructivo de mampostería.
Para su construcción se utilizó un sistema de losa de cimentación
con base en contratrabes invertidas y muros de concreto enduelado para dar
rigidez (entrepiso blando). Para el desplante de los edificios se usó
una losa reticular de 45 cm de espesor. En cuanto a los muros de carga,
están construidos con block multiperforado (arena- cemento) cuyas
dimensiones son de 12x20x40cm. Para efectos sísmico fue necesario
hacer el 30% de muros de concreto. Las losas de los entrepisos tienen 20
cm de espesor y están construidas con viguetas prefabricadas y bovedillas
de poliestireno.
Los concretos utilizados en los elementos estructurales del cajón
de cimentación, tales como contratrabes, losa de cimentación,
muros y losa tapas de cisterna, son premezclados clase 2, f’c=250kg/cm²,
con agregados máximos de ¾” y un revenimiento 14. Existieron
algunas variantes de acuerdo a la zona de trabajo y la función estructural
de los elementos. Por ejemplo, en la losa del primer nivel de la zona de
accesos se incrementó la resistencia a f’c=300kg/cm²,
y disminuyó el revenimiento a 10- 14. Sin embargo, el grueso de lo
empleado osciló en los mismos rangos paramétricos de comportamiento
estructural.
Los amplios vestíbulos que permiten el acceso al agrupamiento de
los edificios fueron resueltos en grandes claros gracias a la transmisión
axial de las cargas del edificio a elementos verticales y al sistema híbrido
de losa “reticular-viguetabovedilla” en las losas. De igual
forma, resultan ser elementos de concreto las viguetas prefabricadas utilizadas
en el sistema de piso de los edificios de mampostería o el block
multiperforado cementoarena vibro-comprimido.
La gran lección
Parque Modelo requirió un gran esfuerzo de todo
el equipo que lo gestó, así como de la misma empresa por llevarlo
a su máximo potencial. Había que cambiar y salir del estigma
negativo y para ello se seleccionaron los mejores criterios o estrategias
para hacerlo todo un éxito. En entrevista para CyT, el arquitecto
Leonardo García Alarcón comenta: “Con cada fase se fue
aprendiendo y mejorando la obra. Nunca dudamos que podíamos tener
algo mucho mejor y bajo el lema de ‘todo es perfectible’ estuvimos
atentos a solucionar los problemas que se presentaron y encontrar nuevas
respuestas más eficaces. Ese fue el compromiso”. Sin duda alguna,
esta obra es motivo de orgullo para sus creadores –seguramente cosechará
con el tiempo reconocimientos–, aunado al hecho de que el proyecto
ha resultado todo un éxito a nivel comercial. Con esta pieza urbana,
nuevamente el concreto deja evidencia de su importancia estética
y factibilidad constructiva. c
Recopilación de testimonios directos: Gregortio B. Mendoza.
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