Protección de tubería e infraestructuras
La Asociación Alemana del Agua y de Aguas Residuales (DWA) presentó hace unos años un interesante informe de los daños y gastos, a corto o mediano plazo, para reparar problemáticas de las plantas de tratamiento del sistema de aguas de ese país.
Para 2004, el Informe señalaba un gasto de aproximadamente 55 mil millones de euros. Esa cantidad es parecida al pensar en reparar los sistemas de tratamiento del agua en el sector privado (doméstico e industrial). Y una de las causas mayores de daño es la corrosión de los materiales de construcción por las sustancias químicamente corrosivas.
Corrosión en los sistemas de aguas residuales
Los sustancias químicamente corrosivas que tienden a dañar
las plantas de tratamiento de aguas producidas por materiales usados internamente
(contenido de agua residual o corrosión ácida biogénica),
y externamente (sustancias corrosivas en aguas subterráneas o el
mismo suelo o los sitios contaminados) son sustancias inorgánicas
(aniones, cationes, ácidos, bases) u orgánicas (carbonos alifáticos,
aromáticos o halogenados y ácidos orgánicos).
Se puede decir que, en general, las sustancias inorgánicas tienden
a dañar los materiales minerales inorgánicos, como el concreto,
mientras que las orgánicas tienden a dañar principalmente
los materiales orgánicos, como los plásticos. Las sustancias
más dañinas encontradas en las plantas de tratamiento de aguas
son el ácido sulfúrico, en el caso del concreto, y los carbonos
halogenados y aromáticos, en el caso de los plásticos.
El acido sulfúrico se origina en thiobacilli en espacios de gas en
las paredes de las plantas de tratamiento de aguas. Los thiobacilli convierten
los componentes orgánicos de las aguas residuales que liberan gas
H2S, en ácido sulfúrico durante el proceso de fermentación.
Por su parte, los carbonos halogenados y aromáticos pueden
llegar a las aguas residuales industriales o domésticas, o producirse
en sitios contaminados. A fin de prevenir la corrosión y/o proteger
las tuberías e infraestructuras, puede aplicarse concreto de alta
resistencia (concreto lanzado) o sistemas de prevención de la corrosión
en construcciones nuevas o en trabajos de reparación.
Concreto de alta resistencia
El concreto puede ser gravemente dañado por el ácido. Dado
que los aditivos granulares del concreto son generalmente insolubles, el
ácido ataca principalmente la matriz de cemento. Los ácidos
pueden disolver prácticamente todos los componentes de la matriz
de la pasta de cemento endurecida, en sus fases CSH, Ca (OH)2.
El hidróxido de calcio Ca(OH)2, producido cuando al hidratarse
el cemento Portland se disolverá fácilmente en el ácido.
Cuando se hidrata el cemento, el hidróxido de calcio tiende a cristalizarse
en aquellas áreas que con anterioridad habían sido penetradas
por agua, y también en la superficie de los granos. De esta manera,
se crea una estructura en red tridimensional de Ca(OH)2 que penetra
todo el concreto. Las fases CSH y los granos de clinker son negros: el Ca
(OH)2 aparece en amarillo brillante.
Si el hidróxido de calcio es disuelto con ácidos, el ataque
penetrara rápidamente por las vías de acceso hacia el interior
de la matriz de los ligantes. Al principio, se producirá un daño
profundo en el concreto: esto es prácticamente invisible a simple
vista. En el caso de la corrosión por ácido sulfúrico
biogénico, en una segunda etapa los sulfatos del ácido sulfúrico
penetrarán a lo largo de las vías del Ca(OH)2 disuelto
en el concreto y procederán a destruir el concreto en un ataque agresivo.
La matriz
de concreto dañada por el ácido sulfúrico biogénico
(H2S04), tiene así sus primeras líneas de ataque que causan
daños. En la primera línea, la matriz de concreto, tal como
se ha visto en la superficie dañada, es totalmente destruida por
un ataque de disolución (H+) y por un ataque de expansión
(SO4 2+). La capa totalmente destruida es fácil
de eliminar físicamente, si de hecho no desaparece espontáneamente.
Una segunda línea de ataque, más profunda, es invisible a
simple vista, y puede verse sólo a través del microscopio.
Dentro de esta segunda capa, el ácido ha dañado simplemente
la matriz de concreto con el ataque de disolución. La durabilidad
física de esta capa se conserva considerablemente, ya que aún
no se ha producido, o casi no se ha producido, un ataque agresivo. Si sólo
se elimina el concreto de la primera línea dañada durante
una reparación y se aplica una capa protectora, las medidas de reparación
o remediadoras a menudo sólo tienen éxito a corto plazo, ya
que el sulfato de la primera línea dañada será reactivado
si se usa un chorro de agua de alta presión; este proceso puede alcanzar
la segunda línea frontal dañada en la estructura de la micro
fisura.
Podemos formar así etringita o yeso, que conducirá a un ataque
agresivo bajo el reperfilado o recubrimiento. De esta forma, la unión
de la capa protectora o reperfilado puede quedar comprometida. Por estos
motivos, para lograr medidas de restauración acertadas es fundamental
examinar microscópicamente la profundidad de ambas líneas
dañadas y eliminar en su totalidad el concreto dañado.
Puede lograrse una durabilidad suficiente de hasta un valor de pH de aprox.
3,5 a 4, usando un concreto de alta resistencia, concreto lanzado para nueva
construcción o en trabajos de reparación en que la estructura
de Ca(OH)2, sea en gran medida transformada en las fases más
resistentes de CSH mediante el uso de aditivos hidráulicos latentes
o puzolánicos, como escoria granulada, ceniza volante o microsílice.
Así, se logra la máxima densidad mediante la optimización
granulométrica.
La durabilidad de estos tipos de concreto es de alrededor de 5 a 20 veces
superior a los concretos "normales" basados en el cemento Portland
con una alta resistencia al sulfato; su duración de vida aumenta
proporcionalmente. Por encima de todo, el daño profundo en la matriz
de ligante ya no ocurrirá con el concreto de alta resistencia. Así,
la profundidad del daño al concreto de alta resistencia corresponde
al daño visible. La probeta casi no afectada contiene aditivos puzolánicos.
La siguiente probeta –completamente destruida– estaba hecha
sólo de cemento Portland. Sin embargo, allí donde hay corrosión
severa de ácido sulfúrico biogénico, pueden alcanzarse
valores de pH de hasta 0,5. Comparado con el valor de pH natural del concreto
(aprox. 12,6 en caso del cemento Portland), esto representa aproximadamente
una concentración de ácido de diez mil millones superior (Concentración
H+). En estas condiciones, el concreto de reperfilado o concreto lanzado
requiere una protección suplementaria contra el ataque adicional
del ácido sulfúrico mediante un sistema de protección
de la corrosión.
Sistemas de protección de la corrosión
Los principales sistemas de protección de la corrosión
están basados en plásticos (capas, revestimientos, rellenos
sólidos) o gres (revestimientos, rellenos sólidos). Los plásticos
son generalmente resistentes a las sustancias inorgánicas como las
sales y los ácidos. Las sustancias inorgánicas oxidantes son
una excepción, sobre todo los ácidos oxidantes: los ácidos
oxidantes inorgánicos también dañan los materiales
orgánicos (plásticos) en gran medida. El ácido sulfúrico
biogénico es un ácido que se oxida suavemente. El ácido
nítrico, que puede aparecer en el agua residual con un alto contenido
en nitrógeno a través de bacterias de nitrificación
en la planta de tratamiento de aguas, es un ácido muy oxidante.
Cuando los ácidos sulfúrico y nítrico se producen conjuntamente,
la mezcla ácida tiene una acción de oxidación muy potente.
Por lo tanto, antes de elegir un sistema de protección de la corrosión
basado en plásticos, debería verificarse en todos los casos
si se produce o no ácido nítrico, o si podría producirse,
conjuntamente con el ácido sulfúrico. Además, antes
de elegir un sistema de protección de la corrosión, debe verificarse
si podrían o no aparecer medios orgánicos en las áreas
que deben ser reparadas.
Hay muchos
medios que ofrecen la misma resistencia química de los plásticos
a las sustancias orgánicas. En estos medios, la durabilidad de un
plástico en particular se indica generalmente con términos
tradicionales como "buena", "moderada" o "reducida".
Dado que raramente se declara el procedimiento de pruebas es, por lo general,
difícil evaluar las informaciones. Además, la misma clasificación
genérica (poliéster o epóxido) podría incluir
plásticos con características de resistencia química
variadas. Así pues, no es factible una evaluación general
precisa de la acción química de las sustancias orgánicas
en sistemas orgánicos. En consecuencia, los sistemas de protección
de la corrosión tienen que ser probados en su durabilidad usando
las sustancias orgánicas realmente supuestas y que se encuentran
en el sitio. Esto se aplica en particular cuando podrían estar presentes
carbonos halogenados o aromáticos. Muchos plásticos se disolvieron
en contacto con los carbonos halogenados o aromáticos en cuestión
de horas o días, incluso en espacios de gas. Lo mismo puede decirse
para los revestimientos hechos de gres o cristal que contienen plásticos
como sellador, ya que la durabilidad de los sistemas vendrá determinada
principalmente por la resistencia especifica del material sellador mismo.
Cabe subrayar, que los componentes de construcción (tubos) fabricados
con cerámica o cristal son resistentes a prácticamente todos
los medios corrosivos encontrados en las plantas de tratamiento de aguas.
c
Foto: www.flickr.com-photos-mojoey.com.
Referencias: R.Huttl, Instituto para la Comprobación de Materiales,
Berlín, Alemania, en PHI Planta de Hormigón Internacional.
3, 2009.
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