Almacenamiento seguro
Los silos son estructuras diseñadas para
almacenar toneladas de granos y semillas o bien polvos como carbón,
cemento, hierro, puzolana, caliza, etcétera. Los de concreto, ofrecen
grandes ventajas.
El uso de los silos se ha adaptado a la industria debido a la necesidad
de contar con depósitos con mayores capacidades, producto del perfeccionamiento
de métodos de producción y mecanización industriales
en los que se utilizan diversas formas de llenado, extracción y manejo
de materias primas. Incluso, en el área militar se utilizan para
depósito y manejo de misiles. Estos depósitos demandan hoy
de una extracción más rápida de los materiales por
lo que requieren varias aberturas, así como diámetros y alturas
más grandes para incrementar la capacidad de almacenaje y para la
descarga.
Para algunos especialistas la geometría de los silos tiene gran influencia
en el comportamiento de los materiales almacenados, tanto en su estado de
reposo como en el proceso de descarga de los mismos. Cada material requiere
un proceso diferente de almacenamiento por lo que las característica
de los silos podrían variar en capacidad, cantidad de celdas, geometría
y materiales estructurales que lo conforman de acuerdo con las necesidades
particulares de cada caso. En ese sentido, según sea el proceso industrial
a utilizar para el manejo y transporte de los materiales, la geometría
del silo puede variar en altura, diámetro y configuración
de la losa de descarga.
De acuerdo con expertos en el diseño y construcción
de silos, “la forma estructural más común es la circular,
en cuyo caso la estructura está sujeta a una presión uniforme
en torno a la circunferencia y sus paredes se comportan como una membrana
de tensión, sin momentos flexionantes a lo largo de la mayor parte
de su altura, excepto en los extremos en donde, por lo general, las paredes
están conectadas a otros elementos.
Por esta razón los silos circulares se construyen con diámetros
que exceden las dimensiones prácticas de silos rectangulares o cuadrados”.
También pueden construirse de forma poligonal, hexagonal u octogonal
con las mismas ventajas de los rectangulares, en todos los casos pueden
ser construidos con concreto reforzado o con acero, principalmente. El concreto
es el material más común en la construcción total de
la estructura de los silos; es decir, en la cimentación, paredes,
techo, fondo y tolva. Esto se debe a sus cualidades intrínsecas de
resistencia, durabilidad, facilidad para la obtención de superficies
lisas y herméticas, gastos de conservación prácticamente
nulos, entre otros aspectos.
Sobre el uso de estas tecnologías de almacenamiento
Representantes de dos importantes firmas en el diseño y construcción
de silos para el área alimenticia e industrial, Cobeto Limitada,
empresa colombiana especialista en servicios de consultoría, construcción,
administración, gerencia, asesoría y ejecución de obras
especiales en proyectos de ingeniería, y Construcciones FASA, consorcio
mexicano especialista en el uso del sistema constructivo de cimbra deslizante
en la construcción de silos de concreto reforzado para almacenamiento
de granos y materias primas, consideraron en entrevista que el concreto
reforzado brinda mayor eficiencia, rapidez y economía en la construcción
de silos. Los ingenieros Jaime Eduardo Becerra Fortich, gerente de Cobeto
Limitada, y Fernando Álvarez López, director técnico
de Construcciones FASA, señalaron que los silos de concreto son más
resistentes a los agentes exteriores, más duraderos y requieren de
menor mantenimiento, en comparación con las estructuras de este tipo
construidas en acero. “Los silos de concreto son rentables de ciertas
dimensiones, por ejemplo de 15 metros de altura y ocho metros de diámetro,
como mínimo, mientras que los silos metálicos se limitan a
alturas menores”, comentó Becerra Fortich. Además, puntualizó
que, de acuerdo con el material almacenado, los silos deben someterse a
mantenimiento periódicamente, por ejemplo, aquellos que contienen
material cementante, cada tres o cuatro meses, en tanto que los destinados
al acopio de materias orgánicas deben ser limpiados con mayor regularidad
para evitar fermentaciones”.
Indicó que un silo en concreto reforzado, construido con la técnica
de cimbra deslizante, puede cimentarse en cualquier tipo de terreno, “la
ingeniería de diseño se encarga de delinear la estructura
de cimentación de acuerdo con las características mecánicas
del suelo”. Por su parte, el ingeniero Álvarez, director técnico
de FASA, empresa líder en el diseño y construcción
de silos de almacenamiento en concreto reforzado, opinó que desde
su surgimiento, la construcción de silos se ha realizado en concreto
reforzado; el uso de acero para su construcción es reciente; sin
embargo, dijo, la ventaja entre uno y otro es realmente económica.
“El cliente puede elegir entre uno y otro, sin embargo, un silo de
concreto reforzado, por las características físicas propias
del material y el espesor de la pared (de entre 15 y 20 centímetros)
proporciona excelentes condiciones de aislamiento y evita condensaciones
de agua, que en el caso de granos y semillas, es un aspecto importante para
evitar daños al producto almacenado”, precisó.
“De acuerdo con la importancia de conservar en buenas condiciones lo almacenado en un silo y que la merma no impacte económicamente al cliente, éste determinará el material con el que se construirá su depósito; en este caso, un silo en concreto reforzado sería la mejor opción”. Además, Álvarez explicó que a diferencia de otros grandes recipientes o depósitos, los silos tienen un comportamiento especial. “Por ejemplo, en el caso de un tinaco de agua, si bien se trata de un contenedor cilíndrico, está diseñado para almacenar líquidos por lo que la presión que el fluido ejerce sobre las paredes –por encontrarse en reposo–, es hidrostática. En un silo, el producto almacenado ejerce una presión horizontal y una fricción vertical, esa es la diferencia de por qué se denomina a un silo como tal, es decir básicamente por lo que contiene y cómo lo contiene”, afirmó. Al referirse al mantenimiento de los silos de concreto reforzado, refirió que estas estructuras, de acuerdo con el material que se construyan, requieren de cierto tipo de remozamiento.
En el caso del concreto reforzado, “muchas veces los ingenieros decimos en broma que existen dos tipos de concreto: el agrietado y el que se va a agrietar. En un silo, una grieta puede ser un punto potencial de falla en el sentido de que puede ser afectado por el agua, por la contaminación, por polvo, por lo que entre por esa grieta, la varilla puede llegar a corroerse, se incrementa el volúmen y fractura el concreto. Por ello, precisó, los silos de concreto deben someterse a mantenimiento cada siete u ocho años de uso, para ello es necesario aplicar algún recubrimiento exterior para sellar fisuras y, en casos más graves, realizar resanes. Los silos de concreto, por tratarse de estructuras en constante llenado y vaciado –en expansión y movimiento– sufren mayor cantidad de fisuras y grietas, es una estructura propensa a ello, por lo que es recomendable que después de determinado número de años, sus paredes interiores y exteriores sean selladas. Por otra parte, consideró que un silo en buenas condiciones –con mantenimiento constante y adecuado uso de operación–, podría alcanzar hasta 70 años de vida útil, mientras que uno metálico entre 15 y 20 años, según las condiciones del medio ambiente donde sea construido. c
Guadalupe Lugo García
Bibliografía: Filigrana M., Diego. Silos
y tanques en concreto reforzado. Cálculo estructural simplificado.
Colección Ciencias Físicas, Exactas y Naturales. Universidad
del Valle, Programa Editorial. Noviembre 2004.
http://cdigital.dgb.uanl.mx/te/1080095026/1080095026_02.pdf
http://www.imcyc.com/laboratorio/asesoriatec.htm
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