Nuestro sustento: un recuento
Este diciembre que finaliza el 2009, y también el año en que con múltiples actividades celebramos los cincuenta años de haber sido fundado el IMCYC, qué mejor que recordar a personas que han fortalecido el rubro de la construcción, del concreto y del mismo Instituto.
Desgraciadamente, cerramos 2009 con la triste noticia del fallecimiento del maestro Leopoldo Lieberman, toda una institución en la ingeniería civil, estructural y de mecánica de suelos. De este notable ingeniero, en nuestro próximo número le rendiremos un sencillo, pero muy sentido homenaje por la entrega que dio a la ingeniería mexicana. Pero no todo es tristeza, pues, felizmente, en este 2009 nos acompañaron a festejar los 50 años del IMCYC numerosas personalidades a las cuales les agradecemos su entrega profesional que, lo sabemos muy bien, ha servido para mejorar a la industria que nos compete.
Ingenieros como don Óscar González Cuevas –siempre tan cercano a nosotros–; Roberto Stark –de igual forma, presente en nuestro quehacer cotidiano; Genaro Salinas –que aunque vive en los Estados Unidos, siempre está atento a nuestro devenir; el ing. René Carranza y Aubry, toda una institución dentro del rubro de los prefabricados o el maestro Gabriel Moreno Pecero, quien al igual que muchos de los que entrevistamos en esta revista en este 2009, vieron nacer al propio Instituto. En su momento, el ing. Moreno Pecero recordaría que en la época en que nace el IMCYC (1959) el interés por el concreto se encontraba “a la baja”, no obstante que muchos ingenieros de la época, como él, buscaban que el material fuera utilizado con mayor frecuencia, sobre todo en las vías terrestres.
También
nos vienen a la mente las palabras del ing. Roger Díaz de Cossío,
valiosa pieza de la ingeniería mexicana quien con un planteamiento
humanista nos comentaría que “la inteligencia y la pasión
son dos factores fundamentales que no deben faltar si se quiere destacar
en la ingeniería”. Palabras sabias, sin duda alguna, si recordamos
la reciente noticia de que al ing. Alfredo Elías Ayub, director General
de la Comisión Federal de Electricidad, recibiera, por sus años
de entrega a esta Comisión que hoy enfrenta enormes retos, el Premio
Nacional de Ingeniería 2009.
También, cómo no recordar las palabras del ing. José
Gaya Prado quien con cálida honestidad nos dijo: “Yo siempre
he tenido, de cualquier modo, grandes amigos en el IMCYC, y cuando tenemos
alguna duda, recurrimos a este Instituto, siempre con muy buenos resultados”.
Así, cada una de las personas que de una forma u otra nos acompañaron
en este 2009 en nuestro festejo, expresaron no sólo palabras de felicitación
sino también un reconocimiento a la labor que por cinco décadas
ha realizado este Instituto en pro de la difusión y buen uso del
concreto.
Mencionar
a todos y cada uno de los grandes personajes de la arquitectura, la ingeniería
y la construcción en este breve espacio resulta imposible pues son
muchos en verdad las personas que han estado con el IMCYC; algunos desde
ese 1959, otros de unos años a la fecha. De entre los arquitectos,
este 2009 tuvimos el honor de contar en la Portada con dos de nuestras máximas
autoridades, de reconocimiento mundial: Teodoro González de León
y el arq. Pedro Ramirez Vázquez, quien este 2009, cumplió
90 años, muchos de los cuales han sido de total entrega a la arquitectura
y cultura mexicanas. Otro arquitecto no menos importante que tuvimos la
oportunidad de entrevistar fue don Agustín Hernández, controvertido
en su momento y hoy, uno de los más importantes maestros del diseño
vanguardista, atrevido, pero al mismo tiempo, pleno de calidad.
Nuestro agradecimiento a todas las personas que han fortalecido y siguen
fortaleciendo la industria del concreto en México; quienes han hecho
de este material uno de los más importantes en la construcción
de todo tipo de obras. No obstante que, como sabemos, fueron los romanos
quienes por vez primera desarrollaron un material que hoy llamamos concreto
u hormigón, fue en el siglo XX, y ahora en el XXI, que el material
se muestra en gran forma; en plenitud. Y eso, no es más que obra
de personas, de pensamientos creativos, de ideas innovadoras, de espíritus
aguerridos… no de máquinas.c
Fotos: A&S Photo/ Graphics