Especial

Pritzker 2011: Eduardo Souto de Moura

Ya en otras ocasiones el famoso Nobel de la Arquitectura –el Premio Pritzker– ha sido entregado a arquitectos que no están –digámoslo de manera coloquial– en el top de la moda arquitectónica, pero que han mostrado una tremenda calidad en las obras que generan. Años pasados, bajo esta perspectiva, le fue entregado el galardón a Glenn Murcutt; en esta ocasión a Eduardo Souto de Moura.

La obra de Eduardo Souto de Moura –nacido en Oporto, Portugal en 1952– es discreta, mesurada, contenida y auténtica… quizás por estas razones es cálida y llena de sabor y compromiso. Sus proyectos nos hablan de cómo trabajar cuando no se tienen los grandes presupuestos amén de que es en la experimentación donde está fincada parte de su obra; no obstante que esta experimentación sea un camino no reconocido por completo, además de riesgoso.

La entrega del premio se le da, en este caso, a un profesional que no está construyendo por todo el orbe; por el contrario, su mundo arquitectónico se concentra en su país de origen y aún más, en el entorno de su ciudad natal: Oporto. Sin embargo, con gran maestría, este portugués ha logrado combinar lo local –lo tradicional e íntimo que hay en la tierra misma– con un espíritu universal. En este sentido, la directora ejecutiva de los premios Pritzker –Martha Thorne– señaló durante la ceremonia de entrega del galardón que "Eduardo Souto de Moura es un arquitecto que no ha seguido las modas; no ha estado influenciado por las tendencias fáciles, sino que desde un principio ha ido buscando su camino, profundizando y explorando, pero siempre en una trayectoria bastante clara". Otro punto a destacar por el cual fue considerado para entregarle el premio es por el hecho de que Souto de Moura no sólo diseña –dejando las ideas en el proyecto– sino que ha llevado a cabo una interesante faceta como constructor: “Sabe realizar esas ideas físicamente en un edificio potente, consciente del ambiente de la ciudad donde se engloba. Es un arquitecto muy completo", expresó Thorne, encargada también de dar el fallo del jurado a los galardones.

Una anécdota que cuenta la integrante de la Fundación Pritzker es que cuando le notificó a Eduardo Souto de Moura acerca del resultado del jurado, él comento: “Pero sí aún soy muy joven, ¿cómo es que me lo dan a mi?”. Cabe recordar que Souto de Moura es el segundo arquitecto nativo de Portugal que recibe este importante galardón –el más importante que se entrega en el mundo de la arquitectura– ya que en 1992 le fue dado a Álvaro Siza.

Por cierto, el jurado –que en esta ocasión incluyó a los arquitectos Renzo Piano y Glenn Murcutt– consideró que: "A lo largo de tres décadas Eduardo Souto de Moura ha producido un compendio de obras que pertenecen a nuestro tiempo pero que también tienen una fuerte conexión con las tradiciones arquitectónicas. Sus edificios tienen la habilidad única de combinar características aparentemente contradictorias como el poder y la modestia, el atrevimiento y la subliminalidad, el peso de la autoridad pública y una sensación de intimidad".

Ha proyectado muchos edificios públicos e infraestructuras, como el metro de Oporto en el cual una vez planteada la estrategia general, repartió las estaciones con diferentes arquitectos, diseñando él personalmente la Estación para la Casa de la Música, en el año de 2003. También realizó la rehabilitación del Monasterio de Santa María de Bouro (1997), ejemplo de convivencia natural entre existente y lo construido.

Datos de interés

Eduardo Souto de Moura estudió la carrera de Arquitectura en la Escuela Superior de Bellas Artes de la ciudad de Oporto, finalizándola en 1980. De esa misma universidad fue catedrático de 1980 a 1990, años en los que el arquitecto va convirtiéndose en referente de la arquitectura portuguesa por el rigor de su trabajo, por la precisión de las formas, así como por su preocupación por el uso de materiales como el concreto, la piedra, la madera y el aluminio, principalmente.

El mercado municipal de Braga

Se trata de una de sus primeras obras la cual destaca por la presencia de grandes muros cubiertos por una enorme losa soportada por pilares de concreto.

El estadio municipal

Dentro de las obras más emblemáticas de Eduardo Souto de Moura realizadas en concreto esta el Estadio Municipal de Braga, de de una imponente estructura realizada en concreto, que aprovecha, como los antiguos teatros griegos, la topografía del sitio, para delimitar el edificio. De esta manera podemos ver en esta obra una de las ideas pertinentes del galardonado que es que la buena arquitectura es una coexistencia entre lo natural y lorealizado por el hombre.

En términos generales el estadio queda definido a través de dos tribunas de sobrias líneas. Cuenta con tres galerías circulares que atraviesan el graderío, lo que permite atravesarlo fácilmente. La ausencia de otras tribunas en los dos lados del rectángulo permite, como ya se dijo, que la construcción dialogue con el paisaje circundante.

La casa Número 2

Como el mismo Souto de Moura comentó hace algunos años para la revista El croquis: “Yo empecé mi vida profesional haciendo casas, no sé por qué, casas para mi familia y para los amigos. Y esas casas, urbanas y no urbanas, tenían una tipología. Yo creo que la vivienda es una cosa universal que históricamente ha cambiado muy poco. Cambian los materiales, cambian los sistemas constructivos; pero la idea de una casa como tal no es algo que haya cambiado mucho. A Mies van der Rohe le acusaban de haber abandonado el lenguaje histórico en favor de la abstracción, y él respondía: "No estoy de acuerdo; las casas patio tienen más de cinco mil años de antigüedad". Este interés por la vivienda se ve reflejado en varias obras de esa tipología que ha realizado el galardonado, destacando, por parte de Pritzker destacaron la obra denominada Casa número 2, en Bom Jesus, por su “peculiar riqueza a través de las delicadas bandas de concreto de sus muros exteriores”. De esta obra en particular, Souto de Moura dijo en alguna ocasión que: al estar el sitio en una pendiente empinada mirando sobre Braga, decidimos no hacer un gran volumen puesto en la cima. A cambio, hicimos una construcción en cinco terrazas con muros de contención, con una función diferente para cada terraza; árboles frutales en el nivel inferior; luego una piscina; las partes principales de la casa en la siguiente; los dormitorios en la cuarta terraza, y luego en la parte superior plantamos un bosque”.

Museo Casa das Histórias

Otra obra destacable de este arquitecto, en este caso dentro del mundo de la cultura y el arte, es una de sus obras más recientes, el Museo Casa das Histórias, dedicado a la obra de la pintura portuguesa Paula Rego. Sobre esta obra, Souto de Moura señaló: “Cuando la pintora me escogió como su arquitecto, tuve la suerte de escoger el sitio. Éste estaba rodeado de un bosque con un claro en la mitad. Con base en la elevación de los árboles, propuse una serie de volúmenes de alturas variables. Desarrollando este juego entre lo artificial y lo natural, me ayudó para definir el color exterior, un concreto pigmentado rojo, un color contrapuesto al verde del bosque”. Así, quedaron conformadas dos pirámides a lo largo del eje de entrada que lograron evitar que el proyecto fuera una mera suma de cajas.

Colofón

Aunque Eduardo Souto de Moura, como se dijo, ha realizado la mayor parte de su obra en Portugal (más de 60 proyectos acabados), también hay piezas arquitectónicas de su autoría en Italia, Suiza, Alemania, Reino Unido, Bélgica y España. En este último país construyó una casa en Llabía, Girona.

Autor: Gabriela Celis Navarro

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