El compromiso de Hiroshi Hara
Creador de múltiples obras que superan los límites ingenieriles o arquitectónicos que esbozan la ciencia ficción, Hiroshi Hara (Kanagawa, Japón, 1936) es un creador inagotable que centra su atención también en estrategias sustentables.
Construcción y Tecnología tuvo la oportunidad hace poco tiempo de sostener una interesante conversación con el maestro Hiroshi Hara, quien expuso su teoría de la “Ciudad discreta” y al mismo tiempo nos dejó ver parte de sus intereses en nuestro país abriendo la discusión, reflexión y el debate respecto al futuro de las ciudades, formas de vida y de los cambios de una sociedad que –como asegura– debe buscar soluciones no sólo a obras “faraónicas”, sino también procurar un hogar para aquellos que hoy duermen en la intemperie.
Hara, es arquitecto con doctorado en ingeniería
egresado de la Universidad de Tokio, en la que se desempeñó
como profesor hasta 1997. Entre sus obras más importantes destacan
el rascacielos Umeda Sky de Kyoto, considerado el séptimo edificio
más alto de Japón, y el Sapporo Dome, sede del Mundial de
Fútbol 2002, además de otras estructuras que han ganado diversos
premios a nivel internacional. Sin embargo, en los últimos años,
su carrera ha cambiado de escala al enfocarse en una arquitectura vinculada
a la sustentabilidad social. Ahí nace
su teoría de la “Ciudad discreta”, puesta en práctica
con proyectos en países como Uruguay, Argentina y Brasil.
¿Cómo se fundamenta la teoría
de la ciudad discreta?
“Parte
de comprender que éste es el estado en el que todos los individuos
vivimos. Somos independientes y nuestras comunidades tienen la posibilidad
de fusionarse.
¿Cómo se fundamenta la teoría
de la ciudad discreta?
“Parte de comprender que éste es el estado en el que todos
los individuos vivimos. Somos independientes y nuestras comunidades tienen
la posibilidad de fusionarse en combinaciones infinitas. Buscamos un ideal:
una sociedad que ilustre una máxima equidad entre el individuo y
su grupo, sin ser una simple utopía democrática”.
¿Esto sería aplicable en un país
como México?
“Creo que sí. Ahora que visité México y Guatemala
observé que los pueblos indígenas forman una “sociedad
discreta”, ya que las casas están separadas y las personas
no pierden su intimidad; incluso, todos pueden convivir libremente en las
áreas exteriores de su comunidad. Ese es un punto en el que baso
mi teoría y creo que ésta no restringe ninguna posibilidad
de ser empleada en algún contexto específico, todo lo contrario
es muy global”. Así, para Hara, la sustentabilidad primigenia
que existe en la arquitectura, se puede palpar, por ejemplo, en muchos ejemplos
vernáculos.
Su
interés se ha concentrado en la vivienda ¿por qué?
“En el 2003 viaje a Uruguay, donde con un grupo de estudiantes de
arquitectura edificamos una primera versión de una casa experimental,
la cual se distribuyó en tres módulos independientes que se
comunicaban entre sí mediante dos puentes. La autonomía de
cada volumen resultó fundamental, ya que así los habitantes
se podían conectar y separar sin dejar de ser una comunidad integrada.
Esta vivienda experimental que se montó en Montevideo fusionó
libertad de dos conceptos: la separabilidad y la conectividad. También,
encontré que había muchos elementos por explorar. Los diferentes
tipos de herramientas de conexión-separación usados fueron:
cubiertas, escaleras, puentes, plataformas, patios, etcétera. Este
principio señala que al instalarse nuevos vecinos en las proximidades,
las conexiones se entrelazan y el espacio exterior adquiere el carácter
de espacio semipúblico. Creo que en las ciudades contemporáneas
hay mucho para explorar respecto a este tema”. El espacio público,
paradójicamente, es muchas veces el menos sustentable; por el contrario,
se le agrede, se le llena de información banal, se contamina.
¿Esto mismo sucedió en Córdoba?
“En el caso de la vivienda edificada en Córdoba, ésta
se constituyó por tres torres de planta cuadrada de 3.60 metros de
lado. Cada torre presentaba entre dos y tres plantas. En la planta baja
se localizaban los espacios sociales: sala de estar, cocina-comedor, terraza
y patio cubierto. Estos dos últimos permitieron las conexiones entre
los espacios sociales privados y los del entorno, que es cuando adquieren
su carácter semipúblico. La planta baja se materializó
con mampostería de bloques de concreto expuestos. Las plantas altas
albergaron los dormitorios; esos espacios donde cada individuo de la familia
podía llevar a la práctica la idea de separabilidad. Estos
ambientes, como en la planta baja, se volvían a conectar entre sí
mediante espacios comunes –puentes o escaleras– que se construyeron
con paneles de madera. En el nivel por encima del dormitorio de los hijos,
había un espacio cubierto por un toldo que cumplía con las
funciones de lugar de juegos o estudio. Los espacios abiertos, comunes o
semipúblicos permitían así la conectividad entre los
distintos espacios cerrados de diversas maneras, posibilitando las más
variadas combinaciones espaciales.
Así, el proceso de construcción y montaje del prototipo Córdoba fue seguido vía internet y formó parte de una exposición que en ese momento tenía lugar en la Gallery Ma, de Tokio, donde se mostró el concepto de “Ciudad discreta”, y el desarrollo del prototipo de Montevideo. Los planteamientos fueron los mismos pero los alcance fueron mayores pues había la tarea de materializar el prototipo de vivienda. La cristalización del proyecto estuvo a cargo de un grupo de arquitectos y estudiantes, miembros del denominado Grupo Eco. La influencia del maestro fue evidente en los resultados. Después de este exitoso caso, México quedó en la lista de prioridades y en el contenido de su agenda.
“Experimental
Housing México”
Hiroshi Hara vino a México hace unos meses para impartir algunas
conferencias de “Semiótica de la Ciudad discreta”, en
la Universidad Iberoamericana, así como la Cátedra magistral
“Viviendas Experimentales”, en la Universidad Anáhuac
del norte. Sin embargo, también participó en una propuesta
de servicio social titulada EH5 (“Experimental Housing México”),
con el fin de diseñar un desarrollo habitacional basado en su teoría,
el cual se desarrollará con un grupo interdisciplinario e interuniversitario
donde los estudiantes de la carrera de Arquitectura de quinto a séptimo
semestre de la Universidad Anáhuac seleccionados colaborarán
en el proyecto. Al finalizar el trabajo, esta casa experimental será
construida en Huixquilucan, Estado de México, durante 2009 y 2010.
Hara argumenta que las bases de su obra se sustentan bajo su propia idea de la modalidad, lo que ya es una tendencia general en los arquitectos que dan plena importancia al cambio y la transformación que se da en su campo de trabajo a partir de los efectos del tiempo, temperatura, clima y luz. Las cuestiones climáticas y la corresponsabilidad ambiental de la práctica profesional. "Estas son circunstancias que dan origen a la arquitectura porque ésta no es un objeto, es un evento; a toda esta filosofía la denomino modalidad".
¿Cuál es su opinión del concreto
empleado en la arquitectura?
“Creo que tanto en México como en Japón se ha demostrado
que es un material de cualidades extraordinarias y que puede trabajarse
con él perfectamente, bajo un contexto de responsabilidad ambiental
y sustentabilidad arquitectónico, haciendo un uso adecuado previo,
durante y después de haber construido. Pero, que esto tenga lugar
cabalmente, creo que depende de que sea utilizado en la arquitectura o la
ingeniería bajo una mano creativa para poder exaltar su máxima
cualidad; su plasticidad ligada a la resistencia. Podría mencionar
grandes maestros de mi país que han hecho obras de prestigio mundial,
pero lo más importante es enfatizar su lado artístico combinado
con sus cualidades sustentables”.
¿La “Ciudad discreta” podría
ser realizada en concreto?
“Claro. Finalmente lo que queremos demostrar es que podemos ser responsables
y dar una solución adecuada a cada contexto. Si un país permite
que así sea, lo haremos. El concreto es muy noble”. c
Gabriela Celis Navarro
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