El concreto hecho arte
El
concreto es uno de esos materiales que por sí mismo atrae la mirada
de multitudes. Sin embargo, darle una connotación artística
es algo que pocos pueden hacer.
Uno de estos personajes que está haciendo arte con concreto
es el arquitecto mexicano José Granados Hernández, director
general del taller de experimentación Rocalite, un espacio dedicado
a la investigación y experimentación; al diseño y elaboración
de piezas artísticas y decorativas, así como a la generación
de novedosos acabados basados en el uso del microconcreto, material al que
se le adhieren cargas de materiales diversos, tradicionales –y no
tan tradicionales– de fácil adquisición. La calidad
del microconcreto Rocalite es tan grande que se puede utilizar para la creación
de esculturas de todo tipo, lámparas, fuentes para interiores, espacios
abiertos, así como piezas monumentales e incluso alguna estatuilla
o figura que se utilice como premio o distinción a la trayectoria
de personajes emblemáticos de alguna asociación gremial, académica,
política, etcétera.
Por una cultura del concreto
Construcción y Tecnología charló con José Granados Hernández luego de comprobar cómo en una exposición relacionada con la industria de la construcción, cientos de personas se acercaban a observar las piezas expuestas y, con sumo interés, preguntaban acerca de la naturaleza y propiedades del material utilizado para su confección. “El microconcreto, protagonista de la historia, adquiere su denominación del tamaño de sus elementos, que son muy pequeños si se comparan con los cementantes, áridos y agregados del concreto tradicional”, dice en su primer comentario el arquitecto egresado de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien relata que prácticamente desde que estudiaba la carrera se interesó en el concreto; “tiempo en que empecé a percibir que no existía una cultura en relación con este material tan importante”.
El conocimiento que el arquitecto Granados Hernández tiene acerca del concreto ha sido paulatino, pero ininterrumpido. “Me he dado cuenta, señala el experto, que las mejoras que tienen este material son insospechadas porque se han ido incorporando a la mezcla básica materiales y agregados muy diversos. Me da la impresión de que la vanguardia de la investigación y desarrollo del concreto se encuentra en Francia, Alemania e Inglaterra, si hablamos de Europa, pero nadie puede negar que en los Estados Unidos se hace un trabajo muy importante. Soy optimista sobre el trabajo que se hace en México, aunque resulta sumamente contradictorio que en otras partes del mundo se estén elaborando concretos con resistencias, capacidades y propiedades espectaculares, lo cual permite hacer aplicaciones insospechadas, y en nuestro país se siga manejando el concreto de manera tradicional. El trabajo con concreto debe presumirse y mostrarse con orgullo, y no, como ocurre con frecuencia, tratar de ocultarlo porque no hay razón alguna para ello. Debemos aspirar como constructores a que el concreto forme parte del lenguaje total de la edificación, para de esta manera desterrar la idea de que una obra en fase de concreto refleja pobreza e imposibilidad para concluir el proyecto. Es hora de que dejemos de utilizar el término de ‘obra negra’”, enfatiza.
Un
artista del concreto
Quien observa cada una de las obras del arquitecto Granados Hernández
difícilmente puede negar el arte que posee cada una de las piezas.
Quizá sea por ello que el entrevistado aspira a que lo reconozcan
como parte de la comunidad artística, “aunque la clasificación
de mi trabajo tendrán que hacerlo los demás”, acepta.
“Hay arquitectos, diseñadores o interioristas que han tomado
al concreto como su bandera; pero lo cierto es que esto no es una práctica
generalizada ya que el concreto se utiliza preferentemente para revestir
las estructuras”, explica el también catedrático, quien
informa que la palabra Rocalite surgió de la combinación de
la palabra roca, –lo que llama a pensar en algo sólido–,
y lite, que tiene la intención de denotar algo ligero. Los trabajos
que desarrolla el especialista mexicano están en proceso de tener
la patente correspondiente ante los organismos protectores de la propiedad
industrial. “A fuerza de ser sinceros, creo que ningún conocimiento
termina siendo propio ya que lo que sabemos hoy es producto de lo que otros
hicieron ayer o antier en México y otras partes del mundo. Me gustaría
pensar que hubiera un mundo sin patentes; pero entiendo cuál es la
realidad”, reflexiona.
“Mi trabajo llama mucho la atención, pero creo que la gente no acaba de apreciarlo como a mí me gustaría. Mi labor se observa frecuentemente en exposiciones de la construcción y colegios de arquitectos y causa gran expectativa porque rompe con algunos paradigmas. Es el caso específico del concreto translúcido, que se percibe como algo irreal ya que se cree que el concreto es un material de gran resistencia que no puede ser atravesado por nada. La gente que observa lo que hago se sorprende al ver que la mezcla a la que se le agregan fibras ópticas produce un bloque que permite el paso de la luz. Yo le llamo translúcido a este desarrollo, pero acepto que el término es un tanto engañoso porque el concreto sigue siendo igual de opaco y con sus características generales. Lo que yo hice fue agregar fibra óptica, puesto que este material tiene una gran capacidad para transmitir la luz. Sin embargo, existe el concreto translúcido que fue desarrollado por profesionistas de la Universidad Autónoma Metropolitana, toda vez que el concreto deja su color gris y se hace transparente sin perder su capacidad de resistencia. Yo diría que es la única patente que existe en el mundo, y que los demás somos desarrolladores de concretos que incorporamos pequeñas ventanitas que hacen que pase la luz de un lado hacia otro, pero nada más”, enfatiza.
Obras únicas
En el campo del arte un objeto alcanza un valor superlativo o al menos superior
a otro de su mismo rango, cuando es único. Eso ocurre en cierto sentido
con la labor que se desarrolla en el taller de experimentación Rocalite
pues no hay un molde con el que se fabriquen cientos de figuras en serie.
“Cada una de las obras que creo se hacen en positivo porque, además,
muchas veces se trata de una solicitud específica de un cliente que
tiene un espacio determinado para colocarla. Yo combino mi interés
por la escultura, arquitectura y por los materiales, y los mezclo para obtener
objetos que me dejen satisfecho. Mi manera de ver a la arquitectura se basa
en no traicionar el momento o la época en la que uno vive. No traicionar
el sitio donde se va a construir algo y respetar el modo de ser de los que
van a ocupar el espacio. De tal manera que, si se combinan estos preceptos
con una dosis de talento, puede ser que el resultado sea atractivo. No aspiro
a pasar a la historia o a la posteridad, no tengo esas pretensiones”,
apunta.
“Soy seguidor de la obra de Luis Barragán, señala el
entrevistado, quien confiesa que fue tanta la influencia de este notable
personaje mexicano que “me movió a ser arquitecto”. Admiro
también a Tadao Ando, sobre todo porque se empeña en mostrar
sus obras de la manera más sencilla y sus materiales de la forma
más desnuda, apunta.
Perspectivas
El microconcreto tiene dos propiedades que particularmente deben destacarse:
se trata de la impermeabilidad y la estabilidad de volumen, que cuando se
combinan, hacen posible que no haya humedad, ni tampoco contracción
o expansión; es decir, que la mezcla que se coloca en un molde o
en cualquier lugar no se modificará. “Esta cualidad es única,
toda vez que la mayoría de los concretos necesitan de una gran cantidad
de agua, pero esta formulación no”, advierte Granados Hernández.
Esa característica permite que se puedan atrapar las pequeñas
fibras ópticas que se utilizan para elaborar el concreto translúcido.
En el concreto común no sería posible porque flotarían
y no sabríamos en qué lugar terminarían. Rocalite está
listo para aplicarse y sólo debe agregarse una porción de
agua por cuatro porciones de la mezcla, que es extremadamente seca y de
revenimiento cero. El agua sirve solamente para que se desarrolle el proceso
químico, dice el entrevistado, quien explica que no existe un proceso
de evapora ción; el agua sólo se ocupa para convertir la mezcla
de polvos en piedra.
Granados Hernández no descansa y siempre anda en
busca de ampliar sus conocimientos en el manejo del concreto. Ahora, dice
en exclusiva, trabaja en un proyecto que se basa en incorporar fibra de
celulosa (papel periódico reciclado) para obtener un concreto de
gran resistencia, pero que tenga al mismo tiempo una gran ligereza. Este
proyecto, que tiene tintes ecológicos y sustentables merece sin duda,
una cobertura más amplia. c
Juan Fernando González G.
Fotos: Cortesía Rocalite
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