Cuando la naturaleza se impone
Varios sismos recientes (Haití, Chile y Turquía) han generado incertidumbre en el mundo.
El 12 de enero de 2010 un terremoto azotó Haití;
el desastre –imprevisible al ser un fenómeno natural–se
convirtió en tragedia ante la escasa estrategia de prevención
civil y los pocos recursos existentes en el país más pobre
de América Latina. Pocas semanas después, otro movimiento
telúrico sacudió Chile, el 27 de febrero; no obstante, el
país resistiría mejor el embate –que registró
8.8 grados en la escala de Richter–, 1.2 mayor que el de la isla caribeña.
¿Por qué el contraste entre ambos países fue tan grande,
siendo que el sismo sudamericano fue mucho más fuerte? Muchas preguntas
comenzaron a hacerse. En Haití, perdieron la vida más de 230
mil personas. Especialistas del mundo expresaron que era imposible suponer
que el país contara con materiales adecuados y estructuras calculadas
de forma idónea. El punto que poco se mencionó –quizá
por requerir información especializada– es que un sólo
material, llámese acero, concreto, mampostería, etc., no es
en estos casos el responsable de los daños pues se trata de sistemas
estructurales que trabajan en conjunto para absorber los esfuerzos de flexión,
compresión, o torsión sino quizás pudo ser el conocimiento
profesional, mal interpretado,
para su aplicación.
La Isla Española –conformada por Haití y Republica Dominicana–
está frecuentemente expuesta a terremotos y maremotos al ubicarse
sobre la placa tectónica del Caribe. Por ejemplo, en 2003 Dominicana
soportó el embate de un sismo de 6.3 grados según los datos
del Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS), y con ello se vio
obligado una vez más a actualizar su normatividad sismo resistente
generada en 1979. Dos décadas más tarde la Sociedad Dominicana
de Sismología e Ingeniería Sísmica (Sodosismica), ya
contaba con otro tipo de medidas.
En contraste, Haití poco había hecho. Raymond Joseph, embajador
de Haití en EUA afirmó en Montreal, Canadá –al
pedir apoyo internacional– que "era una catástrofe que
se esperaba con temor por la escasa solidez de las construcciones en Puerto
Príncipe, su crecimiento descontrolado y la ignorancia de estrategias
básicas para mejorar la calidad constructiva de edificios clave como
hospitales, colegios e instituciones de gobierno, fundamentales en la gestión
de una crisis”.
Mucho más que dinero
Si bien es cierto que la economía es un rubro básico para
detonar ciudades mejor construidas, es relevante la implementación
de normas constructivas antísismicas. La reconstrucción de
Haití, lo dijo el primer ministro de ese país, Jean-Max Bellerive,
tardará al menos entre cinco y diez años. Aunque sea un proceso
largo, sin duda alguna, la suma de todas las partes involucradas en la construcción
de cada metro cuadrado es determinante para no caer en desgracias mayores.
El caso chileno ha demostrado que siempre será garantía contar
con normas adecuadas, y con la certificación de los materiales involucrados
en la edificación. Como se ha dicho ese sismo registrado en el sector
centro-sur del país tuvo una magnitud más alta en comparación
con Haití. Fue el segundo más fuerte de su historia y el quinto
más significativo a nivel mundial. Sin embargo, como ya se dijo,
el país salió "mejor librado" que Haití.
Sólo con reglamentos idóneos y sobretodo, cumplidos a cabalidad,
las tragedias se pueden minimizar.
25 años después
En México, quedamos marcados con los sucesos de 1985. La tragedia
cobró miles de víctimas y se vinieron abajo muchos inmuebles.
La transformación o adecuación de los reglamentos de construcción
y sus normas técnicas complementarias fue obligada. Shri Krishna
Singh, investigador del Departamento de Sismología del Instituto
de Geofísica de la UNAM ha declarado en múltiples ocasiones
que es imposible predecir cuándo sucederá un gran sismo en
territorio mexicano y recalca que “no se trata de tener pánico
sino de visualizar y estar preparados para lo que pueda suceder”.
Por su parte, el ing. Carlos Tapia Castro, especialista en cálculo
y diseño estructural, así como en instrumentación sísmica
de edificios y mantenimiento mayor de cimentaciones, comentó que
con todas estas tragedias también la ingeniería deberá
forzosamente que tener una clara evolución.
Sobre la normatividad, apuntó que el reglamento vigente de construcciones
del Distrito Federal es completo aunque hay carencia de información,
por lo cual “se deben buscar los de otros países como Japón
y Estados Unidos, los cuales han dado gran interés al tema sísmico.
En México, el flujo de datos va lento porque de principio hay tecnología
que no está reglamentada”. Sobre su labor, el ing. Tapia pone
de ejemplo un edificio en el que participa y que fue diseñado en
Acapulco por Enrique Norten. Será el Centro de Gobierno de Guerrero:
contará con aisladores sísmicos que permiten disminuir el
impacto del movimiento a la estructura, sistema ya ocupado en Japón
desde hace años.
Por otro lado, para conocer un poco en materia de normatividad en cuestiones
sísmicas, se le preguntó al arq. Franco Bucio, director técnico
del ONNCCE ¿qué tipo de normatividad existe? A lo que respondió:
"En materia de reglamentos de construcción, el DF ha incorporado
desde 1987 y hasta la última versión de 2004 en el cuerpo
del reglamento y en las Normas Técnicas Complementarias (NTC, relativas
a mampostería, concreto, cimentaciones, metálicas y diseño
para sismo), factores, criterios y disposiciones que incrementan la resistencia
de las edificaciones a sismo, lo que no ha tenido el mismo eco en los demás
estados y municipios".
Agregó
que las normas mexicanas referentes al concreto hidráulico se han
revisado en concordancia a las normas internacionales para asegurar mayor
calidad y respuesta a lo dispuesto en las NTC del DF. Acota que a pesar
de ello, aún no priva la cultura de ofrecer la certificación
de estos productos por parte de los proveedores del concreto premezclado,
obligando al consumidor a efectuar pruebas del producto en laboratorios
externos, mayoritariamente sin controles de calidad documentados, es decir,
sin la acreditación emitida por una instancia competente. Finalmente,
concluye el arq. Bucio afirmando que, al menos en el DF, sí se aplican
las leyes y NTC, no así en los demás estados. Algo habrá
que hacer, la provincia mexicana debe asumir el mismo compromiso para sus
habitantes.
Más
tecnología
Hace poco en Japón –país también azotado por
sismos, lo que ha hecho de éste una de las sedes más importantes
de especialistas–, dos empresas presentaron la elaboración
de un concreto que contendrá etiquetas electrónicas con informaciones
sobre la capacidad de la construcción para soportar los terremotos.
Lo han denominado “concreto inteligente” y pretende verificar
el grado resistente de los edificios en el país nipón. Detrás
de la iniciativa se encuentra la empresa Sumitomo Osaka y el laboratorio
de investigaciones informáticas YRP. Sus creadores afirman que con
este sistema de tarjetas inteligentes se podrá dar seguimiento a
la historia y comportamiento del concreto, evitando así los errores
humanos que significan el realizar lecturas y registros a mano de la forma
tradicional. Por su parte, el estado de California, en la unión americana
ha desplegado desde hace algunos meses nueva tecnología que acelera
el acceso a información sobre cualquier sismo en el estado, y también
manda alertas inmediatas a entidades gubernamentales y de emergencia, como
la Oficina de Servicios de Emergencia (OES), y el departamento de transporte
público Caltrans, así lo afirma el sismólogo John Parrish,
quien aclara que se ha aprendido mucho a más de veinte años
de los desastres ocurridos en 1989 por el sismo de Loma Prieta, que devastó
la ciudad de San Francisco y otras comunidades del área de la Bahía
en San Francisco. La tecnología que han presentado recientemente
es conocida como CGS (California Geological Survey) y está siendo
instalada en el Bay Bridge, el nuevo puente en construcción de la
costa oeste, que espera ser inaugurado en 2013 y tendrá un costo
aproximado de más de 6,300 millones de dólares. A esto se
suman los estudios realizados en 2008 y 2009 por ingenieros de la Universidad
del Sur de California y de la Universidad de Arizona, quienes han realizado
pruebas de simulación de terremotos en estructuras de concreto prefabricado
de hasta tres pisos. Los investigadores ejecutaron una serie de movimientos
emulando terremotos de magnitud 8.0 en la escala de Richter, obteniendo
así datos que dejan clara la respuesta sísmica de un sistema
prefabricado utilizado en estructuras como estacionamientos, residencias
universitarias, hoteles, estadios, prisiones y edificios de oficinas. Lo
que se busca con ello es mejorar la seguridad de los usuarios y comprender
mucho mejor cómo se pueden mejorar las conexiones de las piezas en
este tipo de edificios. Finalmente, cabe decir que en México, instancias
como los institutos de Ingeniería, y del de Geofísica de la
UNAM, así como la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica,
entre otras, están trabajando arduamente, cada uno en sus respectivas
áreas, por hacer que los sismos cada vez sean menos destructivos.
La lección
Debemos siempre ser optimistas porque después de todo esto, de las
tragedias también se aprende; sin embargo, el optimismo debe ir de
la mano de la objetividad y la realidad. El acercarse a especialistas o
instituciones responsables podría ser parte de un compromiso que
todos los involucrados pueden pactar. Siempre será mejor prevenir
que lamentar una tragedia. c
Foto: http://houston.china-consulate.org, www.wikimedia.org, www.flickr.com,
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