El concreto como esencia
Hay obras que cautivan de tan sólo apreciarlas fotográficamente y que causan unas enormes ganas de viajar al lugar, tan sólo por el hecho de tocar ese concreto, tan finamente dispuesto.
Ubicada en la decima avenida de Nueva York, esta obra inquietante y poco común marca una pauta importante en el uso del concreto aparente ya que, con éste, los procesos constructivos no sólo se evidencian sino que quedan integrados sutilmente con la materialidad del proyecto diseñado para la metrópoli que nunca duerme.
Diseño del punto
Antes de dar inicio a este proyecto Sebastián Mariscal, arquitecto
fundador de Sebastián Mariscal Studio con sede en San Diego, California
había tomado la decisión de cerrar el área de construcción
dentro de su oficina. Refiere que todos sus proyectos anteriores habían
sido construidos por su equipo, pero a una década de trabajo con
su despacho consideró que era el momento preciso de concentrarse
en el diseño. “La diversidad de proyectos y ubicación
geográfica me exigían atención total en este rubro”.
Por ello, al abordar de lleno esta encomienda para proyectar un restaurante
de comida peruana denominado “Pio Pio”, la intención
inicial fue expuesta al cliente. Se trataba de dar un nuevo salto al vacío
en el que se involucraba el tema de contratar a una empresa constructora,
posibilidad inesperada y rubro complejo por la calidad y expectativa que
tendrían del resultado final. A lo anterior se sumaba el tema financiero.
Con la experiencia en obra, sabían que el presupuesto que tenían
era muy justo pero realizable; sin embargo, una vez que fue iniciada la
tarea de calcular con varias compañías el presupuesto más
bajo llegó superando en casi un 80% lo que el despacho había
presentado al cliente. Construirlo a través de
una constructora hacia el proyecto irrealizable, lo cual para la oficina
y para el cliente sería trágico, afirma Mariscal, y argumenta
que entonces tuvo que volver a tomar una decisión contundente: involucrarse
en la obra.
“Abrimos una pequeña oficina temporal en Nueva York con Jeff
Svitak de mi estudio encargado del proyecto, él se mudó por
un año y junto con la intensa participación del cliente logramos
construirlo en lo que habíamos presupuestado”. Sin dudar, el
director del despacho afirma que este aspecto fue un reto a cumplir pero
nunca una limitante creativa. Además de tales consideraciones, una
vez dado el visto bueno hubo que comenzar a lidiar con los códigos
de construcción y seguridad de la ciudad de Nueva York, todo ello
en equilibrio con las necesidades espaciales del cliente y la coordinación
de los trabajos preliminares, propios de un espacio existente desordenado
en cuanto a sus instalaciones y estructura.
“Fue
un gran desafío cumplir con las necesidades, dimensiones mínimas
y reglamentos pero creo que éstos te empujan a obtener un buen proyecto
ya que exigen un análisis más profundo. A nosotros nos gustan
los retos y entendemos que los restaurantes tienen una red de instalaciones
complejas, más cuando los espacios son restringidos pero no son más
que una determinante para el cumplimiento del proyecto, la fórmula
es no afectar la visión arquitectónica”.
La
rotunda presencia del concreto
Interesante resultaba desarrollar una idea como la solicitaba el cliente:
hacer gala de una sensibilidad latina en una ciudad cosmopolita y dinámica
por lo cual, lejos del cliché de traducir esa identidad en algo formal
se buscó expresarlo a nivel sensorial; por ello fueron seleccionadas
la madera y el concreto para configurar las dos rutas con las cuales se
alcanzaría el objetivo. El cliente aceptó y el equipo de diseño
trabajó para encontrar un carácter que permitiera a los comensales
involucrarse en una atmósfera colmada de contrastes entre contexto,
identidad y diseño.
Al despacho le pareció de suma importancia abordar el proyecto como
una obra integral de arquitectura y no de interiorismo. Con ello la selección
de materiales no fue limitada sino precisa. Mariscal explica a Construcción
y Tecnología que, “al ser un restaurante de comida peruana
fue de gran importancia expresar el espíritu latino que existe en
nuestras construcciones. Creemos que esto va muy relacionado con la materialidad
y la manera artesanal de ejecutar una idea y maximizar la idea a un espacio.
Queríamos contrastar y quizá aislar fuertemente el contexto
de la ciudad y transportar a los usuarios a este entorno de sensibilidad
que los latinos tenemos, de ahí la importancia de la mano de obra”.
Para resolver el tema de la ejecución se tuvo la fortuna de encontrar
a un grupo de mexicanos residentes en Nueva York, quienes fueron una pieza
importante para lograr adecuadamente la expresividad de la obra gracias
a su conocimiento del concreto, interés por el detalle, además
de contar siempre con una gran actitud y energía para resolver los
procesos constructivos. Bien lo dice el arquitecto Mariscal: “En su
mayoría la obra fue realizada orgullosamente con mano de obra mexicana”.
El restaurante se ubica en el interior de un edificio de departamentos;
se divide en cuatro cajas de concreto, tres de ellas forradas casi en totalidad
con varas de ocotillo. En la primera zona se ubica la recepción,
el vestíbulo y el bar principal. En el nivel más bajo está
la zona de comensales –con una doble altura–. La tercera sección
quedó integrada por la zona de servicios con la cocina, misma que
se conecta con el nivel anterior de forma directa. La obra presenta por
convicción un concreto aparente “imperfecto” para aumentar
su expresividad; su apariencia resulta cruda pero estilizada y a través
de este tratamiento se exaltan las fabulosas cualidades de este material
como esencia del espacio. El principal reto para lograr lo anterior fue
el manejo y selección cuidadosa de la cimbra utilizada. “El
concreto nos da sólo una oportunidad y aunque buscábamos una
imperfección controlada, errores en cimbra o en colado sabíamos
que serían permanentes ya que nunca debe caerse en el error de retocar
el concreto. Por ello no recurrimos a ningún tipo de aditivo o material
adicional, la cuestión y la fórmula estaba ahí”,
afirmó el arquitecto a CyT. Una vez resuelto el esquema se buscó
que en vez de sólo contener al concreto también cediera en
ciertos espacios para mostrar un concreto vivo que quisiera “salirse”
de su contenedor. De ahí surgiría el acomodo detallado de
la cimbra y el cuidado del colado.
Aprendizaje
previo
En la actualidad, el despacho de Sebastián Mariscal trabaja en la
realización de una casa en San Diego California; una torre residencial
en Guadalajara, y una serie de casas en Woodstock Nueva York; todos estos
proyectos están siendo realizados con concreto colado en sitio. Su
convencimiento por este material es absoluto, y por ello declara que si
esta obra (el Restaurant Pio Pio) la volviera hacer, sin temor a equivocarse
la volvería a proyectar y construir en concreto. Para él este
material es con toda claridad exigente pero también noble; su expresividad
es incomparable a cualquier otro material.
“Hemos tenido aprendizaje previo; hicimos dos casas en la Jolla, San
Diego parcialmente en concreto; un Centro de Aprendizaje en Tijuana en donde
ya todo es concreto y estoy en lo cierto de que es un material que siempre
me ha gustado mucho. Creo que el haber usado y trabajado con el concreto
cambió mi forma de verlo y apreciarlo. Inicialmente me atraía
su perfección pero inmediatamente después de emplearlo de
manera más activa y en ocasiones experimental, me sentí extremadamente
más atraído por su expresividad que por su posible perfección.
Me conecte más con la parte artesanal y humana del concreto que con
la parte tecnológica, fría y pulcra...ahí veo sus infinitas
posibilidades. Creo que en ocasiones una imperfección puede ser un
acierto”.
No obstante
que el despacho ya cuenta con una amplia y reconocida trayectoria, esta
obra los llena de satisfacción. Describen con alegría que
incluso les es divertido recordar las etapas de la construcción en
las que el camión y la bomba de concreto se ubicaban en pleno Manhattan
haciendo las maniobras y cruzando la manguera por la banqueta en medio de
un continuo paso de gente. Todo era parte del proceso y al final –apuntan–
que, hasta esas cosas que no se ven físicamente en la obra si participan
en la expresión final de ella.
Satisfacción
Sebastián Mariscal concluye declarando que ahora vienen nuevos retos
por realizar al incursionar en diferentes usos y nuevas ciudades. “Creo
que este tipo de objetivos ayuda mucho a nuestra continua evolución.
Pio Pio marca una pauta importante ya que representó una excelente
experiencia. Ahora que vivo en Nueva York, voy seguido a comer o cenar al
restaurante y ver la arquitectura viva es una gran satisfacción que
puedo tener como arquitecto”. c
Gregorio B. Mendoza
Fotos: Paul Rivera.
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