Los paraguas de Amancio
Considerado el genio de la vanguardia Argentina, Amancio Williams (1913-1989), es uno de los grandes maestros de la arquitectura latinoamericana y genial trabajador del concreto. Uno de sus proyectos más icónicos es la llamada Casa del puente. Sin embargo, existe una obra, el Monumento de Fin de Milenio –localizado en Buenos Aires, Argentina– que es un homenaje de este arquitecto de la modernidad a su padre, el músico Alberto Williams.
En esta interesante obra (realizada en 1962) destaca el uso de cáscaras de concreto cuadrangulares, elevadas sobre un piso de mármol. Estas bóvedas no se tocan; sus esquinas están separadas apenas por unos centímetros, creando, al mirarlas desde abajo, un punto de tensión. Se trata, en pocas palabras de una obra potente, de enorme simbolismo y plena composición. Este tipo de bóvedas de cáscara de sección mínima, fueron estudiadas por Amancio Williams desde fines de los años treinta del siglo XX. Cabe decir que las piezas fueron reconstruidas por el arquitecto Claudio Vekstein, quien fuera discípulo de Amancio, dado que las “sombrillas” habían sido demolidas años atrás. Hoy, no sólo quedan como el homenaje de Amancio a su padre, sino del pueblo argentino a Amancio Williams. c
Gabriela Celis Navarro