Quién y Dónde
Formas que no son capricho
“Que no entre nadie que no sepa geometría”. Con esta frase el Laboratorio de Estructuras de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México recibe al visitante. Su coordinador es el doctor Juan Gerardo Oliva Salinas, reconocido en el medio de las estructuras ligeras a nivel nacional e internacional.
Un investigador Titular Centro de Investigaciones de Estudios de Posgrado de la Facultad de Arquitectura (CIEPFA) de la UNAM, Juan Gerardo Oliva Salinas ha dedicado su vida a la generación de nuevos conocimientos que apliquen la geometría estructural al diseño arquitectónico y fomenten el uso de nuevos materiales y de sistemas estructurales contemporáneos en la concepción y diseño de cubiertas ligeras.
Egresado de la Escuela de Arquitectura en 1976, el doctor Oliva recuerda que su interés por esta rama de la arquitectura inició cuando cursó una clase de modelos colgantes con el profesor José Mirafuentes Galván. “Él me embrujó con sus imágenes en diapositivas de cubiertas ligeras, de estructuras velarias, de cascarones y de sistemas tensegrity que en ese entonces, en Alemania, tenían un gran auge”. Al terminar sus estudios, el joven arquitecto obtuvo una beca del Departamento Alemán de Intercambio Académico para realizar el posgrado en la Universidad de Stuttgart donde seis años después obtuvo el grado de Doktor-Ingenieur, con la más alta calificación con la tesis “Estudios sobre la construcción de cascarones reticulados”. Frei Otto –reconocido a nivel mundial por sus investigaciones de estructuras tensadas y de membrada de bajo peso– fue su tutor y aunque Oliva recuerda que era muy duro con sus alumnos, dice que él le transmitió la disciplina necesaria para llevar ordenadamente los proyectos de investigación.
A su regreso a México, Oliva se integró al CIEPFA donde ha desarrollado su vocación docente, así como un extenso trabajo como investigador. En 1994 asumió la coordinación del Laboratorio de Estructuras que estaba abandonado tras la muerte del arquitecto Mirafuentes. Este recinto es un seminario de investigación permanente sobre Mecametría –concepto acuñado por Oliva– que es la aplicación de la mecánica y la geometría al diseño arquitectónico y estructural.
Semillero de investigación e innovación
Las puertas del Laboratorio de Estructuras están abiertas a profesi-nales y estudiantes de arquitectura e ingeniería interesados en recibir asesorías para la realización de anteproyectos y proyectos ejecutivos de diseño estructural. El equipo de trabajo se compone de investigadores, estudiantes de licenciatura, posgrado y especialidad, tanto de la Facultad de Arquitectura, como de la Facultad de Ingeniería que participan en proyectos de investigación y de vinculación ya sea para cumplir su servicio social, su práctica profesional supervisada, o para desarrollar sus proyectos de tesis. Por el Laboratorio también pasan estudiantes de todo el país que realizan estancias de seis semanas como parte del programa Verano de la Investigación Científica promovido por la Academia Mexicana de las Ciencias, así como estudiantes de bachillerato y preparatoria que buscan estudiar arquitectura. Reconocido a nivel internacional, el Laboratorio es único en su tipo en el país, aunque cabe mencionar que en la UAM Azcapotzalco hay un Laboratorio de Estructuras enfocado al comportamiento mecánico.
Los proyectos de investigación encabezados por Gerardo Oliva han sido financiados por la UNAM a través del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) y por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). El primer proyecto desarrollado en 1996 fue el MODUNAM 1, una estructura velaria desmontable para exposiciones que ha sido utilizada por lo menos en 25 ocasiones dentro y fuera del campus universitario. A este módulo siguieron el MODUNAM 2 y el 3. El segundo –realizado junto con la Escuela de Diseño Industrial– es una estructura con sistema de tijera que se cubre con una membrana para convertirse en vivienda provisional o clínica de urgencia en situaciones de desastre. El 3 es un sistema de nodos y barras con el que se puede lograr cualquier curvatura sinclástica o anticlástica.
En el Laboratorio de Estructuras también se desarrollan anteproyectos y proyectos de tenso-estructuras que son resultado de proyectos de vinculación que otras instituciones solicitan a la Facultad de Arquitectura. Entre ellos están las velarias para el Instituto de Biología, la Dirección de Obras y Conservación, la Facultad de Derecho, el Instituto de Ingeniería, la Facultad de Ingeniería y el patio del Museo del Palacio “Espacio de la Diversidad” en Oaxaca. Además de lonarias, también destacan los proyectos para la cubierta ligera de la sala del pleno del Tribunal Federal Electoral y el cascarón reticulado del vestíbulo de la Facultad de Arquitectura.
Una mención especial merece la velaria para el patio central del Palacio de Minería, construida en 2002. Esta obra fue resultado de un concurso convocado por la Dirección General de Obras de la UNAM para cubrir patios de edificios inmuebles de la máxima casa de estudios. Gerardo Oliva y el arquitecto Ernesto Natarén, junto con 12 alumnos, entregaron dos propuestas con las que ganaron el primero y segundo lugar. El primer edificio a cubrir fue la obra maestra de Manuel Tolsá. La cubierta es un ejemplo de la aplicación e integración de la arquitectura textil a un edificio histórico. Con su instalación, el patio de Minería ha podido albergar un sinfín de actividades al resguardo de la lluvia y el sol. En la actualidad la membrana ha cumplido su ciclo de vida y está siendo sustituida por una nueva.
Su contacto con el concreto
En lo que toca al uso del concreto en las cubiertas ligeras, Oliva recuerda que su primera experiencia con este material la tuvo antes de irse a Alemania cuando trabajó con los arquitectos Enrique y Agustín Landa. Ellos le encargaron determinar la geometría de la estructura portante y la cubierta de la Parroquia de Santa María de la Anunciación (mejor conocida como Parroquia Universitaria) del Centro Universitario Cultural (CUC), junto a la Ciudad Universitaria. La idea inicial era construirla en concreto con cimbra deslizante; sin embargo, los arquitectos decidieron cambiar el procedimiento a precolados de concreto armado. “Tuve que determinar la geometría de todos los precolados de concreto del edificio y de la cubierta que tiene un sistema de cables. Recurrí a mis libros y me di cuenta que por medio de la intersección de un cono con un cilindro se lograba la superficie con doble geometría inversa que se requería en ambos casos”. Cabe decir que Gerardo Oliva ha estudiado la obra de Félix Candela. Los cascarones de concreto desarrollados en las décadas de los 50 y 60 por éste destacado arquitecto y un grupo de ingenieros y arquitectos mexicanos entre los que figuran Enrique de la Mora y Palomar, Fernando López Carmona y Juan Antonio Tonda, son famosos a nivel mundial y siguen despertando admiración. En la celebración del Centenario de Candela en 2010, Oliva participó en una mesa redonda organizada por la Universidad Politécnica de Madrid y también fue invitado por la Universidad de Princeton para dictar una conferencia magistral acerca de las estructuras laminares del arquitecto hispano-mexicano.
Comprometido con la educación
Profesor de licenciatura, maestría y asesor en el doctorado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, el doctor Oliva dice que su objetivo como docente es contribuir a la formación de profesionistas, investigadores y buenos arquitectos por medio de la transmisión del conocimiento de la Mecametría. A pregunta expresa de cuál es su opinión acerca de la eliminación de algunos planes de estudio de la carrera de Arquitectura de materias como geometría descriptiva, matemáticas, resistencia de materiales y cálculo estructural contesta: “El área de tecnología, cálculo estructural, geometría no debe desaparecer. Es importante que los alumnos no tengan miedo a lo desconocido; que conozcan cómo trabajan los materiales; que no se intimiden por una integral; que entiendan el fenómeno físico”. Dice que en la actualidad muchos jóvenes se deslumbran ante proyectos que privilegian la forma sin importar si se requieren de toneladas de acero para su construcción o si la cubierta es de costosos materiales como el titanio. Cita como ejemplo el Museo Guggenheim de Bilbao, obra que ha puesto en el mapa a esta ciudad española pero que tuvo un altísimo costo. “Lo interesante hubiera sido lograr el mismo impacto para esta ciudad con una obra menos costosa”.
Al respecto de la forma libre –hoy tan en boga en la arquitectura a nivel mundial– el doctor Oliva no la condena. Consejero Ejecutivo de la Asociación Internacional de Cascarones y Estructuras (IASS por sus siglas en inglés) con sede en Madrid, España, dice que en esta organización existe un grupo de investigación que está analizando las aportaciones de la forma libre. “Lo preocupante es que los estudiantes se vayan sólo por la forma. Hay que tener mucho cuidado. Hay que orientarlos a que la arquitectura no sea un capricho”. Agrega que el buen conocimiento de la geometría estructural contribuye a la generación de proyectos sustentables ya que las cubiertas ligeras son sistemas que obtienen gran resistencia y rigidez, amén de ser capaces de transmitir cargas accidentales, cargas vivas y muertas gracias a su forma, no a la cantidad de material.
En el Centro de Investigaciones y Estudios de Posgrado, el doctor Oliva participó en la elaboración del Programa de Estudios de la Especialización en Cubiertas Ligeras que surgió paralelamente a la reactivación del Laboratorio de Estructuras. La especialización, con duración de un año, proporciona al alumno las herramientas necesarias para diseñar, construir, presupuestar, y planear todo proyecto de cubiertas ligeras.
Asesor y coasesor de numerosas tesis de Licenciatura, Maestría, Doctorado y Especialización, su vocación docente ha llegado a otras instituciones de educación superior en el país y el extranjero. Asimismo, ha participado en más de 15 Congresos Nacionales e Internacionales y en más de 30 conferencias en el área de las cubiertas ligeras en México, Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda y Canadá.
De sus alumnos comenta con orgullo que varios de ellos se encuentran cursando estudios de posgrado en universidades extranjeras, cinco han obtenido premios internacionales en concursos de diseños estructurales en Europa y Estados Unidos, otros laboran profesionalmente en empresas nacionales dedicadas al diseño y a la construcción de cubiertas ligeras y uno es arquitecto supervisor en la iglesia de la Sagrada Familia en Barcelona, España, obra de Antoni Gaudí. Respecto a la formación de nuevos investigadores comenta que la limitante es la carencia de nuevas plazas. Sin embargo, varios de sus alumnos son profesores en la Facultad de Arquitectura y colaboran constantemente en los proyectos de investigación del Laboratorio de Estructuras.
Investigador del Sistema Nacional de Investigadores de Conacyt, y miembro del Comité Editorial de la revista científica International Journal of Space Structures, Gerardo Oliva ha recibido numerosos reconocimientos entre los que destacan el Premio Universidad Nacional en Arquitectura y Diseño 2007 y el Premio Nacional de Ingeniería de la Ciudad de México en 2009. Como miembro de la IASS en 2008 fungió como presidente organizador del Simposio Internacional IASS 2008, en Acapulco, Guerrero, que generó un intenso intercambio internacional gracias al cual Oliva y su equipo de estudiantes y colaboradores es-tán en contacto permanente con los protagonistas de su especialidad a nivel mundial.
Texto: Isaura González Gottdiener.
Retrato: a&s photo/graphics.
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