Ornamentando con...
Durante los primeros años del siglo XX se desarrollo lo que más tarde se configuraría como el Art Déco, un estilo que surgió por la preocupación de un grupo de diseñadores y arquitectos europeos que buscaban revalorizar el diseño decorativo, que hasta entonces era considerado como un arte menor.
Con
el paso del tiempo, la corriente Art Déco, llegó a tierras
estadounidenses para luego hacer una escala en México y seguir su
paso hacia el sur del continente americano. Vale la pena recordar que el
diseño Déco es una mezcla variada de estilos pero con sellos
particulares que permiten su fácil identificación. La geometría
es la base del diseño, con sus líneas simples y bien trazadas;
sus colores vibrantes y sus patrones que suelen repetirse una y otra vez.
El Art Déco se inspira también en la naturaleza, y es por
ello que inserta figuras humanas y animales dentro de las líneas
geométricas ya citadas.
La expansión de este estilo pudo ser posible gracias al surgimiento
de una nueva clase media que podía adquirir objetos de lujo a precios
razonables. Es aquí donde entra en acción el cemento, un material
relativamente nuevo para aquella época, que empezó a ser utilizado
para crear un gran número de elementos arquitectónicos que
fueron considerados de buen gusto, e incluso lujosos, pero a un precio sumamente
accesible. Cabe subrayar que las colonias de la Ciudad de México
en las que este tipo de ornamentos lucieron por mucho tiempo fueron Condesa,
Roma, Juárez y Polanco, entre otras, verdaderas obras de arte que
hoy sucumben ante los cambios que exige la modernidad.
Cien
años
Heredero de una empresa con gran tradición, Gabriel Moreno Chávez,
director general de Molduras y Ornamentos Roa, recibe a Construcción
y Tecnología en el mismo lugar en que el ingeniero Fernando
Chávez Roa empezó a diseñar y construir innumerables
piezas de concreto, las cuales vistieron una gran cantidad de casas y edificios
de las colonias con mayor abolengo del México de principios del siglo
XX.
La empresa mexicana, localizada en la colonia Escandón, de México,
DF, se dedica a la fabricación de molduras y otros elementos arquitectónicos
que ornamentan las fachadas y los espacios interiores de todo tipo de edificación.
“Utilizamos yeso y poliuretano para la confección de diversas
piezas”, señala Moreno Chávez; pero es una realidad
que el concreto es el elemento de mayor demanda entre nuestra clientela
debido a sus múltiples propiedades”.
Sin duda alguna, “el concreto ha probado ser un material sumamente
duradero que permite, además, lograr un magnífico acabado
y manejar un costo bastante razonable para el público”, dice
el entrevistado, quien señala que los arquitectos e ingenieros son
sus principales clientes, aunque a últimas fechas las casas de materiales
de construcción se han interesado en la línea de productos
que manejamos.
Lo
que el tiempo se llevó
La revista cubana Opus Habana destaca que la arquitectura desarrollada durante
los primeros años del siglo XX puede definirse como ecléctica,
debido a las múltiples influencias que se combinan en los elementos
decorativos que la distinguen. Es un hecho, señala la publicación
caribeña, que la ornamentación se nutrió de la inventiva
popular y de los numerosos talleres dedicados a la producción de
motivos ornamentales prefabricados que se adquirían por unidades
o metros lineales.
Resulta sumamente interesante el relato que hace la publicación acerca
de la atmósfera que se respiraba en aquella época: “El
tipo de producción variaba entre un taller y otro. Algunos combinaban
la elaboración de piezas ornamentales con la fabricación de
otros elementos constructivos como bloques de hormigón, mosaicos,
pisos de terrazo, entre otros. Se producían también elementos
de yeso y escayola.
Metros y metros lineales de escocias y molduras fueron vendidos en unidades
de un metro y 40 centímetros aproximadamente para la decoración
de los interiores, así como todo tipo de florones, guirnaldas y,
en general, una variedad casi infinita de elementos que sería imposible
enumerar. Con arena, cemento y cal, o con yesos y escayolas, se podía
obtener un capitel o una cariátide helena; una réplica del
casetonado interior de la cúpula del Panteón de Roma; rosetones
o pináculos góticos; medallones renacentistas; ménsulas
manieristas; cornisas cóncavo-convexas... regresar a la austeridad
del dórico toscano, o quizás inspirarse en la legendaria Alhambra”,
expresa la publicación.
Al cliente lo que pida
El trabajo que realizan los trabajadores de Molduras y Ornamentos Roa se
encuentra en la frontera de lo artesanal y lo artístico, ya que muchos
de los modelos se distinguen por su belleza y, además, son diseños
únicos e irrepetibles. “Tenemos un catalogo muy amplio, –asevera
Moreno Chávez– porque de vez en vez le vamos agregando piezas
especiales que nos encargan los clientes. Nuestras obras parten de un diseño
original,
para luego convertirse en un plano que se le entrega al escultor. Con esa
guía, se procede a fabricar el molde que puede ser de yeso, arcilla
o plastilina, para finalmente realizar el vaciado en concreto”, relata.
“Hasta el momento hemos usado cemento común y corriente, pero
a últimas fechas hemos visto la necesidad de contar con un concreto
más ligero”, señala el entrevistado, quien subraya que:
“Hemos recibido muchas propuestas en este sentido; pero considero
interesante que sea el Instituto Mexicano del Cemento y del Concreto, AC
(IMCYC) el responsable de hacer un estudio al respec-to y darnos una solución.
El volumen que manejamos no es muy grande; pero de cualquier manera requerimos
de una asesoría para poder brindar opciones a nuestros clientes.
Quizá seamos los primeros en ofrecer este tipo de piezas ligeras,
lo cual nos permitirá diferenciarnos de la competencia”, asegura.
Los atributos del concreto
Moreno Chávez reconoce que la demanda en este tipo de productos ha
bajado en los últimos tiempos, lo que puede deberse a ciertos errores
en la preparación de los nuevos arquitectos. “No creo que la
imaginación haya desaparecido, por lo que me inclino a pensar que
ahora, por un asunto de costos y de espacio, ya no se construyen casas de
doble altura ni con acabados ornamentales como los que fabricamos”.
No obstante, dice el entrevistado, “creo que este estilo está
resurgiendo porque en todas las revistas de decoración interior hay
piezas como las que nosotros producimos. Definitivamente, el concreto es
la mejor opción en este tipo de accesorios, aunque no hay duda de
que existen otros materiales, como el yeso o el poliuretano, que cubren
también algunas necesidades”.
Una opinión
por demás valiosa es la del contador José Cervantes Velázquez,
ejecutivo de la Pechos, Pechitos y Pechotes, empresa especializada en la
traproducción y comercialización de molduras, cenefas, cornisas
y demás artículos decorativos. Una de las líneas más
aceptadas por el público es la que se refiere a las molduras de concreto
celular aligerado, dice el directivo de la empresa asentada en Toluca, Estado
de México, quien explica que este tipo de accesorios se utilizan
preferentemente como marcos de ventanas y puertas. “Este tipo de material
sno requiere mucho mantenimiento y es duradero, además de que su
instalación es sencilla (solamente se necesita pegazulejo o pegamento
blanco). Las molduras son excesivamente ligeras, tanto, que una que mida
un metro lineal pesa aproximadamente 300 gramos”.
El ejecutivo de la compañía mexiquense establece
que el aspecto de este tipo de piezas es agradable y que incluso, se asemeja
a la cantera, lo cual le da un valor adicional. Por si fuera poco, concluye
el entrevistado, la colocación de estas piezas es muy sencilla cualquier
persona puede hacerlo. Por su parte, Desarrollo e Inversiones La Silla (DISSA)
es el nombre de la empresa regiomontana que produce diez diferentes modelos
de estas figuras ornamentales, y que también desarrolla, fabrica
y comercializa otros productos prefabricados de concreto, como bardas, muretes,
topes de estacionamiento, escalones y bancas.
Otras ventajas
Moreno Chávez dice que las molduras que su empresa fabrica se colocan
de manera sencilla, ya que, al tratarse de un elemento prefabricado, se
preparan con ganchos de alambrón que le facilitan al trabajador amarrar
las piezas a las fachadas o a las varillas de la obra negra. Si la obra
ya está concluida, el trabajador puede usar desde taquetes expansivos
hasta clavos de concreto y luego pegarla con el mismo concreto.
El mantenimiento que se le debe dar a las figuras de concreto es mínimo,
toda vez que es un material sumamente duradero, comentó el director
general de la centenaria compañía, quien dejó en claro
que la mejor manera de corroborar su aseveración es observar los
edificios o casas antiguas que optaron por este tipo de decoración.
Una pieza de éstas, señala, “rebasa con facilidad la
vida de cualquier persona”.
Los ornamentos de concreto no son, por supuesto, infalibles. Siempre existe
el riesgo de que sufran algún deterioro por la irrupción de
un fenómeno natural, un sismo o una inundación. Sin embargo,
ante una eventualidad de ese tipo basta con aplicar una pasta de cemento,
un poco de pintura y listo, todo queda como si no hubiera sucedido nada,
comenta Moreno Chávez. c
Ángel Álvarez
Fotos: Cortesía Dani Marti
Vota por el artículo |
|
|