Innovación en el uso de cerámica en la arquitectura
En este artículo se presenta un sistema
de cubierta basado en un tejido cerámico estructural, denominado
Flex-brick.
Flex-brick actúa como un semiprefabricado colaborante flexible adaptable
a cualquier curvatura que debe acabarse con concreto en obra para formar
cubiertas laminares de cerámica armada. Este sistema da agilidad
constructiva para cubiertas de geometría curva. Se explican los conceptos
de lámina de cerámica armada y semiprefabricación colaborante,
así como su aplicación, ensayos estructurales realizados y
de sus ventajas en la arquitectura.
Fue Eladio Dieste, quien en la década de los cuarenta presentó
un nuevo sistema de cubierta estructural: las cubiertas laminares de cerámica
armada, que se consiguen con la disposición en retícula de
los elementos cerámicos de manera que haya continuidad longitudinal
y transversal de juntas para alojar en ellas el armado bidireccional, al
tiempo que con mortero y concreto se rellenan las juntas y es cubierto el
conjunto con una fina capa de compresión. El resultado recuerda al
de un forjado siendo una innovación en el uso de la cerámica
en arquitectura. El tejido cerámico estructural 146 reticular muy
delgado en el que los casetones fueran los ladrillos con la tabla vista
por el intradós. Pero la principal diferencia con los reticulares,
además de su espesor y el empleo de geometrías laminares plegadas,
de directriz catenaria o de doble curvatura, es que en las láminas
cerámicas los ladrillos no son meros aligerantes de peso, sino que
contribuyen en la resistencia general trabajando a compresión.
Con este sistema se han construido más de un millón de metros
cuadrados en Uruguay, Argentina y Brasil, se han conseguido claros de hasta
50 metros con cantos de lámina no superiores a 12 cm y los casos
que se han resuelto son variados (Fig.1), propio para grandes espacios para
fábricas, depósitos, silos horizontales, polideportivos, iglesias,
mercados, estaciones de autobuses, hangares y gasolineras.
Limitaciones
Los principales obstáculos que frenan la aplicación de este
sistema son:
a) La cimbra suele ser cara por lo que se deben proponer técnicas
que contemplen la optimización de esta fase de la construcción.
b) La excesiva dependencia de la mano de obra que tiene la construcción
con ladrillos. Es necesario un estudio más profundo que contemple
una mayor industrialización en todos sus procesos para fomentar su
uso en la edificación contemporánea.
Propuesta de sistema industrializado
Flex-brick es un ensamble de bandas paralelas de semiprefabricados flexibles
de ladrillos combinados con armaduras que gracias a su flexibilidad inicial
se disponen arqueados en obra adaptados a cualquier curvatura de cimbrado
(Figuras 2 y 3), que actúan como “colaborantes” estructurales
del concreto, conjunto in situ por su extradós.
El sistema constructivo consta de dos fases: la semiprefabricada
flexible que curva a voluntad un tejido cerámico en seco y la fase
in situ rígida que consigue la continuidad material y estructural
mediante el colado de concreto en las juntas armadas y la capa superior.
El semiprefabricado colaborante del Flex-brick es un tejido o trenzado de
barras de acero que sustenta y confina una retícula de ladrillos
dispuestos en tabla y ranurados lateralmente para el paso y conexión
con el trenzado. Su flexibilidad permite que se pueda almacenar y transportar
enrollado en bobinas (Fig. 4) y que en obra se desenrolle fácilmente
sobre la cimbra. Éste colabora estructuralmente y sirve de soporte
de las varillas de armado introducidas en las juntas entre ladrillos en
la fase prefabricada. Con otra malla colocada en la fase in situ
por la parte superior de los ladrillos se consiguen los dos planos de armado
de la lámina, preparada para rellenar con concreto sus juntas y su
capa superior.
Las láminas que llegan a la obra en bobina proponen un formato de
construcción fácil y acorde con las geometrías curvas.
Por ello también se ha desarrollado específicamente para este
sistema unas cimbras a base de tejidos metálicos y planchas de poliéster
que también se desenrollan sobre una cimbra ligera desde una bobina
y que son reaprovechables para diversas ocasiones.
Ventajas
Se trata de cubiertas ligeras: por ser laminares (optimiza su espesor hasta
7 cm) y por ser cerámicas (con espesores equivalentes el peso de
la cerámica es de un 25% a un 35% más ligero que el del concreto);
esto supone un ahorro en la construcción de la estructura y de las
cimbras y encofrados temporales que las soportan. El cimbrado de estas cubiertas
puede ser el mismo requerido para el andamiaje de los operarios. Asimismo,
el bajo precio de la cerámica en el mercado conduce a una relación
precio/peso competitiva respecto a otras cubiertas patentadas. Además,
el armado bidireccional y las geometrías laminares permiten cubrir
grandes claros con pequeños espesores y sin necesidad de tímpanos.
Por su parte, las construcciones con este tipo de cubiertas demuestran un
elevado confort higrotérmico debido a las excelentes propiedades
físicas de la cerámica en la regulación de la temperatura
y la humedad ambientales.
También es una solución ecológicamente ventajosa pues
la producción de ladrillos consume menos energía que la del
acero y la del concreto. Su componente principal, la arcilla, es abundante
en la naturaleza y su extracción no es contaminante. Además,
las cubiertas cerámicas pueden reciclarse en su demolición
como agregado para nuevas construcciones. También, es una estructura
que ya presenta su acabado interior definitivo; no se requiere ningún
tratamiento o capa final añadida al intradós por el satisfactorio
aspecto de la cerámica, de gran calidez cromática.
Posibilita una gran velocidad del ciclo cimbrado-descimbrado puesto que
el 85% de la lámina ya está cocido y tan sólo debe
endurecer el 15% del concreto que se proyecta entre las juntas para que
el conjunto sea estable (Dieste llegó a descimbrar en 24 horas).
Si asociamos esta ventaja a una construcción con cimbras móviles
que diariamente permiten avanzar segmentos de una cubierta se consigue una
velocidad de ejecución similar a la de la industrialización
pesada.
Su mantenimiento es mínimo debido a la estabilidad química
de la cerámica y las reparaciones parciales son fáciles por
la composición modular de los ladrillos. Ofrece una excelente resistencia
al fuego y, en general, un buen comportamiento frente a solicitaciones térmicas
y reológicas. Además, las láminas de cerámica
armada exhiben una notable calidad arquitectónica y formarían
parte de las nuevas tendencias favorables al retorno de las cubiertas no
planas.
A estas ventajas les añadimos las propias de una mayor industrialización
de estas cubiertas para que resulten competitivas en nuestros mercados actuales:
• La prefabricación asegura una mejora de los acabados y del
control de calidad ante la escasa calificación actual de los operarios
en la construcción.
• Representa un gran ahorro de mano de obra por la seriación
propia de los productos industrializados.
• El montaje de cubiertas prefabricadas mediante grúas acelera
el proceso constructivo, cuestión que cada vez resulta de mayor repercusión
económica.
• Incrementa la seguridad laboral porque este sistema disminuye el
número de operarios y de operaciones en la cubierta.
Ventajas del tejido cerámico estructural
• Permite la libre elección en obra de la curvatura de las
láminas, escogiendo cualquier parámetro de flecha (peralte
de la curva) y cuerda (claro a cubrir).
Además de la ilimitada oferta de curvaturas, esta ventaja beneficia
al productor, puesto que ahorra la gran cantidad de moldes que con las innumerables
variaciones de las curvaturas requeridas ocuparían mucho espacio
en un taller de prefabricación.
• La producción del semiprefabricado se realiza en bobina,
facilitando su acopio, almacenaje y transporte, a la vez que agiliza el
montaje de la cubierta: la grúa sólo debe acompañar
el desenrollado de la bobina sobre el encofrado.
• El tejido cerámico ofrece con sólo dos materiales
un importante abanico de variables geométricas: distancia entre juntas
longitudinales y entre las transversales, ancho de ambas juntas, espesor
de lámina, ancho de lámina y longitud de lámina. Esta
longitud no está limitada por la del camión de transporte
sino por el desarrollo de la bobina (hasta 60 m) por lo que, en la dirección
de las directrices de la cubierta, las luces a cubrir con una sola bobina
son importantes. Y el ancho de tejido cerámico sólo depende
del ancho de la longitud del eje de la bobina que cabe en el medio de transporte
(hasta 12 m) y de la potencia de la grúa que lo mueve.
• La prefabricación como un tejido le otorga una considerable
precisión geométrica en la continuidad y homogeneidad de las
juntas entre ladrillos, lo que garantiza la facilidad de los ensambles de
las láminas en obra.
• Permite la continuidad del armado entre láminas prefabricadas
en la dirección de sus generatrices, es decir, deja de actuar solamente
como una sucesión de arcos de descarga para conseguir una unidad
con las propiedades de una lámina autoportante que soporta flexiones
en la dirección de sus generatrices y, por tanto, es capaz de soportarse
desde unos pocos pilares como una viga de gran canto.
Ensayos
estructurales
Se han hecho ensayos en el Laboratorio de la Escuela Politécnica
Superior de Girona y en el Laboratorio de Tecnología Estructural
de la Universidad Politécnica de Cataluña en Barcelona. La
campaña de ensayos se ha establecido sobre láminas en arco
catenario de 4 m de cuerda, 1 m de flecha y 7,5 cm de espesor (4,5 cm de
ladrillo + 3 cm de concreto), articuladas y atirantadas en sus apoyos. Los
ensayos han sido a la falla y se ha aplicado una carga puntual a velocidad
constante mediante pistón a ¼ del claro de la lámina.
La instrumentación por lámina ha contado tanto con transductores
de desplazamientos verticales y horizontales en varios puntos como con galgas
extensométricas en el armado longitudinal. Las láminas se
han construido con parámetros variables para conocer la repercusión
estructural de diferentes cuantías de armado (5#8 y 5#6) y diferentes
resistencias de mortero.
Resultados
experimentales
Se muestran las gráficas extraídas por la instrumentación
y una tabla con los parámetros de cuantía de acero y de resistencia
de morteros de cada lámina ensayada. De los datos recogidos se resume
que: • Se llega a resistir hasta 26 kN y la menor de las cargas últimas,
14,2 kN, es improbable en una cubierta curva no transitable de este
tipo. Para estos valores de carga puntual aplicados en el punto más
desfavorable todas las láminas se encuentran claramente en zona de
servicio y sobradamente capacitadas para soportar cargas 4 veces mayores
con flechas que no exceden de los 2 cm.
• La repercusión del acero
influye con claridad que el mortero, especialmente mientras la lámina
se fisura, puesto que al aumentar la cuantía de armado se atenúa
la pérdida de rigidez debida a esta fisuración y se incrementa
la capacidad última en una proporción similar a la del aumento
de la cuantía.
• En la formación de la segunda rótula se llega a la
plastificación de la armadura en la sección de aplicación
de la carga, para una deformación cercana a los 2.5 mm/m.
• Al producirse la segunda rótula no se provoca el colapso,
no se desprende ni un ladrillo y la lámina mantiene una considerable
capacidad residual después de la falla, por lo que se descarta la
posibilidad de una falla frágil, tan peligrosa en los elementos estructurales.
Por tanto, estas láminas poseen un buen comportamiento estructural
ante cargas concentradas y una notable ductilidad.
Obras
Uno de los primeros ejemplos construidos con este sistema fue el stand de
la Hispalyt para Construmat de 2001 y 2003 (Fig. 5). En este pabellón
de 5 x 11 m se consiguió que el techo, las paredes y el suelo fueran
de un único trazo, con un solo material y formato. Esta envolvente
muestra las posibilidades formales del Flex-Brick en la arquitectura: espesores
constructivos mínimos; intradós cerámico cálido;
bóvedas de directriz asimétrica; en definitiva: una sección
libre.
Ante el éxito de estas primeras exposiciones del sistema y los datos
procedentes de los ensayos estructurales y de los prototipos construidos
se estudió el paso de los stands efímeros a proyectos permanentes
de viviendas unifamiliares.
Se han intentado en varias oportunidades. Ya en el año 1998, antes
de las pruebas con los stands feriales, se proyectó para la cubierta
de una vivienda en L’Ametlla del Vallés (Barcelona) una lámina
de doble curvatura que en un extremo empezaba con una curvatura cóncava
y en el opuesto acababa convexa.
El segundo intento, proyectado en el año 2002 en Olivella (Barcelona),
sí fue aceptado esta vez con curvatura simple y diferentes perfiles
de directriz laminar.
El tercer intento, que sí se construyó en Sant Martí
de Tous (Barcelona), es un diseño más sencillo, con un único
perfil de directriz laminar que envuelve un doble espacio desde el suelo
hasta una jácena metálica a 6 m de distancia y 4 m de altura.
Proceso constructivo
Debido a que las láminas son más ligeras que una cimbra tradicional,
el sistema de cimbrado es más ligero. Encima se desenrolla y extiende
un encofrado compuesto por mallas metálicas, planchas de poliéster
y láminas de caucho EPDM que son recuperables para otras puestas
(Fig. 6 y 7).
Las láminas de Flex-brick se desenrollan desde una bobina que se
maneja encima del cimbrado con grúa. La precisión geométrica
del tejido permite un fácil ensamble transversal de las láminas
y la continuidad de sus juntas. El concreto se realiza mediante un lanzado
por vía húmeda, que permite controlar mejor la consistencia
de la mezcla y su homogeneidad en toda la proyección. La capa superior
se regulariza aplicando una plancha vibradora diseñada para el sistema.
Los resultados han sido completamente satisfactorios. c
Dr. Vicente Sarrablo1
1Profesor de la Universidad Internacional de Cataluña, Barcelona, España.
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