Concreto hacia el mar
Obra discreta y de pequeña escala en el sureste mexicano, Casa Siriki enfatiza la importancia del trabajo de ingeniería en la prefabricación y el desarrollo arquitectónico en beneficio del espacio habitable. Justa ganadora del reciente Premio Obras CEMEX, en la categoría de Residencia Unifamiliar, los personajes a cargo nos narran cómo llegaron a un resultado excepcional teniendo como aliados al contexto natural y el concreto.
Más que una casa de playa Siriki aspiraba a ser una “casa playera”, una casa que supiera reflejar con nitidez el estilo de vida y las actividades que se desarrollan en los períodos vacacionales de las costas yucatecas. Esa era la idea inicial, describe a CyT el arquitecto Javier Muñoz Menéndez quien enfatiza que su diseño fue realizado bajo premisas que profesan un profundo respeto por el sitio, el medio ambiente y las condiciones climatológicas. Pero no sólo eso “se pretendió –desde el planteamiento arquitectónico hasta las soluciones estructurales y formales– romper con muchos de los paradigmas de las viviendas costeras en la península de Yucatán”.
El proyecto se emplazó en un terreno regular y de
configuración plana de 12.50 m de frente al Golfo de México
por 80 m de profundidad; fue dispuesto ocupando la mitad del terreno dejando
todo el costado oriente libre para favorecer el flujo correcto de los vientos
dominantes tanto del día (brisa), como en la noche cuando los vientos
de tierra (sureste) son los que refrescan la vivienda.
El motivo
de esta decisión era que, en lugar de ocupar todo el frente para
ver el mar, la casa adoptara un esquema en el que el programa arquitectónico
se distribuyera en una sucesión de espacios recurriendo a giros en
la geometría para obtener las vistas deseadas y lograr de esta manera
un correcto funcionamiento bioclimático sin escatimar las visuales
de todos los espacios hacia el paisaje natural. En este esquema los servicios
se ubican al poniente como un volumen cerrado mientras la casa se abre hacia
el oriente para recibir los vientos y hacia el norte para aprovechar las
visuales por medio de una cancelería completamente transparente a
la que se le integran persianas que permiten controlar la intensidad del
sol, así como de la ráfagas de viento. Con ello se pensó
en crear un espacio unitario, en el que se integrara el exterior con el
interior; la planta baja con la planta alta mediante dobles alturas que
permiten el flujo espacial y los cambios de escala que resultan atractivos
durante los recorridos que se dan en ella, todo ello rematando con vistas
de los espacios importantes de la playa yucateca: al norte con el mar y
al sur con los manglares habitados por hermosos flamencos.
La casa es por tanto una verdadera espectadora del paisaje que en lugar de enfrentar y medir fuerzas contra la naturaleza, propone una serie de estrategias de seguridad incorporadas a los criterios de diseño. El más relevante: el sistema de cimentación resuelto en palafito. “En lugar de recurrir a profundas y costosas cimentaciones de mampostería y muros de contención para que reboten las aguas de los huracanes, la casa se cimenta sobre simples pilotes que conservan la compactación natural del terreno y permiten el paso libre del agua de las altas mareas de los ciclones que regularmente azotan nuestras costas. Con ello garantizábamos que se conserva en su totalidad la duna costera y despegándonos del piso lo hacíamos totalmente seguro, afirma Muñoz.
Materialidad a prueba
Desde su concepción arquitectónica Siriki fue concebida
utilizando elementos de concreto prefabricado, comenta el ingeniero Enrique
Escalante (director de Predecon), encargado de la realización de
los prefabricados de concreto utilizados. Es él quien subraya que
la arquitectura buscaba modificar el criterio de que todas las piezas tenían
que ser iguales y de la misma medida, por lo cual fue necesario trabajar
estrechamente como prefabricador con el diseñador para obtener como
resultado una casa única con prefabricados únicos. Por su
parte, el argumento lo define Muñoz al referir que “el tratamiento
formal es el fiel reflejo del sistema constructivo en un afán de
exaltar la honestidad del ser y el parecer. Por ello el concreto es el tema
fundamental en la materialidad de Siriki”. Muros prefabricados ensamblados
como un rompecabezas se rigidizan y amarran mediante las losas coladas en
sitio. Cada pieza de concreto expresa –mediante el acabado aparente
de su fabricación– su procedencia y función: así,
las piezas prefabricadas con un acabado pulido e industrial contrastan con
aquellas losas coladas en sitio que conservaron como acabado final el de
la cimbra utilizada durante el proceso constructivo.
Nos da otro ejemplo al referir los pisos de la planta baja, en los cuales el concreto realizado fue un tema fundamental: “fue tratado mediante procesos heredados de nuestros antepasados mayas utilizando la corteza del chucum (un árbol silvestre propio de nuestra tierras), para darle una consistencia al agua con la que se combina el cemento generando un concreto de un color peculiar y con más elasticidad para evitar fisuras”.
Ante la pregunta de por qué el empleo de prefabricados, Escalante dice: “Uno de los motivos principales de emplear elementos prefabricados es que al estar ubicada la casa a la orilla del mar, los elementos tendrían un control de calidad superior al haberlos realizado en sitio. Por otro lado hace una referencia puntual al hecho de construir de esta forma mencionando que, el sistema empleado en la cimentación y la construcción en general permitió ahorros significativos ya que normalmente por desconocimiento del material se hacen, en la zona, verdaderas casas de mampostería debajo de las construcciones incrementando considerablemente el costo de las mismas". Por su parte, para el despacho encabezado por Muñoz “Siriki, como muchas obras, no es de grandes áreas y no es pretenciosa en su realización, pero es una obra que en cada rincón cuidó el detalle arquitectónico y estructural al máximo. Esta obra es un ejemplo de que las fachadas arquitectónicas no solamente funcionan como una piel que forra a una estructura portante. Es el caso en que la estructura es la arquitectura y viceversa”. Por lo anterior, la vivienda resulta una propuesta diferente para el modelo de las costas yucatecas que apuesta mediante la contemporaneidad a prevalecer y ser vigente a través del tiempo sin comprometerse con modas o lenguajes superficiales y faltos de contenido. Sus pretensiones estéticas buscan la verdad lógica, el sentido utilitario y la expresión de un modo de vida cargado de identidad con el sitio.
Proceso
constructivo
El reto consistía en hacer un despiece adecuado a la intención
del arquitecto y así lograr una armonía entre los diferentes
elementos que la componen. De esta forma se obtuvo una solución que
funcionara adecuadamente y que cumpliera con todos los objetivos de los
personajes a cargo del proyecto.
Al final se concluyó que todos los concretos que se construyeran
fueran fabricados con concreto alta resistencia (f´c=450 kg/cm2),
siendo los únicos elementos de acero un par de columnas que sostienen
en alguna sección la casa. Se utilizaron entonces losas macizas presforzadas
aligeradas con poliestireno para disminuir el peso del elemento, así
como darle un adecuado aislamiento térmico, misma solución
que requirieron algunos elementos que conforman la fachada.
Un detalle que destaca es la solución de las terrazas de la planta baja, las cuales al estar a un nivel 1.85 m sobre el nivel del mar se hicieron de losas macizas y trabes presforzadas de concreto, sostenidas sobre columnas. Todo este conjunto a su vez fue sostenido por una serie de pilas hechas en obra construidas con concreto simple que descansan sobre el nivel más resistente que aquí localmente se le denomina “conchuela”. Así, el armado de los elementos precolados requirió de estructuras secundarias como apuntalamientos temporales mientras las conexiones entre ellos realizaban su fraguado.Para las conexiones entre elementos al ser estos arquitectónicos se emplearon un sistema de tubos de acero galvanizado cédula 40 que servían de “camisas” a las varillas saltadas de los elementos y éstas eran llenadas con mortero libre de agrietamiento o grout. Este tipo de conexión se ha empleado en esta zona sin ningún problema al no existir movimientos laterales que hicieran perder la capacidad del mismo, explicó Escalante a CyT. Simplemente la adherencia del grout a las paredes del tubo y de éste a la superficie de la varilla corrugada realizan el trabajo de conexión entre un muro y otro. Como se aprecia y se puede ver las piezas se diseñaron para coincidir con el despiece del diseño arquitectónico.
Colofón
Por todo lo anterior, la casa Siriki es, sin duda alguna, un homenaje al uso del concreto. En toda su extensión, es el concreto el material estructural, constructivo y finalmente el rector de la apariencia plástica de este espacio íntimo y familiar.
Gregorio B. Mendoza.
Fotos: Cortesía Predecon y Javier Muñoz
(Roberto Cárdenas Cabello).
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